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Susana Jiménez será la ministra de Energía del Gobierno de Sebastián Piñera

Ene 23, 2018

La subdirectora de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo fue una de las macro coordinadoras del Consejo Programático de la candidatura de Piñera. En ese cargo dio una entrevista a este medio detallando los lineamientos que tendría el nuevo Gobierno en materia energética.

El Presidente electo Sebastián Piñera nombró a Susana Jiménez como la nueva ministra de Energía.

La designada ministra es ingeniera comercial y Magíster en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Diplomada en Libre Competencia de la misma casa de estudios y Magíster en Humanidades de la Universidad del Desarrollo.

En mayo de 2010 se integró a Libertad y Desarrollo como Economista Senior, a cargo de los estudios relacionados a regulación y libre competencia, medio ambiente, recursos hídricos, energía, telecomunicaciones y pesca. A partir de enero de 2017 asumió como subdirectora de LyD.

Susana Jiménez trabajó hasta 1997 como Economista de la División de Estudios del Banco Central de Chile y, posteriormente, se desempeñó como Asistente Económico en la Oficina de Representación del Ministerio de Hacienda de Chile en Nueva York. Entre los años 2000 y 2002 ocupó el cargo de jefa de Estudios en la Consultora Zahler & Co. Posteriormente se desempeñó como Economista Asociada en la Consultora P. Rojas y Asociados, donde se integró como socia a partir del año 2009. Formó parte del Consejo Concultivo del Ministerio del Medio Ambiente y fue profesora del instituto de Economía de la Universidad Católica de Chile.

[Gobierno de Sebastián Piñera continuará con la reforma a la distribución]

Programa
En una entrevista otorgada a este medio en agosto de 2017, en su calidad de macro coordinadora del Consejo Programático de la candidatura de Piñera, además de ser la subdirectora de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo, Susana Jiménez señaló que es necesario abordar un nuevo marco regulatorio para la distribución, además de que el Estado no debiera planificar la generación eléctrica.

A continuación replicamos la entrevista publicada en la edición de septiembre de Revista ELECTRICIDAD:
¿Cree que la política energética de largo plazo puede ser continuada por el próximo gobierno?
En general sí, con los ajustes que toda política necesita para adecuarse según circunstancias que se presenten. En efecto, las proyecciones a más de 10 o 15 años son muy inciertas dados los cambios en variables claves, la aparición de nuevos desafíos y el avance tecnológico, que impiden predecir el futuro.

A su juicio, ¿Qué aspectos quedan pendientes dentro de la Agenda de Energía como políticas públicas a implementar?
Se requiere zanjar de una vez la inequidad de beneficios y costos que afecta a las comunidades donde se instalan los proyectos. A ello se suma una revisión del marco regulatorio del segmento de distribución eléctrica que amerita no solo algunos perfeccionamientos, sino una mirada más moderna que permita incentivar la innovación e incorporar cambios tecnológicos para un uso más eficiente de la energía.

¿Cree que el Estado queda con un rol gravitante en el sector, especialmente en planificación?
Uno de los aspectos que deberá manejarse es la planificación de escenarios energéticos que la ley dispone al solo efecto de tener una referencia para la planificación de la transmisión. El Estado no debiera con ello entrar a planificar la generación.

¿Cree que el pago de la transmisión a cargo de la demanda afectará la competitividad de algunas industrias?
El estampillado de la transmisión tiene una justificación conceptual, pues el desarrollo de proyectos de generación marcadores del precio del mercado en diferentes localizaciones a lo largo del sistema hizo perder la zona o nodos de referencia para determinar los pagos de peajes diferenciados por localización. Adicionalmente, el cambio permitió tener un sistema de precios de transmisión más sencillo y predecible. Además, el estampillado debiera aumentar la competencia en generación lo que debería conducir a menores precios que contrarresten el cargo estampilla que se cobra a la demanda. En definitiva, el estampillado del pago de transmisión no afectará la competitividad de las industrias, sino que las beneficiará con menores precios de energía.

¿Cuáles son los desafíos que advierte para el desarrollo del sistema eléctrico en el futuro?
Un punto muy importante es mantener el mercado de generación competitivo, flexible (y, por tanto, no planificado), con una cancha pareja para todas las tecnologías (neutralidad). Se debe además favorecer que el desarrollo sea guiado por la iniciativa privada, a riesgo de los inversionistas que participen en él, y con señales claras de precios.

¿Cuál es la visión que tienen respecto a la generación eléctrica a carbón; cree que debería ser sustituida a futuro?
Con las tendencias de costos que se observan en las energías renovables, el carbón va a tender a desaparecer como energía primaria para generación eléctrica. Ello debiera llevar a un reemplazo natural por tecnologías más competitivas.

¿Cuáles son su visión respecto a los cambios en la operación del sistema por el mayor ingreso de ERNC y por la incorporación del almacenamiento, servicios complementarios, electromovilidad y generación distribuida?
La operación del sistema tiene que tener los elementos de balance o estabilización de las energías renovables variables, que de acuerdo a la expectativa de costos van a tender a dominar el desarrollo de la matriz de generación. Para ello es necesaria la oportuna adición de recursos de generación termoeléctrica flexible y de respuesta rápida, de sistemas de almacenamiento (embalses, bombeo y a futuro baterías), y una adecuada tarificación de los llamados servicios complementarios, que asigne eficientemente sus costos a las tecnologías que producen los desbalances. La generación distribuida, en tanto, hará necesaria una adecuación de las redes de distribución y la asignación correcta de sus costos.

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