Q

Irena propone realizar subastas de hidrógeno verde para reducir sus costos de producción

La Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena por su sigla en inglés) planteó la posibilidad de que se implementen subastas de hidrógeno verde con el objetivo de reducir sus costos de producción, además de promover este recurso en el mercado mundial.

«Así como se han implementado subastas en todo el mundo para ofrecer nueva capacidad de energía renovable y reducir el costo de las tecnologías de energía limpia, también podrían implementarse para promover el hidrógeno verde. Las subastas de contratos de carbono por diferencias (CCfD) que utilizan el sistema de comercio de emisiones (ETS) permitirían a las industrias seleccionadas y difíciles de abatir bajo el esquema ETS asegurar un ingreso estable durante un período acordado, siempre que utilicen hidrógeno verde. Los ganadores seleccionados, que ofertan por un determinado precio de ejercicio, recibirían del gobierno la diferencia entre el precio de ejercicio y el precio de mercado de los derechos de emisión. Esto cubriría los costos de las inversiones en hidrógeno verde y atraería financiamiento para proyectos de hidrógeno verde. Las subastas de CCfD ya se están considerando en varias estrategias de hidrógeno», señala el análisis del organismo internacional.

Y es que, de acuerdo con los datos de Irena, los costos para producir hidrógeno verde, mediante energías renovables, van entre US$4 y US$6 por kilo, mientras que el hidrógeno generado con combustibles fósiles oscilan entre US$1 y US$2 por kilo.

«Se podría establecer un diseño de subasta alternativo para facilitar el comercio de hidrógeno verde sin la necesidad de ningún intercambio físico. En este caso, un intermediario público podría subastar acuerdos de compra a largo plazo con productores (seleccionando la oferta más baja) y acuerdos de servicio separados con compradores en los sectores difíciles de abatir (seleccionando la oferta más alta). quienes luego podrían comenzar a descarbonizar sus procesos. Los impuestos sobre el carbono o los ingresos del ETS podrían utilizarse para compensar las diferencias de precio iniciales soportadas por el intermediario público», precisa Irena.

Dentro de sus conclusiones, el análisis de la agencia indica que, con el tiempo, «la tarifa actual de hidrógeno verde de USD 6 / kg (alrededor de USD 180 / MWh) sería más baja que los esquemas de tarifas de alimentación utilizados para promover la electricidad solar fotovoltaica en su infancia, y por debajo de los resultados promedio de las subastas de energía solar fotovoltaica hasta 2013 (vea la figura siguiente)».

«Cuando se logre la paridad de costos con el hidrógeno basado en combustibles fósiles con el apoyo de un marco político propicio, se podría establecer un mercado competitivo y el hidrógeno verde se librará del problema del huevo y la gallina», añade el informe.

Energías renovables: Irena prevé la creación de hasta 122 millones de empleos a 2050

Energías renovables: Irena prevé la creación de hasta 122 millones de empleos a 2050

El informe World Energy Transitions Outlook de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) señala que acelerar las transiciones energéticas hacia una ruta segura para el clima puede aumentar el crecimiento de la economía mundial en un 2,4 % con respecto a lo previsto en los planes actuales para la próxima década, lo que cambiaría el discurso energético.

También, señala que, la ruta hacia los 1,5º C prevé la creación de hasta 122 millones de empleos relacionados con la energía al 2050, más del doble de los actuales 58 millones. Solo las energías renovables representarán más de una tercera parte de todos los empleos en el sector energético, empleando a 43 millones de personas a escala mundial, y respaldando la recuperación post Covid-19 y el crecimiento económico a largo plazo.

Según indican el informe «Perspectiva mundial de las transiciones energéticas», los sistemas energéticos basados en las renovables instigarán cambios profundos con repercusiones en las economías y sociedades. «Se requieren profundos cambios en los flujos de capital y una reorientación de las inversiones para alinear la energía a una trayectoria económica y medioambiental positiva», se precisa.

Asimismo, agregan que políticas con visión a futuro pueden acelerar la transición, mitigar la incertidumbre y garantizar los máximos beneficios de la transición energética. La necesaria inversión media anual de 4,4 billones de dólares estadounidenses es elevada, pero es viable y equivale aproximadamente al 5 por ciento del PIB mundial en 2019.

Francesco La Camera, director general de Irena, señaló que este informe «representa una herramienta práctica y concreta para una reorientación total del sistema energético mundial y representa un discurso energético nuevo y positivo a medida que el sector experimenta una transición dinámica».

«Existe consenso de que la única vía que nos dará la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5º C al 2050 es a través de una transición energética basada en las renovables y las tecnologías eficientes. La visión de Irena se ha generalizado como la única opción realista para un mundo climáticamente seguro», agregó.

También se señala que, de aquí a 2050, es necesario invertir US$33 billones adicionales en eficiencia, renovables, electrificación de uso final, redes eléctricas, flexibilidad, hidrógeno e innovaciones.

Se agrega que, si se tienen en cuenta los factores externos del cambio climático, la salud humana y la contaminación atmosférica, la amortización es aún mayor y cada dólar destinado a la transición energética generaría unos beneficios por valor de entre 2 y 5,5 dólares estadounidenses, o en términos acumulados, entre US$61 billones y US$164 billones para mediados de siglo.

Financiación

El informe de Irena ve en la transición energética una gran oportunidad empresarial para que numerosas partes interesadas, incluido el sector privado, pasen de la financiación basada en capital social al de deuda privada. Esta última experimentará un crecimiento de 44% en 2019 a 57% en 2050, lo que supone un aumento de casi el 20% con respecto a políticas previstas.

También, señalan que a las tecnologías de la transición energética les resultará más sencillo obtener un financiamiento asequible de la deuda y a largo plazo en los próximos años, mientras que los agentes financieros privados evitarán cada vez más financiar activos basados en combustibles fósiles y, por ello, éstos tendrán que depender de la financiación con recursos propios derivados de beneficios no distribuidos y nuevas emisiones de acciones.

Pero la financiación pública seguirá siendo decisiva para una transición energética ágil, justa e inclusiva y para catalizar la financiación privada. En 2019, el sector público proporcionó alrededor de US$450 000 millones por medio de capital de inversión y préstamos de instituciones de financiamiento para el desarrollo.  En el escenario de 1,5º C que Irena presenta, estas inversiones prácticamente se duplicarán hasta alcanzar los US$780.000 millones  aproximadamente. La financiación mediante deuda pública será una ayuda importante para otros prestamistas, en especial en los mercados en desarrollo, señalan.

Irena: Nuevas energías renovables tiene costos más bajos que el combustible fósil más barato

Irena: Nuevas energías renovables tiene costos más bajos que el combustible fósil más barato

La cuota de energía renovable que registró unos costos más reducidos que la opción más competitiva basada en combustibles fósiles se duplicó en 2020, tal y como demuestra un nuevo informe publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena, por sus siglas en inglés).

Del total de la generación de energía renovable agregada el año pasado, que llegó a 162 GW, equivalente al 62%, registraron costos inferiores a los de la nueva opción más barata basada en combustibles fósiles.

El informe Renewable Power Generation Costs in 2020 (Costos de generación de energía renovable en 2020) demuestra que los costos de las tecnologías renovables siguieron registrando una caída interanual significativa.

«Los costos de la energía solar de concentración se redujeron en un 16%; los de la eólica terrestre, en un 13%, los de la eólica marina, en un 9% y los de la solar fotovoltaica (FV), en un 7%. Los costos de las renovables también son cada vez más bajos que los costos operativos actuales del carbón. Las renovables de bajo costo proporcionan a los países desarrollados y en desarrollo una justificación económica robusta para dejar de utilizar el carbón en búsqueda de una economía con cero emisiones netas. Solo los nuevos proyectos de renovables que se adicionaron en 2020,  ahorrarán hasta US$156.000 millones a las economías emergentes durante su vida útil», señala el documento.

«Hoy en día, las renovables son la fuente energética más barata», afirmó el Director General de Irena, Francesco La Camera.

Según el ejecutivo, «las renovables ofrecen a los países atados al carbón un atractivo plan para eliminarlo de manera económica que garantiza cubrir el aumento constante de la demanda energética, y, al mismo tiempo, ahorrar en costos, generar empleo, impulsar el crecimiento y cumplir su ambición climática. Me llena de optimismo que cada vez sean más los países que optan por impulsar sus economías con las renovables y seguir la ruta de Irena para alcanzar cero emisiones netas de aquí a 2050″.

«Siguiendo el último compromiso alcanzado por el G7 de reducir a cero las emisiones netas y poner fin al financiamiento internacional del carbón a escala global ahora le corresponde al G20 y a las economías emergentes adaptarse a estas medidas. No podemos permitir una doble vía para la transición energética en la que algunos países se tornan verdes con rapidez mientras otros sigan atrapados en el sistema  pasado que se basa en los combustibles fósiles. La solidaridad global va a ser decisiva, desde la divulgación tecnológica hasta las estrategias financieras y el apoyo a la inversión. Debemos asegurarnos que todos se beneficien de la transición energética», indica el informe.

Los proyectos de energías renovables que se adicionaron el año pasado reducirán los costos del sector eléctrico en al menos US$6.000 millones por año en los países emergentes, frente a la agregación del mismo volumen de generación a partir de combustibles fósiles.

«Dos terceras partes de estos ahorros provendrán de la energía eólica terrestre, seguida de la hidroeléctrica y la solar FV. Los ahorros en costos suponen un complemento a los beneficios económicos y la reducción de las emisiones de carbono. Los 534 GW de capacidad renovable agregada en los países emergentes desde el 2010, a unos costos inferiores a los de la opción basada en carbón más barata, está reduciendo los costos de la electricidad en unos US$32.000 millones al año», se precisa.   

De acuerdo con el informe, «durante el período de 2010 a 2020 la competitividad de las tecnologías solar y eólica mejoró drásticamente, así como la energía solar de concentración, la eólica marina y la solar FV, todas uniéndose a la eólica terrestre en el rango de costos de la nueva capacidad basada en combustibles fósiles, a los que están desplazando cada vez más. En diez años, el costo de la electricidad procedente de energía solar FV a escala de servicio público cayó un 85%; el de la ESC, un 68%; el de la eólica terrestre, un 56%, y el de la eólica marina, un 48%. 

La perspectiva para el próximo año prevén una caída continuada de los costos de la energía renovable a escala global, «con los de la eólica terrestre situándose en un nivel entre el 20 y el 27 por ciento por debajo de los de la nueva opción de generación basada en carbón más barata. Los precios adjudicados al 74 por ciento de todos los proyectos de energía solar FV que se han puesto en marcha en los dos últimos años y que han sido contratados de forma competitiva por medio de subastas y licitaciones serán inferiores a los de los nuevos proyectos de generación energética a partir del carbón. La tendencia confirma que las renovables de bajo costo, además de ser la piedra angular del sistema eléctrico, también posibilitarán la electrificación en usos finales como el transporte, los edificios y la industria y permitirán una electrificación indirecta competitiva con hidrógeno renovable.

Hidrógeno verde: Irena prevé que alcance el 30% del consumo eléctrico a 2050

El hidrógeno verde pasará a ser uno de los que mayores consumidores de electricidad en el largo plazo, alcanzando el 30% del consumo total en 2050, según estima el informe World Energy Transitions Outlook, (Perspectiva mundial de las transiciones energéticas), publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena en inglés).

Según el análisis del organismo, ya existen numerosas tecnologías para alcanzar un sistema energético con cero emisiones netas, entre las cuales, están las energías renovables, el hidrógeno verde y la bioenergía.

«En 2050, el 90% de todas las soluciones de descarbonización incorporarán energías renovables a través de un suministro directo de energía de bajo costo, eficiencia, electrificación de sectores de uso final con base en renovables y también del hidrógeno verde», indica el informe.

Según Irena, «la inversión en la transición energética tendrá que aumentar un 30% sobre la inversión planeada para un total de 131 billones de USD de aquí a 2050, es decir, una media anual de 4,4 billones de USD. Los beneficios socioeconómicos serán enormes, por cada millón de dólares de gasto, la inversión en la transición generará aproximadamente tres veces más empleos que los combustibles fósiles».

Y se agrega: «La «ruta de 1,5 ºC» de Irena prevé que la electricidad va a pasar a ser el vector energético más importante en 2050, con una expansión de las renovables 10 veces más elevada durante el mismo período. El transporte registrará el mayor crecimiento en términos de electrificación, con un aumento 30 veces más elevado. Casi el 70% de las reducciones de las emisiones de carbono que se registren en el transporte procederán de la electrificación directa e indirecta».

BID e IRENA impulsan un futuro de energía sostenible en América Latina y el Caribe

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) firmaron una alianza que ayudará a impulsar la transición energética en América Latina y el Caribe (LAC) en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.

La alianza se basa en el intercambio de conocimientos en el contexto de la promoción de la integración regional, la inversión en energías renovables, las finanzas y la mitigación de riesgos en América Latina y el Caribe.

En particular, las dos partes apoyarán las iniciativas de la otra, como el HUB de Energía del BID y la Plataforma de Inversión Climática de IRENA, una iniciativa de múltiples partes interesadas establecida en la Cumbre sobre la Acción Climática 2019 del Secretario General de la ONU.

[VEA TAMBIÉN: Las oportunidades que genera para Chile el vínculo entre la minería y la economía verde]

Específicamente, el BID y la Agencia IRENA trabajarán para mejorar el acceso al financiamiento sostenible en la región, apoyando la creación de condiciones del mercado que sean propicias para las inversiones en energías renovables y que faciliten el desarrollo de proyectos de energía renovable.

Ambas instituciones están comprometidas a aumentar la ambición y la utilización de las energías renovables para apoyar la realización de los objetivos económicos y climáticos en la región.

Crecimiento verde

“Estamos complacidos de asociarnos con IRENA para promover la transición de nuestra región hacia un futuro energético sostenible en un momento crítico”, dijo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, quien agregó que  “en el BID estamos convencidos de que la recuperación pospandémica debe tener un enfoque en la sustentabilidad y el crecimiento verde”.

Por su parte, Francesco La Camera, director general de IRENA, aseguró que «facilitar el acceso a las finanzas sostenibles es fundamental para acelerar la transición energética del mundo”.

Además, recalcó que “la inversión en energía renovable debe duplicarse si queremos alinearnos con un camino seguro para el clima. El BID es un inversionista activo en la transición energética de América Latina y el Caribe y creo que a través de esta alianza podemos fortalecer los esfuerzos para poner a la región a la vanguardia de la agenda de descarbonización”.