(La Tercera) La Sala del Senado inició ayer la discusión del proyecto de reforma laboral en medio de un acalorado debate que concluyó sin que todos los parlamentarios inscritos para tomar la palabra pudieran exponer su posición, lo que obligó a suspenderlo para hoy y la posterior votación “en general” de la iniciativa. De hecho, varias veces la mesa del Senado, encabezado por el DC Patricio Walker debió solicitar al público asistente, principalmente trabajadores del retail, a mantener el silencio ante las intervenciones de los parlamentarios.
La sesión partió con la intervención del presidente de la Comisión de Trabajo, senador Juan Pablo Letelier (PS), quien entregó el primer informe de la instancia que aprobó el 5 de agosto la idea de legislar por 3 votos contra 2, y detalló el trabajo realizado que incluyó ocho sesiones para recibir a 64 entidades relacionadas con el mundo laboral y otras seis para analizar el contenido de la iniciativa con representantes del Ejecutivo. Tras la votación en Sala se abrirá el proceso para el ingreso de indicaciones -que sería hasta la primera semana de septiembre- para su análisis y votación en la Comisión de Trabajo del Senado.
La ministra del Trabajo, Ximena Rincón, destacó aspectos cruciales de la iniciativa como la titularidad sindical y no reemplazo en huelga. Aclaró que en el trámite legislativo seguirán escuchando inquietudes respecto de las normas propuestas.
Destacó que buscan alcanzar una ley que tenga el mayor nivel de legitimidad social y política. “Para lograr ese fin, el Ejecutivo está dispuesto a seguir escuchando, debatiendo, a convencer y ser convencido. Sólo en el diálogo podremos seguir perfeccionando esta iniciativa”, insistió.
La senadora DC y miembro de la Comisión de Trabajo, Carolina Goic, aseguró que su bancada apoyará la aprobación de la iniciativa. Además, en su presentación hizo una férrea defensa del derecho a huelga consignado en el articulado. “La huelga es un instrumento de presión legítimo, reconocido por las constituciones y el derecho internacional, es el último recurso con el que cuentan los trabajadores que les permite equiparar el poder negociador de sus empleadores”.
Por su parte, Hernán Larraín (UDI), expresó que el proyecto se basaba en un diagnóstico errado del gobierno, que “contradice las estadísticas que presenta nuestro país”. Más adelante, dijo que el objetivo de la reforma es correcto respecto de la distribución del ingreso y erradicar la pobreza en Chile. Sin embargo, “el fortalecimiento de los sindicatos y las demás medidas contempladas en esta iniciativa sólo producirá un gran aumento del desempleo”.