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Gigante inmobiliario de EE.UU. investiga si hizo pagos ilícitos a Petrobras

Gigante inmobiliario de EE.UU. investiga si hizo pagos ilícitos a Petrobras

(El Mercurio) El jefe de las operaciones en Brasil del gigante inmobiliario estadounidense Hines renunció a ese puesto luego de que la empresa empezara a investigar si se realizaron pagos inapropiados para obtener contratos con una de las mayores compañías del país sudamericano, informó la firma.

El episodio podría complicar la capacidad de Hines, con sede en Houston, de recaudar capital en el futuro para invertir en Brasil, alertaron algunos inversionistas institucionales, e ilustra los peligros de invertir en mercados de bienes raíces en los que empresas estadounidenses dependen de sus socios locales.

Los presuntos pagos están ligados a la relación de Hines con la petrolera de control estatal Petróleo Brasileiro SA, más conocida como Petrobras.

En 2004, Petrobras alquiló una torre de oficinas de 36 pisos en el centro de Río de Janeiro desarrollada por Hines. Un informe publicado en julio por el periódico brasileño O Globo afirmó que Hines pagó comisiones a un agente inmobiliario de Río. El diario sostuvo que se realizaron pagos irregulares.

Hines dijo que después del artículo inició una investigación interna para determinar si el personal en Brasil había hecho algo inapropiado.

«Lanzamos una investigación interna, la cual planteó suficientes dudas en torno a estos pagos como para que decidiéramos compartir con las autoridades lo que habíamos descubierto hasta la fecha», dijo Hasty Johnson, director de inversiones de Hines.

Douglas Munro, director gerente de Hines en Brasil, renunció poco después del comienzo de la investigación, según la firma. El ejecutivo no pudo ser contactado para que comentara. Hines no quiso indicar si su salida estuvo vinculada con la pesquisa. Hines está ahora revisando las transferencias de dinero en Brasil durante la última década, según una persona al tanto.

«También hemos iniciado una revisión exhaustiva de nuestros controles y protocolos internos con el fin de realizar las mejoras apropiadas», afirmó un vocero de Hines en un comunicado.

Cartel de inmobiliarias

Algunos inversionistas estiman que la prisa de las empresas estadounidenses para conquistar nuevos mercados globales puede comprometer sus estándares si tratan de hacer muchas cosas a la vez o dependen demasiado de socios locales.

La investigación de Hines se produce casi un año después de una mucho más amplia que las autoridades brasileñas lanzaron sobre Petrobras y que ha sido bautizada «Operación Lava Autos». Una vocera de Petrobras dijo que la compañía también realiza una pesquisa interna sobre sus relaciones con Hines.

Los investigadores brasileños dijeron que habían descubierto una práctica de una década en la que algunas de las mayores constructoras del país formaron presuntamente un cartel para elevar los precios de los contratos con Petrobras y usar parte de las ganancias para sobornar a políticos, los principales partidos y ejecutivos de la petrolera. El caso ha resultado en más de 100 arrestos y más de 30 condenas. Cerca de 50 políticos actuales y antiguos siguen siendo investigados. Petrobras señala que es víctima de un complot y está colaborando con las autoridades.

El potencial escándalo podría hacer más difícil que Hines capte inversiones, particularmente de fondos de pensiones públicos que suelen esquivar los titulares negativos, advierten algunos inversionistas institucionales.

«Uno tiene que determinar si una firma estableció controles prudentes y supervisión suficiente», indica Atwood.

«Valoramos nuestra reputación y estamos comprometidos con los estándares éticos de conducta más altos. Nuestros inversionistas, clientes y colegas no merecen menos», señaló Johnson, el ejecutivo de Hines.

El Sistema de Jubilación de Empleados Públicos de California, más conocido como Calpers, fue uno de los primeros socios de inversión de Hines en Brasil. Un portavoz del fondo de pensiones, que gestiona alrededor de US$ 296 mil millones, dijo que estaban «monitoreando la situación».

Fundada en 1957 por Gerald Hines, la empresa de Houston se ha convertido en uno de los desarrolladores y administradores de bienes raíces más destacados del mundo. La firma no cotiza en bolsa y gestiona cerca de US$ 87 mil millones en activos y está presente en 199 ciudades en todo el mundo. La empresa ha trabajado con arquitectos famosos como Frank Gehry y I.M. Pei.

Hines incursionó en Brasil cuando Munro, un experimentado administrador de propiedades, abrió la oficina de São Paulo en 1998. La empresa ahora posee o gestiona más de 40 propiedades en Brasil y tiene como inquilinos a filiales de multinacionales como KPMG LLP, Nestlé SA y Sony Corp.

Calpers se sumó un par de años más tarde con una inversión de casi US$ 100 millones en un fondo de Hines dedicado al desarrollo y la gestión de torres de oficinas, edificios residenciales y depósitos en el país sudamericano. Ese fondo generó retornos anuales netos de 36,8% para Calpers, impulsado por el auge de la economía brasileña y la apreciación del real. El fondo cerró en 2011.

Al año siguiente, Calpers invirtió en un segundo fondo inmobiliario de Hines en Brasil, que generó retornos sólidos en un comienzo, pero que recientemente ha tropezado a medida que la economía del país pierde bríos y el real se deprecia ante el dólar. El rendimiento anual de cinco años hasta marzo fue de 20%, según el sitio web de Calpers. No obstante, en los 12 meses terminados en marzo de este año el fondo perdió 4,6% .

Hines no ha mostrado ninguna señal de que piense retirarse de Brasil. «Tenemos una cartera de desarrollo y gestión de propiedades robusta y esperamos continuar ofreciendo servicios y productos de calidad superior a los inversionistas y a los clientes», dijo un portavoz de Hines.

GE venderá a Well Fargo activos financieros por US$30.000 millones

(Diario Financiero) General Electric prosigue con la venta de activos que inició en abril para adelgazar sensiblemente GE Capital, su brazo financiero.

El grupo estadounidense anunció ayer la venta de activos al banco Wells Fargo por valor de más de US$ 30.000 millones.

La cartera de activos que traspasará incluye préstamos garantizados, financiamiento de bienes e inventarios y arrendamientos para empresas, entre otros negocios.

Los términos del acuerdo contemplan que Wells Fargo asuma también la plantilla y los directivos de dichas actividades. La operación afecta a unos 3.000 empleados.

Producción de petróleo en EEUU caería en 2016

Producción de petróleo en EEUU caería en 2016

(Diario Financiero) Por primera vez en los últimos ocho años, se espera que la producción de petróleo de Estados Unidos disminuya, de acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Los pronósticos apuntan a que la producción podría retroceder 0,5%, hasta los 12,47 millones de barriles diarios el próximo año, según el informe dado a conocer ayer por la entidad.

Según consignó Bloomberg, el descenso está siendo impulsado por la caída de los precios, lo que ha frenado el gasto, de acuerdo al reporte de OPEP. “Los recientes informes sobre la perforación y producción justifican un pronóstico pesimista. No es sorprendente que la OPEP tome este punto de vista”, dijo Michael Lynch, presidente de Strategic Energy & Economic Research en Winchester, Massachusetts. Cabe recordar que la producción semanal en EEUU, en agosto y septiembre, ya se redujo a unos 330.000 barriles diarios a partir de junio y julio.

Pizzerías disparan las ventas de carbón en Estados Unidos

(El Mercurio) El creciente gusto del público por la pizza al carbón en Estados Unidos está creando demanda de un tipo de carbón conocido como antracita.

La antracita en una época fue la “niña mimada” del mercado de combustibles en EE.UU. “pues calefaccionaba los hogares e impulsaba las locomotoras”. La producción llegó a su peak de más de 100 millones de toneladas hacia el fin de la I Guerra Mundial. “Ese mercado se nos apareció sin que nos diéramos cuenta”, comentó a Bloomberg Greg Driscoll, de la minera Blaschak Coal.

Pavimento solar: energía “a pie de calle”

(AméricaEconomía)¿Paneles solares sobre los que se puede conducir, aparcar y caminar, y que además derriten la nieve que se acumula sobre ellos, permitiendo recortar en un 75% las emisiones de gases de efecto invernadero?

Para el matrimonio compuesto por el ingeniero eléctrico Scott Brusaw, y su esposa, la consejera psicológica Julie Brusaw, ambos de Sagle (Idaho, Estados Unidos), la pregunta clave no consiste en saber si estos paneles son posibles, ya que los han desarrollado y probado con éxito, sino ¿cuál sería el coste para el medioambiente si no se aplica un sistema de este tipo?

Scott y Julie son los cofundadores del proyecto Solar Roadways (calzadas solares) consistente en pavimentar las carreteras y otras superficies de su país sobre las que circulan vehículos y personas, con paneles fotovoltaicos, que transforman la luz de sol en electricidad y calor aprovechables, convirtiéndolas en una nueva fuente de energía sostenible a gran escala.

Hace unos años, cuando la frase «calentamiento global» comenzó a ganar popularidad, los impulsores de Solar Roadways comenzaron a dar vueltas a la idea de sustituir el asfalto y las superficies de hormigón por paneles solares sobre los cuales pudieran conducirse vehículos, informan desde su página web. (www.solarroadways.com).

«Al pensar en lo resistente que deberían ser esos paneles, nos vino a la mente la «caja negra» de los aviones: aunque no sabíamos de qué material estaba hecha, debía ser capaz de proteger los más delicados componentes electrónicos de su interior de los peores accidentes aéreos”, recuerdan los emprendedores de Idaho.

Carreteras más seguras, sin placas de hielo

Después, los Brusaw pensaron: “supongamos que fabricamos una carretera con este material, alojando dentro células que recojan la luz solar y generen la suficiente energía como para pagar el costo del panel y también capaces de alimentar unas líneas de diodos luminosos (LEDs) dispuestas en los laterales del camino para iluminarlo desde abajo, haciendo más segura la conducción nocturna”.

¿Y si a ello le añadimos un elemento de calentamiento de la superficie del pavimento, similar al alambre de descongelación de la ventana trasera de los coches, para evitar que se acumulen nieve y hielo en las regiones más frías?, se preguntaron a continuación los Brusaw, comenzando a barajar una serie de ideas y posibilidades que dieron origen al proyecto Solar Roadways.

Según explican: «Solar Roadways es un sistema de pavimento modular formado por paneles solares que pueden soportar los camiones más pesados de 250.000 libras (unos 113.000 kilogramos), y pueden instalarse en carreteras, estacionamientos, calzadas, aceras, carriles bici, parques infantiles y, literalmente, en cualquier superficie expuesta al sol».

Según estos expertos de Idaho, «un pavimentado solar podría autofinanciarse a través de la generación de electricidad, que podría alimentar los hogares y las empresas conectados, por ejemplo, a las calzadas y estacionamientos. Instalándose a escala nacional podría producir más energía renovable y limpia que la que el país utiliza actualmente en su conjunto».

Los Brusaw calculan que la calzada solar podría producir más de tres veces la electricidad que se utiliza actualmente en los Estados Unidos, y que este sistema tiene la capacidad de recortar los gases de efecto invernadero hasta en 75%.

Calzada con múltiples aplicaciones

Añaden que este sistema tendría muchas otras características provechosas para el medioambiente, la economía y la seguridad vial, como sus elementos de calefacción destinados a mantener la carretera libre de nieve y hielo, la iluminación LED aplicada a las líneas de tráfico y la señalización, y un «corredor cableado» destinado a almacenar y tratar el agua de lluvia y también a alojar los cables de alimentación eléctrica y de trasmisión de datos.

Según Scott y Julie, asimismo este sistema «permitiría a los vehículos eléctricos (VEs) recargarse con la energía eléctrica generada a partir de la luz solar y proveniente de los estacionamientos y calzadas fotovoltaicos, en lugar de la electricidad generada mediante de los combustibles fósiles (en Estados Unidos buena parte de la electricidad se genera a partir de plantas eléctricas de carbón)».

«La calzada solar incluso permitirá recargar los VEs mientras son conducidos, cuando esta tecnología esté instalada de manera amplia en la red de carreteras y además incorpore un sistema de recarga mediante inducción eléctrica mutua», según los Brusaw.