(El Mercurio) En sus 479 años, la ciudad de Quintero lo ha visto todo. En sus correrías por la costa chilena, el pirata inglés Francis Drake buscó refugió en la extensa bahía. En sus playas paseó el héroe naval de la Independencia, Lord Thomas Cochrane, y fue el balneario preferido de la familia Cousiño por varias décadas. Hoy, de su pasado esplendoroso poco queda y si hace noticias es como polo industrial, ya que allí desembarcan combustibles y productos químicos para Enap, GNL Quintero, Copec, Gasmar u Oxiquim.
El municipio y GNL Quintero creen que hay espacio para que la ciudad vuelva a ser un enclave turístico. Y para ello trabajaron por tres años en concretar un programa de desarrollo urbano -llamado Quintero Vive-, que abarca 16 iniciativas, con un costo de $11.547 millones, unos US$ 17,1 millones, obras que el alcalde, Mauricio Carrasco Pardo, estima posibles de concretar de aquí al 2020, aunque aún no existe el financiamiento completo para el plan.
La alianza del gobierno comunal con la empresa se concretó en 2012, y según el gerente general de la compañía, Antonio Bacigalupo, «responde a nuestro genuino interés de aportar a un futuro más sustentable para Quintero y a una mejor calidad de vida para sus habitantes. No lo vemos como parte de una relación transaccional, sino que creemos que es parte del rol que debe cumplir una empresa moderna». A ello se sumó el objetivo del alcalde de potenciar la actividad turística, destacan en GNL Quintero, consorcio donde son socios Terminal de Valparaíso (Enagas y Oman Oil), Enap, Endesa Chile y Metrogas.
«Hemos realizado un trabajo serio, ambicioso, y posible de materializar. Creemos que el desarrollo sustentable de Quintero y su gente requiere del trabajo conjunto y complementario del Estado, las autoridades locales, las empresas de la zona, las organizaciones sociales y no gubernamentales, así como de la comunidad en general, y esta iniciativa es una buena plataforma para comenzar a lograrlo», dice Bacigalupo.
Del programa completo, GNL Quintero pone unos US$ 5 millones, otra parte corre por cuenta del Estado y del municipio. Como no está financiado en su integridad, el municipio ya está pidiendo la colaboración de otras compañías con vínculos en la zona. «GNL (Quintero) está trabajando en la recuperación del casco urbano de Quintero, y nosotros tenemos la tarea de buscar con las demás empresas que financien la ejecución de este proyecto», dice el alcalde Mauricio Carrasco.
Alcalde: «No queremos ser una zona de sacrificio»
Los municipios de Quintero y Puchuncaví forman lo que las comunidades de la región denominan «zona de sacrificio». Porque ahí están industrias que son estratégicas para el país, pero que históricamente han tenido problemas de contaminación. En el área están la Fundición Ventanas, de Codelco, que en 2011 fue acusada por emitir una nube tóxica que afectó a estudiantes de la Escuela La Greda. También allí está la refinería de combustibles de Enap en Concón, empresa que en septiembre pasado enfrentó un derrame de petróleo en la bahía. La termoeléctrica Ventanas de AES Gener es otra de las vecinas.
La bahía es, además, un polo de desembarco de combustibles y productos químicos para empresas como Enap, Copec, la misma GNL Quintero, Basf y Oxiquim.
«Hemos sido olvidados por el Estado y por las empresas por más de 30 años», resume el alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco. «No queremos ser una zona de sacrificio, queremos ser zona de recuperación», declara.
¿Por qué un actor privado hizo este trabajo? El gerente de sustentabilidad de GNL Quintero, Alfonso Salinas, responde que hoy las empresas están en un punto complejo en el mundo y las cosas ya no se pueden hacer igual que antes. «La gente (de Quintero) está traumatizada», dice el ejecutivo. «Si esto no se resuelve, esto es un polvorín», agrega.
El alcalde también reconoce el clima de tensión, aunque admite que muchas de las empresas que han tenido problemas de emisiones no están en la misma comuna sino que en la vecina Puchuncaví. Mauricio Carrasco dice: «La contaminación no reconoce límites comunales y, además, tenemos cenizales (basura de las refinerías), escorias, patios de desechos… Hay un tema ambiental que no es menor en la bahía Quintero-Puchuncaví, que tanto el Estado como las municipalidades y las empresas deben abordar, porque la gente no resiste más».
El edil no busca que salgan las empresas que ya están instaladas, pero insta a que «mejoren sus procesos para producir más limpiamente y a hacerse presentes en la responsabilidad que les corresponde como vecinos de la comuna».
¿Y si no se hace nada? «Está el ejemplo de Freirina… Si no se hace nada, el conflicto social sería tan grande, que eventualmente se tendría que sacar a alguna empresa. Pero con estas medidas se ha ido descomprimiendo un poco el tema, pero aún queda mucho por hacer», señala Carrasco.
Se optó por un plan urbano por el efecto global
En GNL Quintero optaron por una solución de desarrollo urbano por el efecto que tiene en la economía local. «Ejemplos hay muchos: Baltimore, Bilbao, Barcelona, Medellín, donde cambios urbanísticos han logrado dinamizar la economía de un lugar», detalla Alfonso Salinas.
De este programa, que se llama Quintero Vive, la empresa de GNL ha desarrollado el Centro Cívico de Loncura, por $280 millones, y se trabaja en una remodelación de una feria libre en la que han financiado el diseño, detalla Salinas. Una de las iniciativas más grandes la desarrolla directamente GNL Quintero. Es un paseo por el borde costero entre Loncura y Quintero, que se extiende por dos kilómetros e incluye un paseo peatonal, una ciclovía y espacio para hacer un camino. Hay quioscos, esculturas y hasta un skatepark . Todo ello cuesta $3 mil millones.
Las contribuciones que están haciendo otras compañías
Para que salga adelante Quintero Vive se necesitan más recursos. El edil cuenta que las empresas Oxiquim, Gasmar, Copec, AES Gener y Basf están hoy financiando distintas obras de este plan por unos $500 millones.
En concreto, Copec está en conversaciones con el municipio para financiar un polideportivo, dicen en la firma del grupo Angelini. Oxiquim y Gasmar comprometieron aportes para la remodelación de la Casa Estación de Ferrocarriles de Quintero, que luego se transformará en un museo y en la oficina de la corporación municipal de Cultura y Turismo. Para este proyecto, el año pasado Gasmar entregó $70 millones.
Basf -que está hace 33 años en la región- quiere hacer una plaza segura, en conjunto con la Fundación Mi Parque, en la zona, dice el alcalde. «Nuestro compromiso con la zona es y ha sido de largo plazo, y nuestra planta de Quintero es un polo importante de innovación, por lo que permanentemente estamos invirtiendo para impactar positivamente al país y a la comunidad a través de alianzas con instituciones locales», señala Karin Willeke, consultora de responsabilidad social de Basf en Chile.
Por otro lado, Enap financió con $70 millones el diseño del Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Quintero, de manera que quede listo para su construcción por parte del Gobierno, señala Gabriel Méndez, gerente de Asuntos Corporativos de la petrolera estatal. Este ejecutivo hace ver que como socios de GNL Quintero, apoyan plenamente el plan Quintero Vive. «Tenemos una relación de compromiso y responsabilidad social con Quintero y sus habitantes, y estamos evaluando diversas formas y proyectos para seguir apoyándolos», afirma Méndez.
A su turno, Codelco informó que su División Ventanas participó en la primera etapa de un proyecto para construir espacios públicos recreativos y un futuro centro polideportivo, con un aporte de $50 millones.
AES Gener firmó hace dos años un convenio para financiar el diseño y la ingeniería del Parque Municipal, una de las obras clave del plan Quintero Vive, de manera que esté listo para lograr fondos del gobierno regional. En la compañía dicen que «es una excelente iniciativa que concilia temas medioambientales, como es la recuperación del pulmón verde de la comuna, junto con devolverle a la comunidad un espacio público de esparcimiento y así ayudar a mejorar la calidad de vida de sus vecinos».
El alcalde Mauricio Carrasco hace un positivo balance, pero sostiene que «las empresas y el Estado pueden hacer mucho más de lo que están haciendo hoy, en mitigación, compensación y en mejor convivencia con la comunidad». Y concluye: «en esta comuna pueden convivir el desarrollo turístico con lo empresarial».