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La trastienda de Enap: grupo de WhatsApp y directorio agendado para el 12 de septiembre

Sep 3, 2018

Junto con su fiscal interino Marcelo Rodríguez, la compañía evalúa contratar una asesoría judicial externa, tanto para abordar eventuales acciones por lo que consideran un grave daño a la imagen de la empresa como para enfrentar los recursos presentados en tribunales por parlamentarios y las municipalidades.

(El Mercurio) Mientras la crisis ambiental se desarrollaba, puertas adentro, la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) escribía su propio guión. Si bien el directorio -encabezado por la ex ministra Loreto Silva, junto a Gonzalo de la Carrera, José Luis Mardones, Claudio Skármeta, Anita Holuigue, Rodrigo Azócar y Marcos Varas, este último representante de los trabajadores- no se reunió de forma extraordinaria, sí estuvo conectado a través de un grupo de WhatsApp.

Si bien en dicha mesa hubo visiones diferentes sobre cómo debía abordar «puertas afuera» el conflicto, coincidía en que, «esta vez» -como lo resume un alto personero- Enap no es la responsable de la contaminación que afecta a la zona.

Ese convencimiento se lo dio a la empresa un estudio que encargó a la firma Algoritmos -que en lo medular realizó mediciones a la calidad del aire en las instalaciones-, más otro que encargó al profesor Francisco Cereceda, director del Centro de Tecnologías Ambientales (Cetam), de la Universidad Técnica Federico Santa María. Este último reporte -encargado con la idea de que sirviera de contramuestra- tomó muestras de aire y de líquidos en las instalaciones de Enap.

Con los resultados, el miércoles Enap aseguraba que los análisis eran concluyentes: «no hay presencia de nitrobenceno, isobutano ni metilcloroformo en ninguna de las muestras».

«Estamos tranquilos y satisfechos con la calidad científica de los estudios que hemos realizado, que representan valiosos insumos para colaborar con la investigación de las autoridades y permitir avanzar hacia la determinación de responsables. Tal como lo hemos dicho, asumiremos las responsabilidades que nos correspondan y realizaremos todas las mejoras necesarias para contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos», reafirmó a «El Mercurio» Andrés Roccatagliata, gerente general de Enap.

[VEA TAMBIÉN: Quintero: informes encargados por Enap descartan su responsabilidad en nube tóxica]

Pero más allá del tono más conciliador que ha primado sobre todo en los últimos días tanto en Enap como en las declaraciones del Gobierno, lo cierto es que en los primeros días la molestia se instaló al interior de la estatal.

Un ex ejecutivo de la firma recuerda que no es la primera vez que parlamentarios y la opinión pública ponen en el ojo del huracán a Enap sin pruebas, recordando que, por ejemplo, en la administración pasada se la responsabilizaba de tres derrames de petróleo en la zona, cuando en realidad fue responsable de uno en 2016. «Por su historial, es gratis pegarle a Enap, pero en este caso no somos responsables», resume un alto personero de la compañía.

Cercanos a la firma apuntan sus dardos a la forma cómo el superintendente Cristián Franz manejó el caso sobre todo en el inicio, estimando que hubo deficiencias técnicas. Estos conocedores aluden al Acta de Notificación elaborada por la SMA, el 24 de agosto, que derivó en las medidas provisionales de sellado temporal de los dos estanques del que se presumió salían los olores que afectaron a la zona.

«En el punto 25 se habla de la percepción de malos olores por parte de fiscalizadores de la SMA, pero eso es tan absurdo como si dijeran que en una panadería hay olor a pan. No tiene nada que ver con la nube tóxica que afectó a la zona», asegura una fuente. Otro alto personero agrega que pese a que es común que en este tipo de crisis la autoridad política presione para «salir a la caza» de culpables, los superintendentes deben tener la independencia y pericia técnica para negarse identificarlos, sin evidencia suficiente.

Aunque en el entorno de Enap descartan daño operacional -la medida que tomó la SMA no tiene mayor efecto, pues no se incluyó a los otros estanques del terminal en Quintero que reciben y almacenan petróleo y derivados que luego se destinan a la refinería de Enap en Concón-, sí advierten un daño a la imagen de la empresa.

Sin embargo, el superintendente del Medio Ambiente, Cristián Franz, descarta de plano presiones políticas, y se defiende de estos cuestionamientos técnicos en base al mismo ejemplo: «Si vas a una panadería y hay olor a quemado no es lo mismo a que haya olor a pan. Obvio que dicen que en las instalaciones hay olor a petróleo, si trabajan con petróleo, y está bien, sería tonto negarlo. Pero una cosa distinta es que los olores que detectamos hayan sido más intensos de lo que sería normal para una instalación que trabaja con hidrocarburos», dice (ver entrevista).

El próximo directorio de Enap está convocado para el 12 de septiembre.

Aunque Franz no ha dado un plazo exacto de cuándo tendrá los resultados de la investigación de la SMA -en el marco de la cual el gerente de medio ambiente de la estatal Cristián Núñez ya declaró el lunes-, un escenario es que para esa fecha la SMA ya tenga los resultados de su investigación.

En paralelo, el directorio de Enap no ha descartado ninguna acción legal. Trabaja con el fiscal interno e interino Marcelo Rodríguez y evalúa asesoría legal externa, si se considera que de todo este episodio se han derivado otras aristas legales -más allá de la decisión que adopte de la SMA-, incluidas acciones legales interpuestas por parlamentarios y las municipalidades y una investigación que lleva el fiscal de Quintero Mauricio Dünner ante posibles delitos ambientales o de lesiones.

Además de ENAP y Gasmar (ver entrevista), también fueron fiscalizadas por la SMA: Enel y AES Gener, Copec, Codelco Ventanas, GNL Quintero y Oxiquim.

La central Quintero de Enel Generación Chile fue fiscalizada por la SMA y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) los días 27 y 28 de agosto, indica la compañía, «ocasiones en las que no encontraron anormalidades al correcto funcionamiento de la planta, así como tampoco olores asimilables a hidrocarburos», afirma Enel Generación.

AES Gener indica que sus instalaciones también fueron fiscalizadas hace más de una semana, y precisa que no utilizan tolueno, isobutano, nitrobenceno ni metilcloroformo en sus procesos. Norberto Corredor, gerente del Complejo Centro, afirma: «Todas nuestras emisiones son reportadas hora a hora de manera directa a la autoridad a través de equipos certificados. Esa certificación se renueva periódicamente ante la propia SMA, lo que asegura la veracidad de la información entregada. Este estándar lo tienen muy pocas industrias en Chile», dice.

En Quintero, en el sector de Loncura, en un gran terreno conviven el terminal TPI (planta de combustibles) y la planta de lubricantes de Copec. La firma precisa que la fiscalización a su planta «la realizaron la Superintendencia del Medio Ambiente, el Servicio de Salud, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) y la PDI. Todas resultaron conformes y sin observaciones».

GNL Quintero indica que en las inspecciones a sus instalaciones «no se han detectado elementos asociados a los eventos recientes de contaminación en la bahía de Quintero – Puchuncaví». Agrega: «nuestro Terminal mantiene una operación limpia, en un circuito cerrado, y dadas las características del gas natural licuado (que es no tóxico e inodoro), es técnicamente imposible que los eventos de olor y contaminación atmosférica tengan algún vínculo con GNL Quintero».

En un comunicado público, Codelco Ventanas aseguró que sus operaciones de la fundición y refinería no tienen ninguna relación con la emisión de compuestos derivados de hidrocarburos y que desde el día 21 de agosto «ha mantenido sus puertas abiertas a las autoridades ambientales y de salud».

Consultado por «El Mercurio» sobre la fiscalización de la SMA, Oxiquim declinó referirse a este tema.

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