El Instituto de Ecología Política y la Confederación Alemana de Cooperativas (DGRV) lanzaron la Guía para la creación de cooperativas de generación distribuida comunitaria en Chile, cuyo objetivo es desarrollar modelos de negocio adecuados para este tipo de organizaciones, a partir de la Ley 21.118, que permite que grupos de personas instalen sistemas de generación conjunta de hasta 300 kW, inyectando la energía a la red de distribución y descontándola de sus boletas de electricidad.
El documento sostiene que uno de los principales beneficios que tiene la implementación de las cooperativas de energía es que «en términos económicos, reunir varias personas para instalar un sistema de generación puede resultar en una inversión inicial menor para cada una de ellas».
Requisitos
Los requisitos para la implementación del sistema comunitario son que los usuarios del sistema deban estar conectados a las redes de propiedad de la misma empresa distribuidora de electricidad; suscribir un contrato de propiedad conjunta, y acreditar la propiedad conjunta del sistema de generación, a través de títulos o derechos de participación en una persona jurídica que sea propietaria del sistema, o mediante una declaración en el contrato.
El jefe de unidad de apoyo regulatorio del ministerio de Energía, Daniel Jara, detalló que se están levantando este tipo de iniciativas porque «vemos personas que quieren participar de la transición energética y los sistemas comunitarios aportan a la participación colectiva para avanzar en la descabonización».
Es por eso, y debido a que a través de una cooperativa existen lineamientos definidos de participación, la guía sostiene que las ventajas de establecer una cooperativa tiene que ver «con que son organizaciones democráticas, que poseen principios acordados internacionalmente, fomentan el desarrollo local, promueven las relaciones con otras organizaciones y cooperativas, incitan la educación de sus asociados, existe una institucionalidad a nivel nacional como internacional, lo que favorece su articulación y representatividad».
Experiencia alemana
Según Benjamín Dannemann, de la Oficina Nacional de Cooperativas de Energía de Alemania, luego de la implementación de esta modalidad en 2006, en el país europeo ha existido una evolución significativa en esta materia, alcanzando las 883 cooperativas, con 200.000 socios activos, que han invertido un total de 2.900 millones de euros en energías renovables y redujeron 3,39 toneladas de CO2 en sector eléctrico durante 2019.
Por eso, se utilizó la experiencia alemana para la creación de la guía de generación distribuida comunitaria a través de cooperativas e impulsar esta modalidad a nivel nacional.