En una entrevista publicada este domingo por el diario O Globo, Rondeau dijo que apoyaba la reanudación de los trabajos de la central Angra III, por razones tanto energéticas como ecológicas, dado que después de las centrales hidroeléctricas, las nucleares son las que causan menor impacto ambiental.
«Del punto de vista eléctrico, defiendo Angra III», declaró el ministro, explicando que la localización de esa central, al sur del estado de Rio de Janeiro, está a 200 km de las ciudades de Rio y de Sao Paulo y «apenas algo más» de Belo Horizonte, un triángulo que conforma «el centro del consumo de energía del país».
«Si no fuera Angra III, precisamos de otra fuente (de energía) en ese lugar», subrayó Rondeau, que estudia la alternativa de construir una usina térmica a gas.
Pero el alto costo requerido por las licencias ambientales empujan el programa energético en primer lugar hacia las hidroeléctricas, que ya constituyen la principal matriz de energía de Brasil, y en segundo lugar hacia la energía nuclear, afirmó el responsable gubernamental.
«Sostengo que la hidroeléctrica es la fuente de energía con menor impacto (ambiental). Después de ella, no hay duda, son las usinas térmicas nucleares, porque son de emisión cero», declaró Silas Rondeau.
Brasil tiene dos centrales nucleares en funcionamiento, Angra 1 (657 MW) y Angra 2 (1.350 MW), que suministran más del 60% de la electricidad consumida por el Estado de Rio y su vecino del norte, Espíritu Santo. No obstante, sólo generan 3,5% del total de electricidad producida en todo el país.
Los trabajos de Angra III fueron interrumpidos en 1986 por falta de recursos; las piezas están almancenadas en hangares y mantenerlas en buen estado le cuesta al gobierno unos US0 millones anuales.
El reinicio de las obras divide al gobierno, y se espera que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva tome una decisión antes del fin de su mandato, el 31 de diciembre de 2006.
La ministra jefa de gabinete, Dilma Rousseff, que precedió a Silas Rondeau en Minas y Energía, se opone a la reanudación de los trabajos, alegando razones económicas, dado el elevado costo del kilowatt nuclear por hora.
Los grupos ecologistas están en alerta contra cualquier indicio de que el gobierno pueda dar luz verde al proyecto.
Fuente: Observa, Uruguay/AFP.