La posible reducción del límite de potencia conectada de 500 kW a 300 kW en Chile podría duplicar o triplicar la cantidad de clientes libres. Esta transformación plantea desafíos regulatorios y operativos para las empresas comercializadoras de energía y el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN).
Así lo plantearon los expertos que participaron en el webinar “Los retos de la rebaja del límite de la potencia”, organizado por la Asociación Chilena de Comercializadores de Energía (ACEN).
El director de la Unidad de Monitoreo de la Competencia en del Coordinador Eléctrico, Paulo Oyanedel, destacó el crecimiento en la capacidad instalada del país y el número de empresas coordinadas desde 2018. Al respecto, expresó que se anticipa la incorporación de 3.500 nuevos clientes, con una tasa de penetración variable entre clientes industriales y residenciales. En ese sentido, enfatizó la necesidad de que los nuevos clientes libres cumplan con requisitos como la incorporación de potencias inferiores a 5 MW en la Plataforma de Recepción de Medidas para Transferencias Económicas (PRMTE).
Agregó que será un proceso paulatino y que probablemente será necesario reforzar cierta infraestructura de tipo TI y lanzar una campaña de capacitación de cómo funciona este mercado, capacitación que también fue apoyada por los otros panelistas que remarcaron que debía ser un esfuerzo conjunto de todos los actores intervinientes.
Por otro lado, el director de Factor Energía en España, Xavier Farriols, mencionó los cambios normativos que permitirán a los clientes cambiar de comercializador en 24 horas a partir de 2026, gracias a la introducción de medidores inteligentes.
En ese sentido, comentó que “hoy en España se está cambiando la normativa porque los nuevos contadores (medidores) permiten cambios de comercializador muy rápido. A partir del 2026 se está hablando en España de que el cambio sea en 24 horas. Es decir, si hay una ventaja de precio el cliente lo ve al momento. Por lo tanto, el tema del medidor inteligente es una cosa clave”.
También explicó que a medida que el consumidor sea más pequeño, el medidor es de la distribuidora y se renta en la factura mensual al distribuidor, de tal forma que en el cambio de comercializador el medidor no sea una barrera de entrada, tal como lo recomiendan desde el Coordinador.
A su vez, Rodrigo Moya, gerente general de Imelsa Energía, comentó que el perfil de los clientes entre 500 kW y 300 kW es distinto, con un promedio de consumo de 0,5 GWh/año. “Eso claramente va a suponer un aumento de la masa de clientes y un tipo de atención distinto, pero para las comercializadoras esto es una oportunidad. Tenemos que ver cómo las comercializadoras son atractivas para ese cliente. El desafío es presentar una oferta de valor atractiva a ese cliente, que sean más activos en lo que hacen y no sean solamente tomadores de precios como son hoy día en la distribución. Tenemos que pasar a una demanda que participe”.
La gerente comercial de Ferrovial, Claudia Medina, destacó que la competitividad se traduce en mejores precios, servicios e innovación. Para lograr tarifas de energía más económicas y renovables, es esencial aumentar la penetración de energías renovables y contar con una infraestructura de transmisión robusta.
“Para que podamos tener tarifas de energías baratas, 100% renovable, obviamente tenemos que impulsar más penetración de energías renovables en las redes y para ello, necesitamos tener más transmisión segura, robusta y resiliente. Eso se va a traducir en que todos los clientes regulados a través de las licitaciones y los no regulados a través de la negociación bilateral, vamos a tener energía más barata y limpia”, sostuvo.
Finalmente, Eduardo Andrade, secretario ejecutivo de ACEN, destacó que actualmente están en la primera fase de renegociación de contratos, y la gran mayoría de los clientes libres ha optado por seguir en esa condición en lugar de volver al sistema regulado.
Al respecto, espera que el informe del TDLC sea favorable y que, una vez aprobado, el Ministerio de Energía realice los ajustes normativos necesarios para que un mayor número de pequeñas industrias se beneficien del mercado libre. La reducción de 500 kW a 300 kW representa un primer paso, con la expectativa de que a largo plazo se logre una apertura total del mercado, similar a la de España, donde cualquier cliente puede ser libre.