(Pulso) A comienzos de año, el diagnóstico era que recién este 2015, tras una larga sequía, el nivel de lluvias sería normal. Ni siquiera lluvioso, sólo normal.Pero ya con eso alcanzaba para catalogarlo como una buena noticia para diversas actividades, sobre todo la energía. ¿La razón? Parte importante del parque energético nacional es hidroeléctrico, pero la sequía ha mantenido durante casi cinco años a esta fuente de generación relegada a lugares secundarios respecto a la termoelectricidad.A modo de ejemplo, en el pasado mes de junio las unidades térmicas fueron responsables del 58% de la producción de energía en el SIC -que abastece desde Taltal a Chiloé-, mientras que los embalses sólo representaron el 20,9% y las centrales de pasada, el 15,5%. ¿Qué significa esto? Que Chile requiere importar más combustible, pues tanto las centrales a gas como a carbón o diésel operan con insumos mayormente importados, porque el país casi no los produce. Así, los costos son más altos, pues el agua no tiene costo nominal, mientras los combustibles fósiles sí los tienen.Todo, en medio de un esfuerzo del Ministerio de Energía por reducir los costos marginales en el país, considerando que no hace mucho éstos llegaron a superar los US$200 por MWh, valores alejados de toda competitividad respecto al concierto internacional.

A esto se suma el regreso a operaciones de la central Bocamina II, de Endesa, que también aporta generación barata y eficiente al SIC.

Las lluvias de los últimos días, que ya venían observándose en julio, han empujado a las principales centrales hidroeléctricas del país a maximizar su operación y la mayoría de ellas está operando a todo su potencial. Según información del CDECSIC, la central Colbún está generando aproximadamente al 95% de su capacidad, Rapel al 100%, Ralco al 80% y Pangue y Pehuenche a máxima capacidad.

Así, los costos marginales se han ido prácticamente al suelo. En lo que va de agosto, de acuerdo con datos del operador del sistema eléctrico de la zona central, el promedio en la barra Quillota 220 kV es de US$57,5 por MWh, cifra que se compara con los sobre US$73 por MWh promedio del año anterior, cifra igualmente baja pero normal debido a la estacionalidad.

En relación con la energía embalsada, los datos del CDECSIC señalan que se alcanzó el 7 de agosto, último día con estadística, de 1.714 GWh, mientras que en junio esa cifra se encontraba en 959 GWh, lo que supone un incremento del 79% en apenas dos meses.

No es todo: en sólo seis días, la energía embalsada se incrementó en 15%, considerando que el lunes 3 se contabilizaban 1.457 GWh acumulados en los embalses de la zona centro sur del país.

Buen escenario

Un informe de Banchile Inversiones, con datos de julio, sugiere un escenario optimista precisamente por los mayores niveles de lluvia, y explica que las empresas que se verían beneficiadas con este cambio de tendencia climática son dos: Colbún y Endesa, las que mayor exposición tienen a la hidrología.

“Los volúmenes de precipitaciones registrados en julio ayudaron a reducir el déficit acumulado hasta la fecha respecto al promedio histórico a alrededor de 26%, mientras que los niveles de agua almacenada en los embalses utilizados para la generación de energía mostraron una recuperación este mes, de 17,3% mes a mes y de 17,2% año/año, aunque continúan ubicándose por debajo de su media histórica”, asegura el reporte.

Se agrega que, por otro lado, expertos internacionales plantean que el Fenómeno del Niño permanecerá hasta inicios de 2016, lo que se asocia a lluvias en Chile. Además, se explica que la las lluvias de agosto, concentradas en el centro-sur de Chile -la zona en que están ubicadas las principales centrales hídricas del país- ayudarán a “reducir drásticamente el déficit de lluvia acumulado que prevalece en la mayor parte del país”.

El ministro de Energía, Máximo Pacheco, comentó el viernes su visión del impacto de las últimas lluvias, señalando que no sólo hay más agua acumulada sino que también hay más nieve, lo que ayudará a los embalses de régimen nival, es decir, que se alimentan principalmente de deshielos.

Además, dijo que esto no tendrá efecto en las cuentas que pagan los chilenos, pues eso depende de contratos de largo plazo, pero que sí tendrá efecto si el país es capaz de construir más centrales, más torres y las empresas distribuidoras logran acceder a mejores contratos con las generadoras de energía.

“Todavía estamos con agua embalsada por debajo de lo que es un año normal pero acercándonos ya a las reservas de aproximadamente once días de la demanda del SIC, de manera que tenemos más agua embalsada, más nieve que en algún minuto va a deshielar y ayudará también a nuestra hidroelectricidad. Por lo tanto estas lluvias son una buena noticia para el sector hidroeléctrico que genera energía a partir de agua que es una energía limpia y barata”, dijo el viernes el ministro de Energía, Máximo Pacheco, quien recalcó, no obstante, que esto no tendrá impacto en las cuentas de la luz porque esto depende de contratos firmados entre las distribuidoras y las generadoras a largo plazo.

“Las cuentas de la luz van a bajar cuando seamos capaces de construir más centrales eléctricas, más torres de transmisión y cuando seamos capaces de tener mejores contratos entre las distribuidoras y generadoras a través de los procesos de licitación que se hacen”, comentó la autoridad.

Lo que viene

¿Qué pasará en los próximos meses?

Según la consultora Systep, este año tendrá condiciones favorables, pues a lo antes expuesto se suma la entrada en operaciones a plena capacidad de las centrales a carbón Bocamina I y II, que ayudará a desplazar generación diésel en determinadas horas del día.

Por otro lado, la central a gas natural San Isidro se encuentra operando con capacidad limitada debido a problemas técnicos, lo que llevó a Endesa a arrendar la central Nueva Renca a AES Gener para quemar los excedentes de gas natural, añaden desde la consultora.

Sobre nuevos proyectos, se agrega que “para los próximos 12 meses se espera la entrada en operación de 749,4 MW de nueva capacidad renovable, de los cuales 140 MW son solares, 15 MW eólicos, 101,4 MW hídricos, y 55 MW de biomasa”.

Así, los costos marginales promedio en el SIC de acá a abril de 2016 rondarían entre los US$52,37 por MWh y los US$60,92 en caso de alta disponibilidad de GNL, y entre US$60,51 y US$81 por MWh si ocurre lo contrario.

[ForoSIC 2015: Hidroelectricidad juega rol clave en zona centro sur]