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CMPC operará todas sus plantas de Chile solo con energía limpia

(El Mercurio) Empresas CMPC -ligadas al grupo Matte- señaló que dio un importante paso para reducir su huella de carbono y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pues en el marco de sus metas de sostenibilidad, selló la compra de atributos renovables reconocibles y trazables ante el Coordinador Eléctrico Nacional, para respaldar la totalidad de los consumos de energía eléctrica en todas sus plantas productivas en Chile.

Para esto, la compañía realizó un proceso de licitación para el periodo 2021-2027, el cual fue adjudicado por Eléctrica Carén, que cubrirá un 60%, y Parque Solar Fotovoltaico Luz del Norte con 20%, quedando el saldo restante cubierto por atributos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) propios de CMPC a partir de la generación con biocombustibles en las plantas de celulosa y contrato de suministro de energías vigentes.

Los atributos comprometidos, según informó la empresa, cubren casi 1,1 GWh por año, en promedio, lo cual significa un paso significativo en el cumplimiento de las metas de sostenibilidad de la compañía con 20% de avance en relación con el objetivo de emisiones y una disminución de 250 mil millones de toneladas de CO2 o gases de efecto invernadero.

De esta manera, las 24 plantas que CMPC tiene funcionando en Chile lo harán con energía limpia, sin importar que se trate de fábricas de celulosa, packaging o de productos tissue, que son las tres principales líneas de negocio de la empresa.

«Estos contratos tienen un impacto muy importante sobre las emisiones de gases de efecto invernadero indirectas que son producidas por las generadoras que abastecen de la energía eléctrica a CMPC para su operación. Con esta licitación y adjudicación prácticamente podremos llevar a cero las emisiones indirectas para las operaciones de CMPC en Chile», señaló Nicolás Gordon, gerente de Sostenibilidad y Medio Ambiente de CMPC.

Este anuncio se suma al reciente reconocimiento de CMPC como la segunda forestal más sustentable del mundo, según el Dow Jones Sustentability Index, que reúne a 1.386 compañías que demuestran contar con un fuerte liderazgo en materia de sostenibilidad. La empresa es considerada en dicho indicador desde 2015 y lidera la industria forestal en las categorías «Chile», «MILA Pacific Alliance» y «Emerging Markets».

En 2019, CMPC se autoimpuso cuatro metas de sostenibilidad: ser una empresa cero residuos a disposición final al año 2025, reducir en 50% sus emisiones de gases de efecto invernadero a 2030, disminuir en 25% su consumo de agua al 2025 y aumentar en 100 mil de hectáreas su superficie de conservación.

Andrés Rebolledo sobre ERE: «no es necesario ese mecanismo para acelerar la transición»

Andrés Rebolledo fue el ministro de Energía durante el gobierno anterior, siendo uno de los actores que estuvo a cargo de iniciar al actual proceso de descarbonización de la matriz energética, con el retiro de las unidades generadoras a carbón, lo que actualmente se ha acelerado con la salida de centrales en la Regiones de Valparaíso y del Biobío.

Es así como el actual consultor analiza con ELECTRICIDAD el avance de este cronograma, destacando la señales positivas que implica la salida programada de estas centrales, aunque considera que el Estado de Reserva Estratégica (ERE) no es un mecanismo adecuado para acelerar la transición energética.

Avance

¿Cómo ve el avance del proceso y que perspectivas tiene para los próximos años?

Efectivamente es un proceso que de manera voluntaria permitió llegar a un acuerdo entre las empresas y el gobierno inicialmente a principios de 2018, al que luego se le dio continuidad en este gobierno, estableciendo un plazo con un cronograma completo a 2040 y un cierre adelantado de carboneras.

A mí me parece que son buenas señales desde el punto de vista de la transformación del sector energético en Chile, con la incorporación masiva y necesaria de energías renovables, por lo que las decisiones que las empresas han tomado para adelantar este cierre responde a una visión de las necesidades de ser activos en el combate del cambio climático. Pero también es una decisión práctica, en el sentido de que estas mismas empresas que generan carbón, se meten masivamente al negocio de energía solar y eólica, lo que es un buen negocio también. Es una buena noticia que esto haya sido una política que siguió y se profundizó.

¿Cree que este proceso se puede adelantar aún más?

El propio acuerdo establece que cada cinco años exista una posibilidad de juntarse y ver si es que se podría adelantar este cierre antes de 2040, y lo que ha sucedido en el último tiempo posibilita eso. Creo es posible imaginar un cierre total y definitivo antes de ese año, lo que podría ser -por ejemplo- en torno a 2030, salvaguardando y asegurando los temas de seguridad del sistema eléctrico, de competitividad, y de evitar que suban los precios. Es posible desde el punto de vista tecnológico, además los mercados así lo permiten y, por lo tanto, lo que se debería hacer es poner un esfuerzo adicional para adelantar el cierre a 2030.

Iniciativas

¿Qué le parece la iniciativa de la actual administración para conformar mesas de trabajo para avanzar a una transición justa a través de la reconvención laboral y social?

Es algo absolutamente necesario, pues hay que adelantarse a los efectos sociales que puedan haber en los territorios donde están emplazadas las carboneras, de manera que colectivamente con las comunidades se decidan cuáles son las alternativas laborales y cuáles son las necesidades en materia de capacitación. La idea es que esto sea pertinente, acorde a la nueva realidad del mercado laboral, donde la digitalización es un elemento central. Por lo tanto, es algo inaudible y es una responsabilidad del gobierno, junto con el cierre, conducir un proceso de manera que sea adecuado, armónico y no termine afectando el objetivo final que es la descarbonización.

¿Qué le parece el proyecto de descarbonización acelerada que se tramita en la Cámara de diputados?

A mí me parece que es una consecuencia de mirar a 2040, entendiendo que es posible adelantarse. Habrá que definir el año particular, teniendo muy en cuenta la seguridad del sistema eléctrico y evitar que suban los precios, que es un elemento y un sello tan relevante que ha tenido el sector en Chile. En la medida que se pueda asegurar un precio en las tarifas eléctricas de los hogares también hacía la baja, eso hay que mantenerlo. Por lo tanto, si no se puede hacer a 2025, será a 2030, pero claramente eso es una respuesta a una visión cada vez más consensuada de que el país entiende que hay que acelerar este esfuerzo de descarbonización, porque existe la posibilidad de hacerlo.

Riesgos

¿Cree que el cierre adelantado de las plantas puede provocar problemas en el sistema eléctrico?

Me parece que existe en Chile una oferta suficiente, que cubre de manera adecuada la demanda en el día. De hecho hay una generación más alta que el consumo y, por lo tanto, creo que eso no es un inconveniente. De hecho, si uno nada más proyecta la inversión de construcción de plantas de generación, que en su mayoría son con energías renovables, habrá un suministro suficiente para hacer frente a estos temas de seguridad. Además, la tecnología va a cambiar y en algunos años va a ser posible tener energías renovables ya no de forma variable, sino que las 24 horas, que es uno de los desafíos relevantes.

Por eso, no me parece adecuado esta medida que se tomó de darle la posibilidad a las carboneras de que queden en un Estado de Reserva Estratégica (ERE), donde se les va a remunerar una cantidad de recurso hasta un plazo de cinco años y que va a terminar pagando todo el sistema, sobre todo las centrales renovables. Esta no es una medida que estuviera contemplada en el acuerdo, va a alterar las condiciones de competencia en el sistema eléctrico y me parece que es algo que se tendría que revisar, sobre todo cuando hay suficiente oferta en el sistema

¿Cómo evalúa el ERE como un mecanismo para acelerar la descarbonización?

Creo que los propios cambios en el sistema en términos de rentabilidad y el buen negocio que es hoy invertir en energías renovables, es un negocio en sí mismo importante y rentable, por lo tanto, creo que eso es lo que debería guiar las decisiones y no un sistema en que sean otros los que terminen pagando ese esfuerzo de cierre y que termine por alterar las condiciones de competencia en el sistema. Creo que no es necesario el mecanismo de ERE para acelerar la transición, el propio mercado hoy provee la energía suficiente para que eso suceda.

¿Qué desafíos quedan pendientes en materia de descarbonización?

Uno de los desafíos fundamentales es no solo descarbonizar la matriz de generación, sino que también el sector de transporte. Esto quiere decir hacer un cambio importante en el tiempo en materia de incorporar electromovilidad, en que ya se ha hecho algo importante al incorporar buses eléctricos, considerando que un 20% a 30% de las emisiones de efecto invernadero en nuestro país son emitidas por sector transporte. Por eso, para tener una descarbonización global, se requiere sacar carboneras, cambiar el parque automotriz a vehículos eléctricos y, además, que la industria  haga su aporte en cambiar sus propias matrices a energía limpias en sus procesos productivos.

Héctor Chávez: Generación y distribución se ven tensionadas con las actuales transformaciones en la industria

Héctor Chávez: Generación y distribución se ven tensionadas con las actuales transformaciones en la industria

Héctor Chávez asumió recientemente como director del Departamento de Ingeniería Eléctrica (DIE) de la Universidad de Santiago, uno de los principales actores institucionales en el mundo académico en la industria energética, la cual actualmente está pasando por una serie de cambios que provocan tensión entre sus distintos participantes, de acuerdo con el análisis que realiza el docente.

La nueva autoridad académica señala a ELECTRICIDAD las adaptaciones que tendrá que hacer la academia para aportar en los desafíos existentes, especialmente en el proceso de descarbonización de la matriz local y en la reforma al segmento de la distribución

Iniciativas

¿Qué iniciativas impulsaría el DIE para 2021?

Hay un asunto que nos ha tenido muy ocupados todo este año, y probablemente el próximo, que tiene que ver con la virtualización de la docencia. Producto de la pandemia y la situación sanitaria hemos tenido que transitar bien apresuradamente hacia la docencia virtual, con las clases que se están dando de manera online y eso ha sido implementado con esfuerzo, pero ahora entramos en un período complejo, en que se tiene que analizar si es que estas nuevas perspectivas de la docencia están en línea con la calidad de nuestro proceso formativo

Esta es de las cuestiones más relevantes que tenemos por delante: establecer de qué manera va a afectar el método evaluativo, que ha tenido que cambiar, a la calidad de la formación. Esta modalidad online podría conformar un porcentaje significativo de la docencia en el futuro, por lo que evaluar de qué manera esta transición ha afectado la calidad formativa es muy importante para mantener el estándar que ha caracterizado al DIE y que tiene que ver con la calidad de la educación.

¿Cuál es el análisis que hace sobre la industria eléctrica en la actualidad?

Destacaría dos puntos relevantes. Primero, la política de descarbonización, que ha tenido un componente político significativo desde la COP25, y el compromiso que ha tomado Chile y otros países, que ha acelerado la necesidad de retiro de centrales a carbón. Desde el punto de vista técnico, esto ha tenido un impacto importante en la industria, que tiene que ver con el impacto que van causar estos retirosen la seguridad del sistema eléctrico.

Evidentemente los sistemas de generación tradicionales tienen un rol en la estabilidad y en mantener la continuidad del servicio. El desafío aquí es saber cómo la industria va a responder a la necesidad creciente de seguridad que va a tener el impacto los sistemas de generación que van a reemplazar al carbón y que viene también a exacerbar el hecho de que la seguridad se ha ido deteriorando por la integración de energías renovables. Este es un asunto importante del corto plazo.

El otro punto es la distribución, donde tenemos una coyuntura bien importante, que tiene que ver con el impacto de un escenario de comercializadores de energía, donde todavía hay mucha discusión sobre la implementación. Hay una relativa concordancia respecto a que la comercialización de la electricidad es una buena solución para varios problemas que se han venido dando, pero evidentemente la implementación de esto presenta problemas, por ejemplo, con los contratos de largo plazo que se han suscrito en las licitaciones de suministro.

Entonces creo que estas dos cosas han estado tensionando la industria desde ambos lados, desde la gran generación y desde la industria eléctrica a nivel de distribución. Tenemos un año bien movido en ese sentido.

¿Cómo está adaptando la academia la incorporación de nuevas tecnologías y regulaciones en el sector energético?

La academia en general desde el punto de vista industrial siempre reacciona con oferta académica. Ya varias casas de estudio se han ido instalando discusión a nivel de diplomados, los que son la punta del iceberg entre el conocimiento académico que se genera a través de papers y proyectos de investigación, y el conocimiento más masivo y aterrizado a la realidad industrial. Los diplomados son las instancias más masivas y que dan señales sobre qué cosas se están requiriendo dentro de las nuevas perspectivas. Últimamente ha habido muchísimo movimiento, en que hay ofertas de diplomados en hidrógeno, en energías renovables, electromovilidad entre otras. Con las nuevas perspectivas del mercado eléctrico, probablemente aparecerá algo de distribución. Y aquí nuestro rol como academia está en proponer nuevas perspectivas y paradigmas desde el punto de vista de la investigación, pero abordando también el conocimiento más digerido y más general en la oferta de diplomados, magísteres y doctorados que tiene un impacto más amplio en la formación de capital humano avanzado

A su juicio, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria?

Yo creo que el tema de la descarbonización es el desafío general de la industria eléctrica en este momento. Antes en los años 80’ y 90’ era una industria con tecnología bastante establecida y sin muchos desafíos, pero ha sido la integración de energías renovables y las metas de decarbonificacion desde la política pública lo que ha ocasionado una necesidad importante de modernización en el sector. Como lo mencione anteriormente, hay desafíos muy significativos a nivel de operación del sistema que han impactado al sector estos años.

Por otra parte, dentro de la necesidad de descarbonización, uno de los usos energéticos más complejos de decarbonificar son los que se relacionan con el transporte, por lo que el desarrollo de la electromovilidad ha crecido significativamente. La única manera en que hemos podido resolver este problema energético es con la movilidad eléctrica, vale decir, trasladando grandes bloques de energía desde la combustión interna en nuestros vehículos a sistemas de generación eléctrica que pudieran ser renovables.

Hay un tercer elemento que tiene que ver con el hidrógeno, el que se está transformado en una alternativa muy importante por el aprovechamiento de la energía solar en el norte que no necesite de la construcción de grandes proyectos de infraestructura de transmisión. Además de su uso local, tenemos la posibilidad de exportar el hidrogeno a países que se han determinado a su masivo, como Japon, y para los cuales se proyecta rentable su procesamiento en Chile a partir de energía solar.

¿Cómo ve la discusión sobre la potencia del sector energético?

El DS 62 del 26 de diciembre de este año ha sido un incentivo para acelerar el retiro de centrales a carbón, que pueden acogerse a una nueva figura llamada Reserva Estratégica y recibir un pago por mantenerse en estado operativo en espera que una situación de emergencia que haga necesario su despacho, el cual no podrá superar el 60% del equivalente a su potencia máxima. El decreto establece plazos específicos para el periodo que puede una unidad permanecer como reserva estratégica y los plazos para la solicitud de despacho. Es una medida que ya ha tenido frutos al existir empresas que han solicitado el retiro de sus unidades a carbón para ingresar al nuevo régimen, pero que también ha esbozado críticas desde algunos sectores que cuestionan los pagos hacia las unidades de Reserva Estratégica y como estos provendrían de una reducción del pago al resto de las unidades del sistema.

Distribución

¿Cómo ve el proceso de la reforma a la distribución?

Ese es un tema que está tensionando la operación de los sistemas de distribución y que es muy relevante. Tenemos que pensar que las tarifas eléctricas son bastante complejas de entender para los usuarios residenciales y PYME, que genera una barrera a que estos puedan minimizar los costos de la facturación.

Habiendo una cantidad significativa de distintas tarifas, ese proceso de búsqueda de costo-efectividad en el consumo eléctrico se hace complejo y obviamente eso es una barrera para las personas y los procesos. Cuando hablamos de un cambio en la tarificación o un cambio en que se comercializa la energía eléctrica, estamos pensando en empresas comercializadoras que de alguna manera van a traducir estas tarifas complejas a más sencillas que puedan ser mejor adoptadas.. Dentro de ese proceso van a ocurrir, dos cosas muy buenas: la primera, es que las personas y PYMES van a poder tener acceso a elegir un proveedor de energía eléctrica que pueda darles una tarifa que sea un poco más sencilla, entendible, y que pueda ser integrada a las finanzas de una empresa. Si esto se cumple será muy positivo, porque quienes estén a cargo de esta comercialización van a tender a generar tarifas cada vez más simples y va a generar un círculo virtuoso.

Además, la competencia que inherentemente va a ocurrir entre las comercializadoras evidentemente va a generar un proceso de mayor eficiencia en los precios; eso también es muy importante. Y bueno el riesgo que ocurra en ese juego lo van a asumir las empresas comercializadoras y eso es muy bueno porque las tarifas tenderán a la baja como ocurrió de manera análoga en el sector telecomunicaciones.

Descarbonización: salida de Ventanas I y II reducirá en 2.000.000 de toneladas las emisiones de C02

Descarbonización: salida de Ventanas I y II reducirá en 2.000.000 de toneladas las emisiones de C02

El retiro de las Unidades 1 y 2 de la central termoeléctrica Ventanas reducirá en cerca de 2.000.000 de toneladas de dióxido de carbono en el país, equivalente a la salida de más de 800.000 vehículos particulares, lo cual fue destacado en la histórica jornada en que AES Gener apagó 322 MW de potencia instalada en el Sistema Eléctrico Nacional.

El ministro de Energía fue el encargado de apagar las máquinas de la central termoeléctrica, que se acogió al Estado de Reserva Estratégica (ERE), por lo que ambas unidades están disponibles como respaldo, en caso de que exista una situación excepcional o que una eventual crisis energética ponga en riesgo la seguridad y suficiencia del sistema, lo que podría ser requerido por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN).

Adelantamiento

La autoridad también destacó el avance de este proceso, considerando que AES Gener anticipó el retiro de la unidad 2 de Ventanas. «En un año hemos adelantado la salida de 6 centrales respecto de su cronograma original. Así, al 2024 habremos retirado el 30% de la generación a carbón y cerrado 11 de las centrales que existen en Chile, dijo Jobet.

Al respecto, el gerente general de la empresa, Ricardo Falú, señaló que la petición que realizó la generadora para la salida de Ventanas I y II implica dejarlas bajo el ERE hasta el 29 de diciembre de 2025, precisando que desde hoy ambas unidades estarán apagadas y disponibles en caso de necesidades en la operación del sistema eléctrico.

El ministro indicó que la industria está desarrollando medidas para enfrentar la menor inyección eléctrica al sistema, como el fortalecimiento de la transmisión, con 44 proyectos que totalizan 767 kilómetros de extensión en líneas, a lo que se suman 100 centrales de generación en construcción, 95% de las cuales son de energías renovables.

Agregó que estas tecnología que reemplazarán al carbón abrirán nuevas oportunidades: «Transporte más limpio, hogares más amigables, ciudades con menos contaminación. También permitirán mejorar la competitividad de industrias clave como la minería y la agricultura, que serán cada vez más verdes gracias al hidrógeno. Chile avanza hacia ser un país de energías limpias».

AES Gener

El presidente de la Unidad Estratégica de AES en Sudamérica y Presidente del Directorio de AES Gener, Julián Nebreda, destacó el hito, señalando que el país «ha sido un ejemplo en la manera como ha enfrentado el proceso de descarbonización con el acuerdo voluntario que firmamos hace más de un año y que ha sido un marco excelente para acelerarla una manera ordenada y eficiente».

El ejecutivo también resaltó el proceso de transformación que impulsa AES Corporation mediante la estrategia Greentegra, que busca incorporar 2.305 MW de capacidad instalada en centrales solares, eólicas, hidroeléctricas, y de almacenamiento con baterías, precisando «hemos aprobado suscribir el aumento de capital de US$ 300 millones recientemente anunciado por AES Gener».

Seis lecciones del mercado eléctrico en 2020: Dolores y oportunidades de la generación para la transición energética

Seis lecciones del mercado eléctrico en 2020: Dolores y oportunidades de la generación para la transición energética

Con optimismo y para enfocarnos en mejorar una agenda de trabajo para la transición energética que Chile debe asumir sin excusas, es esencial hacer un repaso de logros y lecciones aprendidas en el 2020, sobre el mercado eléctrico responsable del 29% de las emisiones GEI (´Gases Efecto Invernadero´) del país.

Haber podido correr el velo para visualizar aquellas distorsiones que afectan la situación base del mercado eléctrico, ya es bueno en sí mismo. Quien no sabe dónde está parado ve difícil trazar rutas y metas. Trazado que es más difícil aún, si existe la convicción por conveniencia, autocomplacencia o inocencia, de que se tienen condiciones competitivas cuando en realidad no siempre las hay.

El sector renovable logró superar este año el 20% de la generación total, meta que se había fijado por ley al 2025. Pero luego de un reconocimiento prudente, sin bombos innecesarios, las renovables se preguntan cómo se resolverán las múltiples distorsiones y desviaciones a la premisa de que la generación es un segmento del mercado eléctrico competitivo y tecnológicamente neutral.

Aprendimos que no tan sólo no era así, sino que muchas de estas distorsiones provienen de regulaciones que hoy por hoy no están acordes a los desafíos de la transición energética y que, lamentablemente, en ciertos círculos del sector eléctrico, son defendidas como si se justificaran en la seguridad del sistema, el mínimo costo, y la eficiencia. Estos agentes del statu quo repiten mantras anquilosados y no se percatan que el sector eléctrico ya no es una caja negra que nadie entiende, y que, por el contrario, cada vez hay más ojos y manos dispuestas a ayudar a corregir lo incorrecto.

Repasemos las lecciones:

 Gas inflexible: Aprendimos que el gas inflexible le quita espacio de inyección a la generación renovable, extremando incluso en su vertimiento, lo que equivale literalmente a botar energía barata y producida sin emisiones. Además de este perjuicio en la cantidad, aprendimos que también causa una caída significativa en los costos marginales del sistema, por lo que las generadoras renovables que venden su energía al spot, pierden nuevamente, porque perciben un precio deprimido o incluso de 0, durante varias horas al día. Por último, aprendimos que, aprovechando la Norma de GNL Regasificado, las generadoras a gas podrían tener un comportamiento estratégico, puesto que al deprimir los costos marginales de los nodos afectados, maximizarían su beneficio abasteciendo sus portafolios de PPAs comprando energía a un menor costo provocado por ellas mismas. En otros términos, ésta es una inflexibilidad que no sólo perjudica a la generación renovable, sino que puede beneficiar anticompetitivamente a la generación en base a gas natural.

 Mínimos técnicos de centrales a carbón: Aprendimos de otra inflexibilidad, denominada mínimos técnicos del carbón. Esta distorsión tiene efectos parecidos al gas inflexible, pues también desplaza generación renovable por generación térmica con emisiones. Se trata de una condición de operación que les permite a las centrales carboneras ser despachadas a una potencia mínima de operación, para asegurar su disponibilidad en otro horario. Este modo de operación se basa en que las calderas y turbinas de las carboneras se verían dañadas de forma significativa y costosa si ese límite es rebajado por debajo de ese mínimo pre-establecido, generando pérdidas no solo para el propietario de la central a carbón, sino que para todo el sistema.  En la actualidad, los mínimos técnicos de las unidades a carbón pulverizado varían entre un 52% y un 25% de la potencia máxima, siendo que en otras jurisdicciones llegan a ser tan bajos como el 15% de la potencia máxima. Esta consideración conservadora del riesgo operativo privilegia un espacio de inyección para generación térmica con emisiones en desmedro de las renovables.

Lo bueno de 2020, es que aprendimos que hay soluciones técnicas aplicables que no requieren de ley o de reglamentación especial y nueva, y que pueden ser aplicadas si el Coordinador decide instruir a los propietarios de estas unidades realizar las pruebas técnicas y/o ajustes operativos para determinar los mínimos técnicos con un solo molino pulverizador, en vez de dos. Así, cuando exista disponibilidad de energía renovable, se podrá rebajar la generación a carbón a un mínimo técnico menor, sin dañar mecánicamente esa unidad. Y luego, cuando una mayor generación térmica sea necesaria, especialmente al fin del horario solar, se activarán sucesivamente más molinos, para producir la generación que se le requiera a la unidad según la demanda del momento y según el orden de mérito. Dado que la experiencia operativa flexible de centrales carboneras es cada vez más extensa a nivel global, no existen razones que impidan su consideración al más corto plazo en Chile. Nada de esto requiere un proceso en el Ejecutivo o en el Parlamento, constituyendo una oportunidad de descarbonización paralela e inmediata que debe aprovecharse, y que los actores renovables y ambientalistas debieran agregar a sus agendas del 2021.

Impuesto a las emisiones: Sobre el impuesto a las emisiones o impuesto verde, el sector eléctrico también tuvo lecciones que permitieron, sobre todo, concluir con consenso abrumador, que el actual diseño y mecanismo de aplicación es errado, inútil y no provoca efectos de disuasión en la generación a carbón. Aprendimos el absurdo de que, del total recaudado por impuesto a las emisiones en el sector eléctrico, hay una porción de entre un 7 a 9% pagada por la generación 100% renovable, por lo que insistimos, el impuesto está mal diseñado. Una porción muy significativa del impuesto aplicado a los retiros del sistema que hacen todos los generadores, incluyendo a los renovables, se debe al despacho a mínimo técnico de las centrales térmicas. Aparte de que ´justos y pecadores´ terminen pagando, está claro que mantener mínimos técnicos altos termina acrecentando la distorsión en el impuesto verde. En realidad, aprendimos que el impuesto verde debería gravar el costo del combustible y de esta forma alterar el orden de despacho económico de las tecnologías, haciendo que el carbón sea más caro que el gas, y dejando por esta vía de generar prioritariamente con carbón.

Lamentablemente, también aprendimos que no existe voluntad en el Ejecutivo para tomar la bandera de corrección de esta distorsión, que así de evidente, implica que la evaluación del impuesto verde sea derechamente mala.

 Así, primero asumimos como ´ley natural´ que así son las cosas y que no se pueden cambiar. Luego, nos extrañamos cuando se presenta un proyecto de ley que apura el retiro de todas las carboneras al 2025 (con una indicación de retiro al 2021) sin estudios técnicos que lo avalen, y que éste empieza a tomar fuerza y posición en el Parlamento. Esta es una de las lecciones más evidentes de como la inacción y la demora en implementar correcciones sensatas y técnicamente fundamentadas, termina resultando en proyectos más inconvenientes y complicados.

Requerimiento de inercia y de seguridad del sistema: A propósito que el Coordinador fue citado al Parlamento para presentar su posición en relación al proyecto de ley de retiro de las centrales a carbón a 2025, aprendimos sobre el enfoque de la inercia como un obstáculo a la descarbonización acelerada. En efecto, el Coordinador presentó un informe aduciendo que tal retiro afectaría la seguridad del sistema, en particular en lo referente a este requerimiento de inercia.  El Coordinador planteó el statu quo tecnológico: que era necesario mantener las máquinas síncronas térmicas por razones de seguridad, sin explicitar cualquier opción tecnológica basada en las energías renovables para atender este requerimiento en el futuro.

Sin embargo, aprendimos que existen otras opciones tecnológicas basadas en sistemas de electrónica de potencia – BESS, fotovoltaica y eólica- que debieran permitir un tránsito eventual a 100% renovables, sin tener que reservar espacio de generación para la operación de unidades térmicas síncronas. Aprendimos que estas experiencias ya han sido implementadas en Chile, cuestión que nos debiera poner muy satisfechos. Sin duda, debemos seguir difundiendo lo realizado, por ejemplo, por Luz de Norte y Punta Sierra, que durante el 2020 entregaron servicios de control de frecuencia para el sistema eléctrico.

¿Cómo no apuntar a un 2021 que profundice y desarrolle en un plan integral Gobierno-Empresas-Coordinador, para valorizar en más generadoras solares y eólicas las capacidades de los sistemas de electrónica de potencia? una evaluación de costos demostrará que esta contribución permitirá encontrar  alternativas menos costosas y más rápidas de implementar para que el requerimiento de inercia no se transforme en un obstáculo a la descarbonización.

Una lección que no podemos obviar es que Chile debe tomar la delantera en la innovación tecnológica que permita la integración de proporciones cada vez mayores de renovables, habida cuenta de los recursos renovables excepcionales que tiene y del mercado  de escala pequeña. En esa dirección deben avanzar instituciones como el Coordinador, y así enviar la señal correcta de que están en la senda de facilitar la integración de más renovables, lo que se traduce en más inversión y más innovación.

 Servicios Complementarios (SSCC): En el mercado de servicios complementarios provistos por generadoras para mantener el equilibrio entre oferta y demanda del sistema, hay varias lecciones aprendidas.  La primera lección del 2020 es que los servicios complementarios no son una provisión exclusiva de la generación hidro-térmica, sino que centrales solares y eólicas así como sistemas de almacenamiento también son suministradores competitivos y confiables.  Es decir, las energías renovables y el almacenamiento ya están redefiniendo la oferta competitiva de SSCC, superando barreras tecnológicas y cognitivas.

Para ello, la generación renovable debió aprender de los errores de diseño en la forma de proveer estos servicios. En efecto, el Coordinador decidió implementar un sistema mixto, donde conviven subastas junto con la asignación directa a generadoras, mediante el chequeo o auditoría de costos para que éstos resulten, en teoría, mínimos. Servicios que se preveían fueran licitados, fueron por el contrario asignados directamente por el Coordinador.  Esta acción no trajo precisamente precios más bajos o competitivos. Todo lo contrario, los costos de SSCC pasaron de niveles de CLP$1.200 millones al mes a CLP$12.000 millones al mes. La lección es que un mal diseño de mercado le quitó oportunidad de competencia a la generación renovable y como remate, encareció los costos para el sistema y los consumidores.

Derivado de lo anterior, una segunda lección que aprendimos es que los agentes deben estar atentos a revertir estas situaciones y atreverse a pedir ´virajes en U´. Dos discrepancias ante el Panel de Expertos y una presentación al TDLC representan un cúmulo importante de argumentación regulatoria que resultó en cambios muy significativos a la estructura de los SSCC ofertados y a los procesos de subasta del Coordinador a corto tiempo de haber instaurado un diseño deficiente.

La señal de corrección es adecuada, pero instala la incertidumbre de por qué ocurren cambios de diseño en tan corto plazo y qué hubiera pasado si no hubiesen habido esas presentaciones y alegatos exigiendo cambio. Esto obliga a acciones de revisión permanente que imponen un costo adicional a la certeza jurídica requerida por los agentes para desarrollar inversiones para la transición energética.

 Estado de Reserva Estratégica (´ERE´) y reconocimiento de potencia: El nuevo reglamento de Transferencias de Potencia entre Generadoras, publicado el pasado 26 de diciembre en tiempo realmente récord, incluye el Estado de Reserva Estratégica (ERE) que remunerará a las carboneras que se retiren del sistema con un cargo por potencia al 60%, para que ellas permanezcan disponibles en el sistema en caso de ser requeridas.

En el contexto de las prioridades de descarbonización del país, de la premisa de un segmento generador tecnológicamente neutral, de la transición justa, y de la necesaria transparencia que se requiere, el pago por ERE constituye una señal económica incorrecta.

Aprendimos que es una distorsión por varias razones. Primero, la creación del estatus de ERE perjudica a todas las centrales del sistema que ofrecen potencia, ya que se les rebaja el pago por potencia que éstas debieran recibir, a efectos de remunerar a las centrales que se acojan al ERE.  La remuneración del ERE para centrales al carbón es una sobre renta económica a costa de los demás actores que si aportan suficiencia al sistema eléctrico. Especialmente preocupante es el caso de energías limpias como las hidroeléctricas, solares y eólicas, que deberán subsidiar un respaldo de generación con emisiones al sistema.

Segundo, se está creando una remuneración en contra de la legislación vigente sobre el mercado de potencia (Art. 72-17 inciso final, Art. 149 inciso cuarto, Art. 162), en cuanto el cálculo del aporte de suficiencia debe ser un servicio de respaldo de capacidad. En este respecto, cabe preguntarse, si el ERE no es un respaldo de potencia (medida en MW), sino que de energía eléctrica (MWh), indicado por el mismo regulador este año frente al Parlamento, entonces por qué corresponde modificar el DS 62/2006 cuando éste trata específicamente sobre las transferencias de potencia y no de energía eléctrica. Con la publicación del reglamento, la discusión de esta línea de argumentación jurídica es extemporánea, pero instala en el mundo renovable la sensación de que hubo un tratamiento no-neutral, reñido con la coherencia jurídica de los principios por los cuales se remunera la potencia y que, de nuevo, favorece a la generación fósil. Lamentablemente no hay ningún ERE ni nada similar en el mercado, para las renovables.

Sin duda el 2020 nos deja aprendizajes. Hemos comentado seis lecciones asociadas a la competencia y a la estructura de los mercados del segmento de generación.  Que lo discutido nos lleve a reflexionar sobre cómo todos contribuimos a identificar y reducir los impactos de las distorsiones, en función de nuestros respectivos roles, ya es un gran logro. En Chile hay efectivamente una red de profesionales independientes, hombres y mujeres, que son optimistas y cada día más enterados de lo que sucede en nuestro mercado. Tenemos también más visión de cómo se han resuelto problemáticas similares – impuesto verde, inercia sintética, gas inflexible – en otros mercados. Pero hay un dejo amargo al apreciar que, a veces no se toman oportunidades de mejora evidentes, y que el avance parece poco. Por lo mismo, para avanzar más rápido, se debe consensuar entonces una agenda de trabajo pro-generación renovable, sin distorsiones que la afecten, entre gremios, empresas, regulador, coordinador y ministerios relacionados como Hacienda y Economía. Esto permitirá generar soluciones y propuestas al mayor desafío que enfrenta la humanidad que es la transición energética causada por el cambio climático, ahora fusionado con la recuperación verde y creación de empleos post Covid-19. ¿Si no empezamos 2021, entonces cuándo?