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«La norma de emisiones ya solucionó el problema de la contaminación eléctrica»

May 5, 2014

Alexander Galetovic, el economista y profesor de la Universidad de los Andes manifestó que los tributos a las fuentes de emisión fijas elevarán los costos de energía. También señaló que el GNL no llegará a los bajos precios que se están estimando.

(El Mercurio) Como un costo adicional a la energía que corresponde a «mera recaudación» calificó Alexander Galetovic, economista y profesor de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Los Andes, los impuestos verdes que se aplicarán a fuentes generadoras de electricidad fijas contaminantes de más de 50 MW de capacidad contenidos en el proyecto de reforma tributaria.

Galetovic recordó que en el caso de los tributos que se pondrán a los contaminantes locales -aquellos que tienen un impacto directo en la salud de la población de localidades cercanas a la fuente-, como es el caso del material particulado (PM), óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO {-2} ) que emiten las calderas o turbinas de fuentes de generación termoeléctrica, el problema de contaminación está siendo resuelto por la norma de emisiones que exige a estas unidades instalar mangas o filtros, que en su minuto la industria de generación estimó que costarían unos US$ 1.000 millones.

Esta norma, aseguró, reduce de manera importante las externalidades negativas que causan los combustibles fósiles.

El economista, que lleva 15 años estudiando el sector eléctrico, y cuyas investigaciones en este ámbito han sido financiadas por la firma AES Gener, concluyó que el costo de implementar un filtro o sistema de abatimiento que es capaz de capturar gran parte de estas emisiones, es bastante más bajo que los costos que se generan por el impacto a la salud de las personas que producen el material particulado y los óxidos de nitrógeno.

«La norma técnica solucionó el problema de contaminación local eléctrica. Ésta logra prácticamente lo mismo que los impuestos, pero a un costo administrativo que debe ser una fracción minúscula de lo que va a costar implementar un sistema de impuestos ambientales locales», señaló.

Quema de leña

A su juicio, el verdadero problema en Chile se origina a partir de la quema de leña. «La contaminación del sur es dramática, el material particulado es fino, no se ve y la gente cree que vive en un ambiente limpio, lo cual no es cierto. Atacar ese problema tiene una rentabilidad social enorme, como también el tema de la contaminación en Santiago. Pero con estos impuestos se está poniendo énfasis en algo que la gente cree que es grave, pero que no lo es. Están dejando de lado un problema del que la gente no está enterada que es grave. Esto no es un problema de las autoridades de este gobierno, sino que del pasado y del gobierno anterior a ese también».

Impuestos globales

En cuanto a los tributos a las emisiones de dióxido de carbono (CO {-2} ), cuyo impacto contaminante es global desde el punto de vista de su efecto invernadero, Galetovic indicó que estos gravámenes serán más relevantes en costos que en el caso de los impuestos a los contaminantes locales. «Esto es distinto a los impuestos locales porque lo que tú emites en Chile no les causa daño a los chilenos, el daño incremental que causa es cero, porque esto se reparte en todo el mundo y, por lo tanto, lo que nos llega a nosotros es casi cero».

Bajo ese escenario manifestó que si el país restringe sus emisiones de C0 {-2} es equivalente a «regalarle algo al mundo, pero para que esto sea eficaz en el mundo antes tiene que haber un acuerdo vinculante para disminuir emisiones».

Por ello, indicó, que si Chile se impone un impuesto unilateralmente los costos asociados son varios: «Uno de carácter directo. Un segundo que probablemente se traducirá en elevar costos a las actividades intensivas en energía en Chile y eso va a hacer que estas se hagan en otro lado, por lo que las emisiones de C0 {-2} caerán menos de lo que será la reducción acá».

A su vez, se refirió a estimaciones que indican que este impuesto va a estimular las inversiones en Energías Renovables No Convencionales, como la eólica y solar, que, agregó, en países que las promovieron como Alemania y otros están en retirada. Al respecto, dijo: «La diferencial de costos entre convencionales y no convencionales es tal, que este impuesto no va a tener mayor efecto en la composición de la inversión en energía».

Si bien precisó que no es contrario a los impuestos ambientales, el mencionado tributo, en su opinión, traerá costos y ningún beneficio para el país.

Agregó que los análisis demuestran que en el país existe disponibilidad de agua para proyectos hidroeléctricos que sugieren que la política ambiental más eficaz contra las emisiones de CO {-2} es destrabarlos. Sin embargo, recordó que este tipo de iniciativas han enfrentado un escenario regulatorio adverso, tras la intervención del sistema de evaluación ambiental por parte de la autoridad, como ocurrió con el proyecto termoeléctrico Barrancones.

Todo lo anterior, reforzó, se ha traducido en una restricción de la oferta eléctrica que ha encarecido los precios de la energía.

Y esta no será la excepción, puesto que sólo por efecto de los tributos Galetovic estima que, en tiempos «normales», en que las decisiones sobre las tecnologías de expansión del sistema obedecen a los costos, las cuentas de luz podrían elevarse entre 2% y 2,5%, mientras los precios a industriales de la energía podrían hacerlo en 6%.

No obstante, agregó que la señal que se está dando en materia de fuentes energéticas que se quieren privilegiar está lejos de ser racional. Dijo que si bien el carbón y el agua debieran ser las alternativas de expansión más lógicas desde el punto de vista de los costos, las centrales a carbón no «son bienvenidas en este país», y agregó que la alternativa son las unidades a Gas Natural Licuado. Este combustible, según el experto, impulsará en más de 20% los costos de la energía a nivel residencial.

Los precios del GNL apenas cubren los costos de explotación

El supuesto de que el GNL llegará a precios bajos como el del carbón, en opinión de Galetovic, es una fantasía. «Eso está basado en el supuesto de que el precio del gas natural que se observa hoy en el índice Henry Hub es el de largo plazo. Cualquiera que conoce esa industria algo, se da cuenta hoy de que ese precio apenas cubre los costos de explotación del shale gas (gas no convencional)». El experto agregó que el costo de largo plazo del citado hidrocarburo se situará al menos entre US$ 6 y US$ 7 por millón de BTU. «Cuando a eso se suma transporte por gasoducto, el costo por licuefacción, transporte por mar y la regasificación, acá llega a US$ 12 o US$ 13 por millón de BTU, y eso se traduce en 22% más en el precio de la electricidad a nivel residencial», finalizó.

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