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Centro de Transición Energética UAI realizará conversatorios gratuitos sobre microrredes eléctricas y geotermia

Centro de Transición Energética UAI realizará conversatorios gratuitos sobre microrredes eléctricas y geotermia

La Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, a través de su Centro de Transición Energética (CENTRA), junto al Centro de Energía de la Universidad de Chile, realizará un conversatorio sobre el potencial de las microrredes eléctricas y los recursos energéticos distribuidos para apoyar la transición energética en Chile, que está pactado para este lunes 24 de abril a las 15 horas.

En concreto, el encuentro tendrá como panelistas a: Claudio Cañizares, profesor de la Universidad de Waterloo, Canadá; Dasla Pando, investigadora del Centro de Energía UChile, CEO ENERDIS; Andrés Vicent, de Empresas Eléctricas A.G.; Darío Morales, director ejecutivo de Acesol A.G.; y Rodrigo Miranda, gerente de Regulación del Grupo Saesa. Inscripciones en el siguiente link: http://bit.ly/3oiJsIy

Mientras que el 25 de abril a las 9:30 horas, CENTRA llevará a cabo un segundo conversatorio gratuito para abordar los avances recientes en geotermia, así como también los desafíos y oportunidades para el futuro.

Esta actividad es organizada conjuntamente con el Consejo Internacional de Grandes Redes Eléctricas (CIGRE) de Chile y México, en que se discutirá sobre el estado actual de la geotermia en Chile, abarcando desde los avances recientes hasta los desafíos y oportunidades para el futuro. También se abordará el potencial de la geotermia como fuente de energía renovable en el país y se explorarán las políticas y medidas necesarias para fomentar su desarrollo sostenible.

El conversatorio tendrá como panelistas a: Gerardo Hiriart, de CIGRE México y director general de GEOKERI; Carlos Jorquera, presidente del Consejo Geotérmico de Chile; y a Rubén Muñoz, jefe de la Unidad de Energía Distrital y Geotermia del Ministerio de Energía de Chile. El panel será moderado por Waleska Moyano, de CIGRE Chile y Carlos Silva, de CENTRA UAI. Inscripciones en el siguiente link: https://bit.ly/3H3Uesp

Investigador de Centra-UAI: “La electromovilidad del transporte particular sigue siendo un lujo en Chile»

La electromovilidad en Chile ha dado pasos notables, qué duda cabe. Y el estado de avance en su incorporación para uso público en Chile es destacable, en particular, por la creciente flota de buses eléctricos en la capital, la mayor en Latinoamérica y una de las más grandes en el mundo.

Al respecto, aunque el país ha progresado en este ámbito durante los últimos años, es importante distinguir entre la electromovilidad en el transporte público y en el privado.

Uno de los factores que ha impulsado el crecimiento del parque de buses eléctricos en Chile, es un requerimiento mínimo de un porcentaje de este tipo de buses en las licitaciones a empresas de transporte urbano y un reconocimiento a las empresas que proponen un porcentaje alto.

En la última licitación iniciada a fines de 2020 y adjudicada a principios de 2022, los contratos de operación podían ser entre 5 y 7 años. El resultado fue el ingreso de 1637 buses nuevos de los cuales 991 son eléctricos (60%). «Con esto, Santiago pasa a tener 1770 buses eléctricos, consolidándose como la ciudad con la flota más grande de este tipo en Latinoamérica y de las más importantes en el mundo, llegando a más de un cuarto del total de buses urbanos en la región Metropolitana», puntualiza Luis Gutiérrez, doctor en Ingeniería Eléctrica, director de la carrera de Ingeniería Civil en Energía e investigador del Centro de Transición Energética (Centra) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).

Agrega que “en nuestro país ya se está promoviendo en las licitaciones cuotas del 50% de buses eléctricos y sería esperable que esta cuota vaya subiendo. Aunque el costo de inversión es hasta un 50% mayor comparado con un bus equivalente diesel (320 millones de pesos para el eléctrico), los costos en la operación son mucho menores (70% menor aproximadamente), lo que ya hace a la opción eléctrica más económica que su par diesel en recorridos largos para un horizonte de unos pocos años”.

“Incluso, sin la necesidad de requerir mayores cuotas de buses eléctricos en las licitaciones futuras, se espera que esta sea la opción natural en base a su mayor conveniencia», asegura Gutiérrez.

Realidad del transporte particular

No obstante, el especialista considera que la situación de transporte público contrasta significativamente con la del transporte particular o electromovilidad doméstica. Chile aún no supera el 1% de la flota total, cifra muy por debajo de los países desarrollados. En este sentido, Gutiérrez asegura que «hacen falta incentivos y compromisos de parte del Estado y la industria, para estimular la compra de vehículos eléctricos con beneficios comparativos a otras versiones, sin mencionar que su costo unitario supera fácilmente los 30 millones, a veces duplicando el valor de su modelo equivalente a combustión».

Por lo anterior, afirma que “la electromovilidad del transporte particular sigue siendo un lujo en Chile, al que solo la élite tiene acceso”.

Entre las medidas tomadas por algunos países, como Reino Unido, destaca la aplicación de una rebaja de hasta 25% en el costo del vehículo (con límites), reducir los impuestos asociados al costo del automóvil y otorgar beneficios como estacionamientos reservados y con cargador, en lugares muy concurridos, además de la posibilidad de usar vías exclusivas del transporte público.

En Chile, la recientemente promulgada Ley de Almacenamiento y Electromovilidad exime o rebaja a vehículos eléctricos e híbridos del pago de permiso de circulación por algunos años y también permite la inyección de energía desde el vehículo a la red, utilizándolo como almacenamiento. Sin embargo, Gutiérrez advierte que una rebaja en el permiso de circulación a vehículos de más de 30 o 40 millones, no los hace más asequibles.

Según el experto, una medida que sí puede lograr bajar los precios de los vehículos eléctricos es la actualización del Decreto 26, por parte del ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, que ahora permite homologar la certificación técnica china, posibilitando la entrada de modelos más económicos al mercado nacional, al no requerir modificaciones para homologarlos al estándar europeo (previamente aceptado). Si bien ya llegan modelos eléctricos chinos homologados al estándar europeo, el no requerir dicho cambio podría implicar una rebaja de hasta un 30% del valor final.

Otra vía que en su opinión puede ayudar a acelerar la electromovilidad particular, mientras se fomenta la economía circular, es la conversión de vehículos de combustión a eléctricos. En ese sentido, comenta que pronto se espera la aprobación del “Reglamento que establece requisitos para transformación de vehículos propulsados por motor de combustión interna a propulsión eléctrica”. Según esta norma, se podrían convertir vehículos livianos sin elementos de seguridad de control electrónico (airbags, ABS, etc.) y donde se deberá aprobar un kit de conversión para la marca y modelo determinado.

Otro aspecto adicional que aún preocupa es la infraestructura, ya que aún existen pocos puntos de carga eléctrica y la opción de recarga domiciliaria podría impactar a futuro las redes de baja y mediana tensión, lo que exige una planificación anticipada que incorpore este aspecto a la brevedad, considerando alternativas de operación inteligente de redes.

Investigador de Centra-UAI: “La electromovilidad del transporte particular sigue siendo un lujo en Chile»

Investigador de Centra-UAI: “La electromovilidad del transporte particular sigue siendo un lujo en Chile»

La electromovilidad en Chile ha dado pasos notables, qué duda cabe. Y el estado de avance en su incorporación para uso público en Chile es destacable, en particular, por la creciente flota de buses eléctricos en la capital, la mayor en Latinoamérica y una de las más grandes en el mundo.

Al respecto, aunque el país ha progresado en este ámbito durante los últimos años, es importante distinguir entre la electromovilidad en el transporte público y en el privado.

Uno de los factores que ha impulsado el crecimiento del parque de buses eléctricos en Chile, es un requerimiento mínimo de un porcentaje de este tipo de buses en las licitaciones a empresas de transporte urbano y un reconocimiento a las empresas que proponen un porcentaje alto.

En la última licitación iniciada a fines de 2020 y adjudicada a principios de 2022, los contratos de operación podían ser entre 5 y 7 años. El resultado fue el ingreso de 1637 buses nuevos de los cuales 991 son eléctricos (60%). «Con esto, Santiago pasa a tener 1770 buses eléctricos, consolidándose como la ciudad con la flota más grande de este tipo en Latinoamérica y de las más importantes en el mundo, llegando a más de un cuarto del total de buses urbanos en la región Metropolitana», puntualiza Luis Gutiérrez, doctor en Ingeniería Eléctrica, director de la carrera de Ingeniería Civil en Energía e investigador del Centro de Transición Energética (Centra) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).

Agrega que “en nuestro país ya se está promoviendo en las licitaciones cuotas del 50% de buses eléctricos y sería esperable que esta cuota vaya subiendo. Aunque el costo de inversión es hasta un 50% mayor comparado con un bus equivalente diesel (320 millones de pesos para el eléctrico), los costos en la operación son mucho menores (70% menor aproximadamente), lo que ya hace a la opción eléctrica más económica que su par diesel en recorridos largos para un horizonte de unos pocos años”.

“Incluso, sin la necesidad de requerir mayores cuotas de buses eléctricos en las licitaciones futuras, se espera que esta sea la opción natural en base a su mayor conveniencia», asegura Gutiérrez.

Realidad del transporte particular

No obstante, el especialista considera que la situación de transporte público contrasta significativamente con la del transporte particular o electromovilidad doméstica. Chile aún no supera el 1% de la flota total, cifra muy por debajo de los países desarrollados. En este sentido, Gutiérrez asegura que «hacen falta incentivos y compromisos de parte del Estado y la industria, para estimular la compra de vehículos eléctricos con beneficios comparativos a otras versiones, sin mencionar que su costo unitario supera fácilmente los 30 millones, a veces duplicando el valor de su modelo equivalente a combustión».

Por lo anterior, afirma que “la electromovilidad del transporte particular sigue siendo un lujo en Chile, al que solo la élite tiene acceso”.

Entre las medidas tomadas por algunos países, como Reino Unido, destaca la aplicación de una rebaja de hasta 25% en el costo del vehículo (con límites), reducir los impuestos asociados al costo del automóvil y otorgar beneficios como estacionamientos reservados y con cargador, en lugares muy concurridos, además de la posibilidad de usar vías exclusivas del transporte público.

En Chile, la recientemente promulgada Ley de Almacenamiento y Electromovilidad exime o rebaja a vehículos eléctricos e híbridos del pago de permiso de circulación por algunos años y también permite la inyección de energía desde el vehículo a la red, utilizándolo como almacenamiento. Sin embargo, Gutiérrez advierte que una rebaja en el permiso de circulación a vehículos de más de 30 o 40 millones, no los hace más asequibles.

Según el experto, una medida que sí puede lograr bajar los precios de los vehículos eléctricos es la actualización del Decreto 26, por parte del ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, que ahora permite homologar la certificación técnica china, posibilitando la entrada de modelos más económicos al mercado nacional, al no requerir modificaciones para homologarlos al estándar europeo (previamente aceptado). Si bien ya llegan modelos eléctricos chinos homologados al estándar europeo, el no requerir dicho cambio podría implicar una rebaja de hasta un 30% del valor final.

Otra vía que en su opinión puede ayudar a acelerar la electromovilidad particular, mientras se fomenta la economía circular, es la conversión de vehículos de combustión a eléctricos. En ese sentido, comenta que pronto se espera la aprobación del “Reglamento que establece requisitos para transformación de vehículos propulsados por motor de combustión interna a propulsión eléctrica”. Según esta norma, se podrían convertir vehículos livianos sin elementos de seguridad de control electrónico (airbags, ABS, etc.) y donde se deberá aprobar un kit de conversión para la marca y modelo determinado.

Otro aspecto adicional que aún preocupa es la infraestructura, ya que aún existen pocos puntos de carga eléctrica y la opción de recarga domiciliaria podría impactar a futuro las redes de baja y mediana tensión, lo que exige una planificación anticipada que incorpore este aspecto a la brevedad, considerando alternativas de operación inteligente de redes.

Proyecto estudia incertidumbre por uso de energías renovables en la transición energética chilena

Proyecto estudia incertidumbre por uso de energías renovables en la transición energética chilena

Con el propósito de estudiar la adaptación de los sistemas energéticos chilenos al cambio climático, en diciembre de 2020 un grupo de académicos e investigadores de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Facultad de Ingeniería y Ciencias y Escuela de Negocios, se adjudicaron el Proyecto Anillo ACT-192094, que analizó diversos aspectos para evaluar el uso de energías renovables en la transición energética con miras a alcanzar una reducción significativa (o total) de emisiones de CO2 hasta 2050.

El proyecto estuvo a cargo de un equipo de investigadores de la UAI, se extendió por tres años e involucró fondos por $450 millones. Tito Homem-de-Mello, académico de la Escuela de Negocios UAI; Javiera Barrera, Roberto Cominetti, Eduardo Moreno, Daniel Olivares y Francisca Jalil-Vega, académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI; desarrollaron modelos matemáticos para estudiar distintos aspectos de la transición energética.

Los ejes de investigación fueron la cuantificación de la incertidumbre del clima para usar fuentes renovables, tales como eólicas, hidrológicas y solares en los sistemas energéticos (para proveer electricidad y calefacción), la planificación energética para definir la mejor inversión en la matriz energética con cero emisiones de CO2 en 2050, y el impacto de las energías renovables en los mercados eléctricos.

Tito Homem-de-Mello, director del proyecto, profesor titular de la Escuela de Negocios UAI y miembro del Centro de Transición Energética (CENTRA) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, destacó las proyecciones de los resultados de este estudio como contribución no solo a la toma de decisiones en materia de políticas públicas energéticas, sino también de inversión en proyectos de investigación e innovación por parte de universidades y de la misma industria. Añadió: «Chile necesita que hoy se tomen decisiones sin saber con certeza lo que sucederá mañana en materia energética. Para cuantificar la incertidumbre del futuro uso de energías limpias alternativas usamos modelos matemáticos sofisticados, de modo de entender esos procesos y generar soluciones predictivas apoyados en datos obtenidos de distintas fuentes académicas y del Ministerio de Energía. Por ejemplo, los modelos toman en cuenta la correlación temporal y espacial entre plantas de energía renovables, las cuales dependen del clima, que ya supone un desafío matemático importante».

El especialista explicó que analizar la adaptación de los sistemas energéticos al cambio climático implica además evaluar distintos aspectos, como son los riesgos físicos asociados a eventos extremos de la naturaleza resultantes del cambio climático, como son huracanes, aluviones, incendios, que afectan a los sistemas energéticos y que seguirán sucediendo, así como otros desafíos técnicos en cuanto a diseñar redes resilientes y confiables. Durante la investigación también se incluyeron aprendizajes de la transición energética en otros países, así como la incorporación del hidrógeno verde; no obstante, el proyecto dio a luz modelos matemáticos específicos para la realidad chilena, considerando sus leyes, geografía y recursos.

Por su parte, Carlos Toro, jefe de la Unidad de Planificación Energética e Innovación del Ministerio de Energía, señaló: “alcanzar la carbono neutralidad antes de 2050 es un desafío país que requiere del trabajo conjunto entre los diferentes agentes de la sociedad, en particular, el sector público, el sector privado, la academia y la sociedad civil. En ese sentido, la investigación, el desarrollo y la innovación son la base del trabajo técnico que nos encamina hacia un futuro sostenible. Esta búsqueda continua por encontrar las mejores soluciones, y además educar sobre las consecuencias por la inacción frente al cambio climático, es una responsabilidad de todo sector, de modo que los distintos proyectos de investigación como la UAI permiten aportar de manera sustancial en una toma de decisiones informada, fomentando condiciones de mercado idóneas para el futuro energético, así como precios competitivos. Las nuevas herramientas logradas y los temas levantados en este trabajo de la UAI nos ayudarán a entender y representar mejor las características territoriales que diferentes personas vivirán a lo largo del país y serán un insumo esencial para la Planificación Energética de Largo Plazo y para el desarrollo de la infraestructura estratégica y de interés nacional que habilitará este mandato de ser carbono neutrales”.

En tanto, para Daniel Olivares, director del Centro de Transición Energética (CENTRA) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, «los efectos del cambio climático en nuestro país amenazan con reducir la disponibilidad de nuestros recursos energéticos y la confiabilidad de nuestras redes de suministro, impactando negativamente nuestra actividad económica y la calidad de vida de la población. Por tanto, es de la máxima importancia entender la naturaleza de los nuevos riesgos que podríamos enfrentar con cada vez más frecuencia y severidad, y a partir de ello adaptar nuestra regulación y modelos de gestión para que el sector energético en su conjunto pueda adaptarse de forma eficiente y segura».

Actividad de cierre

El cierre de este proyecto Anillo ANID se realizará con el seminario «Desafíos y herramientas para la adaptación de los sistemas de energía al cambio climático», el viernes 20 de enero, entre 8:30 y 12.30 horas, en formato presencial (UAI Sede Errázuriz, ubicada en Av. Presidente Errázuriz 3485, Las Condes).

Durante la actividad se mostrará el desarrollo de nuevos modelos matemáticos y métodos computacionales, que surgen para dar apoyo al sector privado y público en la adaptación de los sistemas y mercados energéticos a las grandes incertidumbres y riesgos derivados del cambio climático.

El encuentro además contará con la participación del invitado noruego Asgeir Tomasgard, profesor de la Norwegian University of Science and Technology (NTNU), director del Norwegian Centre for Energy Transition Strategies (FME NTRANS) y del NTNU Energy Transition Initiative; de Francisco Muñoz, ex-académico UAI y actual director de investigación en Generadoras de Chile AG; de Renato Cabrera, decano interino de Facultad de Ingeniería y Ciencias; y de Juan Carlos Jobet, decano de la Escuela de Negocios UAI, ex ministro de Minería y Energía.

Inscripciones para el seminario.

Centro de Transición Energética UAI firma convenio con Consejo Internacional de Grandes Redes Eléctricas

Centro de Transición Energética UAI firma convenio con Consejo Internacional de Grandes Redes Eléctricas

El Consejo Internacional de Grandes Redes Eléctricas (CIGRE) firmó un convenio con el Centro de Transición Energía UAI (CENTRA), que permitirá generar un mayor vínculo entre ambas instancias y cumplir con distintos objetivos, tales como realizar un ciclo de conversatorios en energía, publicar documentos de discusión de acceso abierto y ejecutar un programa de fellowship para que profesionales exploren preguntas de investigación relevantes.

El director de CENTRA, Daniel Olivares, explicó que “este vínculo con Cigre nos permitirá ampliar el alcance de nuestras actividades de difusión y transferencia, así como también potenciar nuestros programas de transferencia y vinculación con el medio, como las fellowships industriales y cátedras de investigación CENTRA”.

En tanto, el director técnico de CIGRE Chile, Alfredo Cárdenas, sostuvo que “este convenio abre las puertas para preparar y difundir documentos de discusión de acceso abierto, en los cuales participen miembros de la comunidad académica de la UAI (profesores y alumnos), así como los profesionales que participan en CIGRE”.

Añadió que “el objetivo de CIGRE Chile es acercar la organización a la comunidad académica en Chile, estrechar lazos y convertirse en un referente técnico y en un centro de expansión y promoción del conocimiento, a través de la composición de grupos de estudio nacionales e internacionales en materias eléctricas y energéticas, así como en la organización de eventos especializados, formando así una instancia para el intercambio técnico y de información actualizada generada por expertos”.