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Metrogas asegura que tiene «la tarifa más conveniente del mercado»

(La Tercera) “Metrogas tiene la tarifa más conveniente del mercado y jamás ha cobrado más de lo que la ley permite”, sostuvo ayer la empresa a través de una declaración, luego que un estudio encargado por la Comisión Nacional de Energía concluyera que la empresa superó el límite de rentabilidad establecido por ley en las cuentas de gas a sus 548 mil clientes de la Región Metropolitana (RM).

“En sus 20 años de historia, Metrogas jamás ha cobrado a sus clientes más de lo que la ley y la competencia, con sus múltiples sustitutos, permiten. Nuestras tarifas son fijadas por el mercado de la energía y estamos sujetos a una regulación vigente”, dijo la empresa. Ayer, La Tercera publicó que, de acuerdo a las conclusiones preliminares de un estudio encargado por el gobierno al consorcio chileno-argentino compuesto por las consultoras Valgesta-Mercados Energéticos, Metrogas habría excedido el 11% legal de rentabilidad en 2013.

Según la empresa, “el gas natural de Metrogas ha sido en los últimos años, en forma sostenida, el energético más conveniente del mercado. El gas natural es 21% más barato que su equivalente de 45 kilogramos de gas licuado. Es también 16% más económico que la parafina y 28% más barato que la electricidad en sus consumos equivalentes”.

En esa línea, la empresa dijo esperar “que cualquier diferencia en las visiones o conclusiones de los estudios sea resuelta en el ámbito de las mesas técnicas en las que participan todos los actores del mercado”. Asimismo, la firma dijo estar “a favor de llenar todos los vacíos que pueden existir en el actual marco regulatorio”.

Estudio paralelo

En tanto, nada de bien cayó en el gobierno que uno de los principales asesores de la Agenda de Energía, presentada en mayo por la Presidenta Michelle Bachelet, esté también trabajando en un estudio paralelo sobre rentabilidad de las empresas de gas.

Hugh Rudnick, docente de la Pontificia Universidad Católica (PUC) y director de la consultora Systep, fue contactado por la Asociación de Distribuidores de Gas Natural (AGN) para realizar un estudio similar al que desarrolla el consorcio Valgesta-Mercados Energéticos, y que se encuentra en su etapa final de conclusiones. La idea de la AGN, gremio que integran Metrogas, GasValpo, GasSur y Gasco, es que el consultor entregue su análisis en octubre y responda al estudio que encargó el gobierno.

“Lo que estoy haciendo para la AGN es un estudio de valorización de las instalaciones de las empresas distribuidoras de gas”, dijo ayer el consultor. Sobre la metodología usada en su análisis, Rudnick reconoció que utiliza una “similar a la que está ocupando el gobierno, con la información que entregan algunas de las empresas que participan en la asociación”.

Fuentes del Ejecutivo reconocen que Rudnick no tiene impedimentos legales para realizar “asesorías a las empresas que él estime conveniente”. Sin embargo, no ven con buenos ojos que uno de los principales asesores en materias energéticas del ministro Máximo Pacheco “participe en la elaboración de este estudio”.

Esto, pues Rudnick trabaja en el estudio para la AGN al mismo tiempo que presta asesorías en materias relevantes para la Agenda de Energía, como en temas relacionados a licitaciones o transmisión, además de formar parte del Consejo Consultivo “Energía 2050”, que presentó el propio ministro Pacheco en julio.

La principal molestia de personeros del gobierno radica en que la asesoría de Rudnick sea específicamente en la valoración de activos de empresas de gas, tema en el cual existe discrepancia entre la visión de las empresas y de la autoridad.

“Yo creo que las cosas no son blanco y negro. Yo voy a apoyar al gobierno, y lo he estado apoyando en toda su importante acción en el ámbito energético”, dijo Rudnick, agregando que no ve un “conflicto” en hacer “estudios para la asociación de empresas de gas, Colbún o para Endesa. No tiene nada que ver”.

Calefaccionar con gas natural saldrá más caro que con leña

(La Segunda) El anuncio del Ministerio del Medio Ambiente, de que para limpiar el aire de Santiago se estudia la posibilidad de terminar con las estufas a leña en la Región Metropolitana, provocó de inmediato la preocupación entre quienes usan biomasa para calentar sus hogares.

Y la primera duda fue: ¿saldrá más caro para el presupuesto familiar? La respuesta entregada por el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, y dos expertos, a La Segunda es sí.

Según Badenier, «lo hemos dicho, suplir la leña es por otro tipo de combustible es más caro».

También dijo que «no están comprometidos subsidios para el recambio de equipos en la región».

María Isabel González, gerenta general de Energética y ex secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía, dijo que «el gas es más eficiente que la leña porque tiene entre cuatro y cinco veces mayor poder calórico (permite calefaccionar mayor superficie con menor gasto). Pero si se compara el precio de bolsillo de ambos combustibles, este sustituto de la leña es más caro».

Recalcó, eso sí, que el recambio planteado en la propuesta del Gobierno «reducirá de manera importante este tipo de emisiones».

El director del Programa de Estudio e Investigaciones de Energía (Prien) de la Universidad de Chile, Alfredo Muñoz, destacó también que «esta medida va a aliviar el medio ambiente, porque la leña aunque sea limpia, seca y proveniente del mejor árbol, siempre va a ser más contaminante, pero sigue siendo el combustible más barato»

Aclaró eso sí que «realizar una comparación exacta de costos, ya que existe mucha informalidad de precio en el mercado de la leña».

Según los datos entregados por Metrogas, la tarifa promedio por un hogar tipo de cuatro personas, cuyo consumo es de 58 metros cúbicos de gas natural, es de $37 mil. Al comparar el precio del gas con un balón de 45 kilos ($48 mil 255) el ahorro es de 23% y en el caso de la parafina ($44.022) de 16%. No disponen de comparaciones con leña.

Actualmente, sólo existe distribución de gas natural para 555 mil hogares, de más de 1 millón 600 mil.

El estudio «Propuestas de regulaciones para la disminución del MP2,5, sus precursores y contaminantes que afectan al cambio climático, para las distintas fuentes estacionarias de la Región Metropolitana», establece que hay cerca de 120 mil fuentes residenciales (estufas a leña), la mayoría en sectores rurales de la región.

La primera medida recomendada es el reemplazo de salamandras, braseros y chimeneas de hogar abierto.

Calefacción impulsa producción del pellet

Calefacción impulsa producción del pellet

(El Mercurio) Paula Krauss compró en 2012 una termo-estufa a pellets para calefacción central, pensando en tener un sistema más barato que el gas para su casa en Santiago. El 2013 no tuvo problemas y gastó un tercio de lo que le habría salido con su combustible anterior. Pero este año, dice, simplemente cuesta encontrar pellets y está un 30% más caro. Ha tenido que comprar las raciones que le impone el vendedor y estar constantemente llamando para ver si llegó el producto.

En el sur, en Llanquihue, Carlos Ríos reconvirtió hace dos meses su casa a calefacción a pellets. Invirtió $5 millones en una termo-estufa, pero hace 15 días no encuentra suministro. «En la zona no hay pellets y estamos bastante preocupados. Es muy crítico», dice, y cuenta que tuvo que instalar nuevamente su cálifont. Pese a los malos ratos, señala que no piensa desinstalar el sistema. «Creo que la escasez es circunstancial», dice.

Felipe Salazar, gerente general de la firma Ecomas, la mayor productora de pellets en Chile, cuenta que en la planta productiva, en Los Ángeles, el teléfono suena todo el día.

Es lo que podría llamarse la ruta del pellet: clientes desesperados ante la falta de este insumo que, se calcula, ya suma un mercado de unos US$ 10 millones (a productor) y en franca explosión de demanda, la que generó un inédito descalce con la oferta existente. Esto ha llevado a un virtual desabastecimiento, en particular para el rubro residencial. «El pellet explotó este año (…) Es un mercado que de repente se activó, de un año para otro», resume Salazar.

Razones tras el boom

La producción nacional de pellets esta temporada de invierno simplemente no dio abasto. Las distribuidoras han aplicado racionamiento en la compra, y algunas no permiten llevar más de cinco sacos por cliente. Bosca, cuyo suministrador de pellets es Ecomas, estableció un límite de 10 sacos, es decir 180 kilos. «También hay un tema de sensaciones. Hay gente que dice no hay pellet y compra para toda la temporada, acapara lo que no le correspondía», dice José Tomás Silva, gerente comercial y de marketing de Bosca.

Altavista, una importadora de estufas a pellets con las marcas EdilKamin y Ecoforest -y que también distribuye pellets a través de Pelletexpress-, decidió importar el insumo. «Hemos visto un aumento de demanda de más de un 200%, que hemos podido suplir, con planificación, limitando la compra especulativa y también hemos realizado una importante importación desde Brasil. Nos permitirá abastecer tanto a nuestros clientes como a la competencia», cuenta la socia de la empresa, Ana María Cuneo.

Bosca, la única empresa en Chile que fabrica estufas a pellets, también empezó a cotizar importaciones desde Brasil, pero los precios no resultaban competitivos. «Pero esta es mi primera cotización, yo no me cerraría a la opción, y quizás estaría dispuesto a vender pellets sin margen», dice Silva. «El mercado se va a regular», enfatiza.

¿Pero qué pasó que faltó producción? «Hay una cantidad de importadores de equipos que desconocemos. No existe una comunicación fluida entre importadores de estufas y los productores», dice Felipe Salazar y por eso plantea que para restablecer el equilibrio es necesario que la información de los importadores de equipos esté en línea con los productores. «No puede volver a fallar el flujo de información», expresa.

Esto se dio en un contexto en que debido a los planes de descontaminación en la zona centro sur y el afán por sustituir la leña en zonas como Temuco y Padre Las Casas, incentivaron un recambio de equipos a nivel residencial sin precedentes.

Amesti da otras razones. Esta empresa tiene desde hace dos años una planta en Talca -con otros dos socios y en la que invirtió US$ 5 millones-, y hacen pellets a partir de aserrín que les proveen terceros.

«La actividad forestal en Chile está prácticamente en dos manos, que es CMPC y Arauco. Está muy concentrada y esos actores además producen electricidad, cogeneran, y eso significa que absorben todos los residuos que podrían convertirse en pellets. Mientras no entre un gran actor, Chile no va a ser un buen productor de pellets», indica Cristián de Amesti, gerente general y fundador de Amesti, quien agrega que otros consumidores de pellets son las industrias de cerdos, pollos y caballos.

Pese a que su planta en Talca tiene una capacidad de producción de 30 mil toneladas anuales, hoy está produciendo solo 5 mil toneladas, debido a la escasez de viruta y aserrín.

Faltan 6 mil toneladas

Números estimados por productores apuntan a que este año el mercado será de casi 45 mil toneladas totales, un salto frente a las 29 mil de 2013. Y el gran impulsor de ese crecimiento es el segmento residencial, en que casi se duplicó de un año a otro la demanda (ver infografía). Calculan que hoy hay al menos unas seis mil toneladas de pellets faltantes; es decir, de mayor demanda que oferta disponible. Y ese número podría incluso estar subestimado, pues -dice Felipe Salazar- no tienen cómo saber la real cantidad de estufas y aparatos que se están importando a nivel residencial y entrando al mercado, pues incluso comenzaron a entrar container de China. «Hay un boom absoluto», resume Salazar.

Ana María Cuneo plantea que importadores y fabricantes de equipos deben preocuparse de tener el abastecimiento y que por ello en su empresa venden los equipos con un stock de mil a dos mil kilos de pellet incluidos.

Mercado nuevo

El negocio en Chile, cuenta Salazar, lo inició la multinacional japonesa Sumitomo asociados con Promasa, quienes en 2007 dieron vida a Ecomas. «Partimos con las panaderías en Santiago. Nos metimos a subvencionar este negocio, financiamos varias calderas y las pusimos en comodato», cuenta Felipe Salazar.

Así fueron sumando clientes como Cecinas PF, la fábrica de textiles Crossville, y la Teletón de Puerto Montt, entre muchos. Y solo dejaban un stock para el aumento de demanda del invierno, lo que hasta 2013 fue suficiente. Hasta el año pasado las plantas se quedaron con inventario tras el invierno. Andes Bio Pellets, ligada al grupo JCE, dejó de producir en el verano por este sobrestock.

¿Por qué no han aparecido más productores? La venta es estacional, los productores deben producir todo el año -en verano tienen disponibilidad de materia prima seca-, pero la concentración de la venta está en invierno, cuando se suma la demanda de calefacción residencial. Así muchos productores pequeños, que no tienen contratos industriales de largo plazo para operar todo el año, no son rentables y cierran. La situación se les agrava si además no tienen materia prima propia.

José Tomás Silva, de Bosca, estima que el negocio es cíclico solo en Santiago: «Mi tienda en Puerto Montt vende parejo todo el año», indica.

Frente a la escasez ocurrida, productores y distribuidores están con planes de expansión para evitar nuevos episodios de este tipo. Bosca está en conversaciones con aserraderos en Constitución para abrir una planta de pellets aunque seguiría trabajando en sociedad con Ecomas. «Nuestro plan es comprar una planta a medias con un aserradero, que nos asegure el aserrín y nosotros aseguramos la venta, que la tenemos», afirma Silva.

«El 2015 no va a faltar pellets», señala Felipe Salazar, y cuenta que Ecomas ampliará su fábrica para pasar de una capacidad de 30 mil toneladas a 100 mil toneladas en tres años. «Nuestros objetivos han sido replanteados y el mercado domiciliario debe ser el prioritario», dice.

Amesti está mirando la posibilidad de replicar su modelo en otra zona, revela su fundador.

Amesti y Salazar coinciden en decir que lo que está pasando en Chile pasó en Europa hace 20 años, con desajustes y quiebres de stock, que se regulan a medida que el mercado se desarrolla.

«(LA) ESCASEZ de pellets también se puede leer como un éxito comunicacional del problema medioambiental», dice el ministro Pablo Badenier.

 ¿Qué son, de dónde vienen y cuánto valen los pellets?

Los pellets son cilindros de aserrín o viruta seca prensada para combustible. Pueden ser fabricados a partir de cualquier material leñoso, siempre que sea homogéneo y esté seco antes de ser prensado. Su humedad es de entre 6% y 12%. En Chile, la mayor producción se obtiene de virutas y aserrines secos provenientes de la remanufactura forestal.

Los productores atribuyen el éxito y la penetración del pellet a su costo, pues es 50% menor que el gas. Y si bien es más caro que la leña, esta contamina 10 veces más y enfrenta la duda sobre su continuidad y qué tanto se va a restringir en futuros planes de descontaminación.

Un kilo de pellets cuesta entre $180 y $200 a productor, pero se está vendiendo a público hasta $240. Un valor mucho más conveniente que la parafina, que cuesta en torno a $720 el litro, considerando que se requieren dos kilos de pellets para calentar lo mismo que un litro de parafina. Claro que el valor de los equipos (calderas y estufas) -la inversión inicial- es mayor. Los calefactores a pellets parten desde $499 mil (sin la instalación) y pueden superar los $2 millones.

El Ministerio del Medio Ambiente promulgó el Decreto 46, para certificar características como la seguridad de los calefactores a pellets a partir del 1 de octubre de 2016, según fuentes de la SEC.

El factor regulatorio y los planes de descontaminación

Mientras en el sur el Gobierno está fomentando el recambio de estufas desde la leña hacia el pellet y otros combustibles que se estiman menos contaminantes, en la Región Metropolitana se da la paradoja que el pellet está incluido, igual que la leña, en las restricciones en episodios críticos de contaminación.

El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, dice que esto ocurre porque la restricción quedó establecida en la actualización del Plan de Descontaminación en 2008. «Revisaremos la pertenencia de mantenerla o modificarla en el nuevo plan», asegura. Para el ministro una política de pellet debe incluir un desarrollo orgánico del mercado, que hoy no está suficientemente desarrollado a nivel residencial. «Eso se explica porque sin demanda, no hay oferta. Sin embargo, dicha escasez de pellet también se puede leer como un éxito comunicacional del problema medioambiental», indica.

En Ecomas creen que en los planes se debería diferenciar la leña del pellet y que este quede liberado. «El ministerio de Medio Ambiente ha hecho una pega muy buena y han impulsado que instituciones públicas emigren de la leña y combustibles contaminantes y se cambien. También subsidiaron estufas en Temuco. Se preocuparon por el lado de la transformación de equipos, pero nadie se preocupó por el lado de la producción», estima Felipe Salazar.

Cristián Amesti matiza: «Desde el punto de vista medioambiental es positivo el recambio. Desde el punto de vista práctico y real no lo es. El usuario es un beneficiario de escasos recursos, que tenía su estufa a leña y la conseguía a precios muy bajos, o la recogía y procesaba él mismo. El pellet se ha ido encareciendo por su escasez. Creemos que en la práctica no va a funcionar bien».

Batalla del gas: Las cartas del Gobierno y los privados en torno a las tarifas

(Pulso) Fue uno de los puntos más polémicos de la Agenda Energética lanzada la semana pasada. Las críticas emitidas desde el Gobierno a las empresas distribuidoras de gas natural licuado y la necesidad que ve el Ejecutivo de regular las tarifas en este sector abrieron un debate que apenas comienza.

Aunque la posición del Ejecutivo se manifestó de manera oficial una vez que se develó el contenido de la agenda, las críticas del ministro de Energía, Máximo Pacheco, comenzaron apenas asumido. Ante la Cámara de Diputados, en marzo, el secretario de Estado ya planteaba su inquietud por la diferencia entre el costo del gas y la tarifa final de venta, lo que tiene dos lecturas: la necesidad de abrir los terminales de gas y la urgencia por regular la tarifa de este servicio.

Para el Gobierno se trata de un tema sensible. Parte importante de la agenda energética -sobre todo en las medidas de corto plazo- se relacionan con la necesidad de masificar el gas natural para generación eléctrica, desplazando así la generación con diésel, más costosa e ineficiente.

El diagnóstico que hace el Ejecutivo es lapidario. Según estadísticas públicas de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la diferencia entre lo que le cuesta el gas a las empresas y la tarifa final llega casi al 140% en el caso de la principal distribuidora de la Región Metropolitana, Metrogas.

Así, mientras la empresa desembolsa US$10,9 por cada millón de BTU -incluyendo el costo de regasificación y transporte- el precio promedio que pagan las familias por esa misma unidad es de US$25,7. La comparación también incluye a GasValpo, empresa que no adquiere gas directamente en Quintero pues no es socio del terminal como sí lo es la distribuidora ligada a CGE.

En ese caso, la diferencia entre costo y tarifa de venta es aún mayor. No obstante, esto no considera que la distribuidora de la V Región debe adquirir gas a alguno de los socios de GNL Chile. Es decir, de manera indirecta.

“Si bien el mercado de distribución de gas domiciliario por redes ha tenido un desarrollo importante en los últimos 20 años, alcanzando actualmente cerca de un millón de clientes (…) se constata que no opera con una regulación que proteja suficientemente a los consumidores, observándose además bajos niveles de competencia”, planteó el Ejecutivo en la agenda energética.

Durante el fin de semana, Pacheco profundizó su visión: aseguró que Chile es el único país de la OCDE que no regula las tarifas del gas y que las rentabilidades de las compañías son inaceptables.

Las críticas tuvieron inmediata respuesta desde la industria gasífera. En el sector señalan que Pacheco comete varios errores en su lectura, pues en la industria del gas  los valores de compra del insumo son distintos dependiendo de cada empresa.

Cifras de rentabilidad

A esto hay que sumar diversos costos que no están considerados en el análisis del Ejecutivo, como el costo de redes, de administración de la compañía y otros.

Según cálculos internos del sector, la rentabilidad varía entre el 6% y el 10% para el caso de Metrogas, dependiendo si se trata de clientes industriales o residenciales.

“Existe un desconocimiento de la cadena de valor del gas natural. Entre el insumo básico, o sea el GNL en el puerto, y el producto final, esto es el gas natural en el hogar, hay toda una cadena que incluye la regasificación, el transporte por gasoductos, la distribución y la comercialización. Adicionalmente a todos esos costos, también hay que sumar el pago de impuestos  y la retribución al capital”, explica el director ejecutivo de la Asociación de Distribuidores de Gas Natural de Chile (AGN Chile), Carlos Cortés.

La industria también critica lo que se ha afirmado sobre que las tarifas del gas natural en Chile serían una de las “más caras del mundo”. “Eso es incorrecto. A nivel de los países de la OCDE, estamos a un nivel comparable en relación a aquellas naciones con similar nivel de desarrollo, mientras que dentro de Sudamérica estamos por debajo de las tarifas de Brasil y Uruguay”, agrega Cortés.

Otra carta de la industria: aunque para el Gobierno se trata de un verdadero “monopolio natural”, las empresas discrepan. Señalan que este energético es apenas el 8% de la composición de la matriz energética residencial a nivel nacional. Por ello, no se trataría de un monopolio natural.

“La razón es que existen múltiples sustitutos del gas natural en cada uno de los mercados relevantes en los que participa y, por lo tanto, en ninguno de ellos hay un único oferente.  En el mercado de la calefacción domiciliaria, por ejemplo, el proveedor de gas natural compite con los proveedores de gas licuado (balón, granel o medidor), parafina, diésel, leña y electricidad”, se añade.

Distribuidoras de gas natural: dichos de ministro Pacheco “no corresponden a la realidad”

(Diario Financiero) “Los anuncios de la presidenta en el marco de la Agenda Energética son bienvenidos y no podríamos sino alegrarnos de este realce que se le da al gas natural”, dice Carlos Cortés, director ejecutivo de la Asociación de Distribuidores de Gas Natural (AGN).

-El anuncio plantea una medida bien concreta que nosotros compartimos: hacerse cargo de los vacíos legales que tiene el marco regulatorio del sector. Hoy la industria de distribución del gas natural está regulada.

-Pero el ministro ha sido explícito y ha dicho que deben bajar los precios…

-El anuncio de la presidenta lo único que dice de la industria del gas natural es que se va a perfeccionar la legislación para llenar vacíos legales existentes y que se refieren precisamente al procedimiento para fijar tarifas. Hoy las empresas de gas natural tienen un régimen de libertad tarifaria en la medida que respeten un techo máximo de rentabilidad. Las bases y metodologías de esa fijación no están contenidas hoy en la ley, pero nunca se han sobrepasado los límites de rentabilidad que se contemplan en la ley, que son chequeados por la Comisión Nacional de Energía.

-Pero el ministro habla de precios “inaceptables”…

-Más allá de hacerme cargo de slogans que no corresponden a la realidad… La realidad es que hay un techo de rentabilidad que establece la legislación, que es chequeada por la CNE (…). Por lo tanto, lo que se diga a partir de impresiones o de deseos no lo puedo comentar. Me atengo a lo que es objetivo.

-¿No cree que hay un precio inaceptable?

-Para nada. Los canales oficiales han establecido que la rentabilidad está dentro de lo establecido. No estamos en la ley de la selva. En el evento de que hubiera rentabilidades que superasen el límite que establece la ley, el TDLC está facultado para pedir la fijación de tarifas y, si eso no ha ocurrido, no es porque no haya hecho la pega, es porque esta situación de rentabilidad excesiva no se ha dado.

-Lo que dice el ministro ¿no corresponde a la realidad?

-No corresponde a la realidad.

-Pero el ministro dice que se compra a US$ 9,5 /MMBtu y vende a US$ 30 /MMBtu.

-Acá hay una cadena de valor que parte con el gas natural que llega a Quintero, que debe ser regasificado, transportado hasta las empresas de distribución, desde ahí a los hogares. La tarifa paga todos esos costos y de inversión, que en el caso de Chile, es una inversión privada que no ha sido recuperada y, por lo tanto, para llegar a precio final hay una serie de otros costos que deben ser absorbidos en el precio.

-¿Es posible bajar el precio?

-Estamos en un mercado dinámico y las tarifas no se fijan a discreción. Hay una lógica regulatoria, de competencia y de mercado que determina cómo cada empresa determina sus tarifas.

-También se critica que las redes de gas son barreras de entrada para otros actores…

-Es cosa de ver que los clientes que están conectados a la red se calefaccionan con estufas eléctricas, a parafina, etc. Hay competencias alternativas. Este es un mercado altamente competitivo.

-¿Las críticas de poca competencia no son ciertas?

-Hay que ir a ver al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia y ver el track record que tenemos. Han hecho muchas investigaciones y todas han terminado sin formulación de cargos. (…) Si hay cosas que se pueden perfeccionar en esta industria, felices de colaborar con ellos (…). Si la autoridad cree que es necesario introducir perfeccionamientos adicionales, estamos siempre disponibles. (…) Si este modelo regulatorio ha demostrado éxito, no veo para qué cambiarlo y echarlo abajo.

-¿Hay animosidad o deseo de cambiarlo todo?

-Yo sólo he visto el anuncio formal de la presidenta. (…) Lo que no quiero es que por decisiones de política pública errada nos pueda pasar lo que le pasó a Argentina, que por decisiones del gobierno central se le ha generado un daño a la población.