(Estrategia) El 4 de septiembre pasado, cuando aún era vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández, en su calidad de gerente general de Aysén Energía, empresa creada por HidroAysén para generar electricidad por fuentes renovables en la región, informó ante la Dirección General de Aguas en Coyhaique, que se desistía de los derechos de agua previamente solicitados en los ríos Mañihuales y La Paloma, petición que fue aceptada por la entidad gubernamental el 29 de septiembre.
De esta manera, la empresa desestimaba su propuesta de entregar energía barata a los habitantes de Aysén incorporando a la matriz local centrales hidroeléctricas y eólicas, medida recogida por la resolución de calificación ambiental favorable de mayo de 2011.
La iniciativa había sido anunciada por Hernán Salazar en 2008, gerente general de HidroAysén de la época y constaba en instalar una serie de pequeñas centrales de energías renovables no convencionales y eólicas en los ríos Mañihuales y La Paloma. Con esa medida HidroAysén avanzaba en desechar la iniciativa hidroeléctrica y privilegiaba una matriz regional propia basada en ERNC.
El representante de la Agrupación Mañíos y Baguales de Mañihuales, Erwin Sandoval, indicó que “esto es la muestra irrefutable de que a HidroAysén solo le interesa su mega proyecto y que no existe ni existió nunca un verdadero compromiso con Aysén”.
Por su parte, el coordinador de la Coalición Ciudadana por Aysén Reserva de Vida, Peter Hartmann, sostuvo que estas eran “promesas imposibles de cumplir en la práctica y más aún en un tema que le corresponde resolver al Estado”, añadiendo que “es el reconocimiento del final de HidroAysén como EIA por lo menos”.