(La Tercera) En algo más de medio mes, ya son 15 los puertos que tienen al menos uno de sus terminales con movilizaciones. Las eventuales pérdidas para el sector frutícola exportador bordean los US$ 105 millones, mientras que la Cámara Nacional de Comercio estima que el valor diario de exportaciones e importaciones afectadas por el paro suma más de US$ 180 millones promedio, considerando sólo Antofagasta y San Antonio, donde cada día unas 1.900 operaciones aduaneras se han visto retrasadas.
El problema ya está traspasando las fronteras. No sólo hay compromisos con el exterior que no se han cumplido; también hay empresas extranjeras advirtiendo del daño en la imagen país (ver nota secundaria). Y a la Confederación Nacional de Dueños de Camiones le preocupan los 1.800 camiones sin funcionar en los puertos y los otros 6.000 que transportan fruta, así que no descarta tomar medidas de fuerza para presionar por una salida.
A la fecha no hay atisbos de solución, pues mientras la autoridad exige deponer el paro para iniciar el diálogo, los trabajadores aspiran a que el primer paso lo dé el gobierno. “Queremos una mesa de trabajo con fecha de inicio y fin. Mientras negociamos, estamos dispuestos a levantar el paro”, dijo César Luna, del sindicato del Terminal Internacional de Iquique, tras la reunión en San Antonio. “Hasta que no tengamos una propuesta clara, no vamos a deponer las movilizaciones”, agregó Pedro Riquelme, vocero de la Unión Portuaria del Biobío.
Pero, ¿qué es lo que están demandando y quiénes son los protagonistas de la paralización? La principal demanda de los trabajadores consiste en el pago retroactivo desde 2005 de un bono por media hora de colación, equivalente a $ 3.600, para todos los trabajadores portuarios. Junto a ello, plantean congelar la entrega de tarjetas portuarias, que permiten el ingreso de nuevos trabajadores. “La masa laboral está saturada. Queremos que se congele la entrega de esos certificados a lo menos por cinco años”, explicó Hugo Montes, presidente de la Federación de Trabajadores de Valparaíso. También piden asimilar las condiciones laborales de los trabajadores eventuales a la de los contratados. En este último punto hay empresarios que ven mayores opciones de avanzar.
A nivel particular, las principales demandas se dan en Iquique, Valparaíso y Angamos (ver recuadros). En este puerto, donde se han suscitado los mayores hechos de violencia, el problema tiene un cariz distinto, ya que se encuentra en el marco de una negociación colectiva y los trabajadores que protestan por mejores condiciones son una minoría dentro del puerto.
Valparaíso, al igual que Puerto Montt y Calbuco, fue uno de los últimos en sumarse a las movilizaciones, con una marcha que comenzó ayer, en la intendencia, y culminó en el muelle Prat, con una baja concurrencia, pero marcada por la participación de estudiantes.
Ayer, los diputados Víctor Torres (DC) y María José Hoffmann (UDI), del distrito 15 de San Antonio, se ofrecieron a intermediar en el conflicto y exigieron al gobierno instalar una mesa de diálogo.