La necesidad de considerar otros aspectos dentro del debate en torno a los medidores inteligentes planteó el director de capítulo chileno del Consejo Internacional de Grandes Redes Eléctricas (Cigré Chile), Sergio Barrientos, entre los cuales mencionó la fijación del precio de los medidores inteligentes, el acceso y manejo de la información generada por los medidores inteligentes, y los plazos para el cambio del 100% de los medidores inteligentes.
A juicio del especialista, estos tres aspectos «no se están abordando en el debate y son más importantes para los consumidores».
Análisis
Barrientos, quien también es consejero de la Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol), explica que los nuevos estándares que se exigen en el segmento de la distribución plantean la incorporación de sistemas de control, monitoreo y medición, lo cual se puede realizar con medidores inteligentes, permitiendo que se reduzcan costos operacionales que posteriormente «se traspasan a los clientes regulados vía menores tarifas de distribución, cada vez que se fijan tales tarifas».
En este contexto, el especialista sostiene que «la solución adoptada para monitorear y controlar el cumplimiento de las distribuidoras frente a los nuevos estándares, debió considerar otros aspectos clave».
«El primero es asegurar que el costo de inversión y operación del nuevo sistema de monitoreo, medición y control fuese el mínimo costo eficiente para los clientes. Esto se habría conseguido si se hubiera realizado una licitación pública internacional por el suministro, instalación y operación del nuevo sistema para la totalidad de los clientes de las distribuidoras, en lugar de calcular mediante un estudio teórico los costos de inversión y operación del nuevo sistema y fijar los costos teóricos en las tarifas de los clientes», afirma.
Otro aspecto relevante, a juicio de Barrientos, es la definición «de quién es el propietario de la información generada por los medidores inteligentes».
«Consideramos que la información debe pertenecer al cliente regulado, quien tendrá la decisión de compartir la información con terceros, incluida la distribuidora para los fines de las obligaciones impuestas por la Norma Técnica de Calidad de Servicio de la Distribución para la facturación de los consumos e inyecciones de energía», indica.
En esta línea, añade que los medidores inteligentes «aportan importantes beneficios a los clientes porque generan información de consumos hora a hora que puede ser analizada por terceros, independientes de las distribuidoras, debidamente autorizados por los mismos clientes, diseñando y promoviendo nuevos servicios que permitan a los clientes usar aún más eficientemente la energía, pudiendo llegar incluso a mejorar el confort térmico de las viviendas junto con reducir el consumo de energía».
«En este aspecto, el acceso a la información obtenida por los medidores inteligentes es clave para que exista competencia y que los beneficios lleguen a los clientes. Los prestadores de nuevos servicios a los clientes deben tener acceso a esta información en las mismas condiciones que las distribuidoras. También se debe revisar que las distribuidoras sean las dueñas de los medidores y administren la información registrada en ellos, como hasta ahora está previsto; una solución más eficiente y transparente es que esa función la realice una empresa especializada e independiente de las distribuidoras, la cual administraría la información entregando lo estrictamente necesario a las distribuidoras y la totalidad de la información al cliente o a quien éste último decida otorgar acceso», precisa Barrientos.
Finalmente, el tercer aspecto a considerar son los plazos de implementación de estos dispositivos, los cuales pueden acortarse respecto a los siete años considerados para completar la instalación masiva de los medidos, a partir de lo que ha sido la experiencia internacional.