(La Tercera-Pulso) Luego de cerca de un año que La Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y la Agencia Aeroespacial de ese país (DLR) se reuniera con el gobierno para proponer reconvertir las plantas termoeléctricas a carbón a un sistema de energías limpias en base a una tecnología que utiliza sales fundidas, el estudio de prefactibilidad dio resultados atractivos para el sector energético.
Según el análisis en base a simulaciones en distintas unidades a carbón de las compañías AES-Gener y Engie, las termoeléctricas basadas en esta nueva tecnología darían un costo de entre US$80 y US$100 por megawatts hora (US$/MWh), lo que a pesar de ser superior a las de carbón tradicionales (63 y 76 US$/MWh) y a las a gas (65 a 91 US$/MWh), abriría las posibilidades y el interés a que el sector privado comience las pruebas en terreno para implementarla y, así, incluirlas dentro del Plan de Descarbonización que existe a nivel país.
La tecnología propuesta por el país europeo se denomina “Batería Carnot” y se basa en sales que se funden, utilizando electricidad de fuentes renovables, las que se almacenan en estanques a temperaturas cercanas a los 500°C, para posteriormente generar vapor y convertirlo en energía cuando sea requerido. Ya sea en los horarios de mayor demanda o cuando no haya sol o viento. O sea, a diferencia de la energía fotovoltaica o la eólica, permite -mediante el almacenamiento- generar energía a pesar de no haber viento o estar de noche. Sin embargo, aún es más cara que estas últimas.
El sistema Carnot ya se está implementando en Alemania y está en prueba en Malta. Lo interesante es que permite mantener las instalaciones de las plantas a carbón tradicionales. “Es una solución técnicamente viable”, concluye el estudio.
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Rodrigo Vásquez, asesor senior del Programa de Energía del GIZ, indica que está todo para empezar a hacer la evaluación técnica. “Con los resultados arrojados y la facilidad frente a otras tecnologías de reconversión, la idea es que el próximo paso sea que las empresas tomen estos valores y lo analicen más en profundidad en sus modelos de negocios para entrar a la ingeniería de prefactibilidad”, y agrega: “Aquí están los datos y los costos. El resto es de las empresas”.
En cuanto al análisis económico, el informe simuló que una central de 258MW, con ciclos de almacenamiento (de energía) de 5 a 12 horas, tiene un capex (inversión de capital) de entre US$200 millones y US$395 millones. En el caso de una central de 90MW, el capex es de entre US$80 millones y US$150 millones.
Justamente desde el sector energía, Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile, confirma que, en el marco del acuerdo para el retiro de centrales a carbón, los propietarios de éstas han estado evaluando una serie de alternativas. “Con respecto a la reconversión de las centrales es una posibilidad, pues permite aprovechar infraestructura existente, principalmente la turbina a vapor, el generador eléctrico y subestación, y mantener el uso del terreno para el giro de producción de energía eléctrica”, comenta.
Cabe aclarar que el estudio en su totalidad consta de tres partes, una con el Ministerio de Energía, que consiste en la incorporación de esta tecnología a su Planificación Energética de Largo Plazo; otra con el Coordinador Eléctrico Nacional, en proceso, evaluando ventajas, costos y oportunidades sistémicas de este tipo de reconversión y, por último, la factibilidad técnica y económica en unidades generadoras activas a carbón, que fue lo presentado en esta oportunidad. Las otras dos partes están avanzando en paralelo.
Con respecto a la propuesta de las entidades alemanas, Seebach cree que “se deben considerar aspectos sociales, técnicos y económicos de esta reconversión como, por ejemplo, la inversión, mano de obra y eficiencia de las baterías de Carnot, lo cual permitirá a las empresas tomar la solución más sustentable para el territorio”