(Pulso) El Ministerio de Energía, liderado por Máximo Pacheco, está evaluando los eventuales impactos que podría tener el proyecto de ley de protección de glaciares en la Agenda Energética, una de las iniciativas estrella del gobierno de la Presidenta Bachelet.
Lo cierto es que el proyecto de ley de protección de glaciares se ha transformado en una piedra más en el zapato para las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), en particular para la geotermia, que enfrenta dificultades como el alto costo de las perforaciones (“el proceso de construcción de pozos es 2 a 3 veces más caro en Chile que en cualquier otro país que tiene una industria geotérmica”, explicó en una presentación la empresa Mighty River Power), además de la lejanía a los sistemas de transmisión, ubicación compleja y escasez de exploración y, por ende, existencia de pozos probados.
A pesar de las dificultades para su desarrollo, para el gobierno la geotermia es clave. Se trata de una energía renovable abundante en el país, estimándose un potencial de hasta 16.000 MW, cifra que iguala a la capacidad instalada actual que tiene el país. Esto, según cálculos del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes, dependiente de la Universidad de Chile.
Consciente de ello, el ministro Pacheco incorporó en la Agenda Energética la propuesta de enviar, el cuarto trimestre de 2015, un proyecto de ley de Impulso a la Geotermia.
Este buscará, según plantea la Agenda, “asegurar el cumplimiento de los programas de exploración comprometidos por los concesionarios, evitar la especulación, simplificar los procedimientos para obtener permisos y posibilitar la integración de realidades y condicionantes territoriales”, al desarrollo de esta industria.
Uno de los objetivos de la agenda es “levantar las barreras existentes” para las ERNC del país, comprometiendo que un 45% de la capacidad de generación que se instalará entre 2014 a 2025 provenga de este tipo de fuentes, cumpliendo la meta de un 20% de inyección de ERNC en el sistema hacia el 2025.