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Melón S.A.: “Los impuestos verdes hacen difícil mantener a la industria en Chile”

Jul 23, 2014

El gerente general corporativo de Melón, Jorge Eugenín dice que sería razonable que sólo les graven el CO2 que proviene del combustible que usan en los hornos y no el del proceso productivo general.

(Diario Financiero) El gerente general corporativo de Melón, Jorge Eugenín, reconoce preocupación por los alcances de los impuestos verdes que gravarán la emisión de CO2.

Aunque falta conocer el detalle de cómo se aplicará el tributo, el ejecutivo dice que se puede caer en un error y que se podría incentivar el aumento de la importación de este producto en detrimento de la producción local, conducta que la industria comenzó a desarrollar en los últimos años como una forma de reducir sus costos y mantener su competitividad, afectada por altos costos de la energía y de la logística, por la ubicación de los yacimientos.

Eugenín explica que hoy la producción local de cemento tiene una ventaja de entre un 5% a 10% en costo frente al importado. Esa diferencia desaparecería, dice, si se aplicara el impuesto a las emisiones generales de CO2, algo que los obligaría a revisar sus operaciones.

“Melón va a seguir haciendo cemento y vendiendo concreto y hormigón por muchos años más. Ahora, evidentemente hay algunos procesos que podrían dejar de hacerse acá y ser importados, como es la descarbonización de la caliza de la que se produce clinker, insumo básico del cemento”, explica el ejecutivo.

Todos estos elementos sumados pueden inclinar la balanza a favor de la importación. “Nos están haciendo las cosas muy difíciles para poder mantener algo de industria en Chile”, resume.

Por ejemplo, hoy ya no es conveniente para la firma invertir en nuevos hornos para elevar la producción local. Melón importa más del 50% del clinker que utiliza. Este se procesa en sus planta de Puerto Montt, Ventanas y parcialmente en La Calera, donde también tienen producto nacional.

En esa última operación tienen funcionando uno de los dos hornos con que cuentan, ya que debieron cerrar uno porque no era eficiente y tampoco era conveniente reemplazarlo.

Industria sustentable

El ejecutivo agrega que la industria cementera local tiene la huella de carbono por tonelada producida más baja del mundo. Por esto, si se les pone el impuesto, se reemplazará cemento con bajas emisiones.

Por eso la empresa -que a través de Sofofa transmitirá sus inquietudes a las autoridades- propone que no se les grave la totalidad de las emisiones asociadas a la descarbonización de la caliza en el horno. Esto, porque hay un 30% del CO2 que emana de ahí y que viene del combustible que se utiliza, principalmente carbón.

La idea sería gravar sólo ese porcentaje, lo que crearía el incentivo para buscar formas de introducir biomasa a través de desechos, algo que ellos ya están haciendo y que se traduce en que a la fecha han utilizado el equivalente a 6,2 millones de neumáticos para vehículos, dando una solución al problema de los residuos.

Eugenín se muestra optimista ante esta posibilidad, porque finalmente es similar a lo que se aceptó en la industria de la celulosa en el protocolo de acuerdo, por la biomasa.

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