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La importancia de la relación temprana con las comunidades

Abr 27, 2016

Una serie de experiencias ocurridas en la última década han demostrado que lograr la "licencia social" en los proyectos de inversión es algo que se puede preparar con antelación, involucrando a la ciudadanía. Consultores, empresas y autoridades dan consejos de cómo hacerlo.

(Pulso) Casos como el de Pascua Lama en el norte de Chile e Hidroaysén en el sur han dejado varias lecciones para las compañías que quieren realizar grandes proyectos de inversión en Chile. Pero quizá una de las más relevantes, no pasa por temas comunicacionales o medioambientales. Lo fundamental es acercarse a las comunidades que se ven afectadas por los proyectos no durante su construcción o planificación, sino antes.

En términos técnicos, esta estrategia se llama “acercamiento temprano” o “comunicación temprana” y hoy, cada vez más las empresas de todos los tamaños lo consideran en su planificación. Es que la denominada “licencia social” es la llave maestra que puede abrir el negocio y aplacar las críticas posteriores a través de redes sociales e incluso demandas.

Participación ciudadana

Sebastián Cantuarias es el director ejecutivo de Proyecto Propio, una consultora que ya lleva más de diez años especializándose en abrir las primeras puertas de los vecinos ante un proyecto empresarial. Ya sea desde la instalación de un edificio, hasta la construcción de una gran planta industrial. “El vínculo temprano es imprescindible. Ya no es posible hacer un proyecto y luego comunicarse con la comunidad. El acercamiento previo trae varios beneficios, como por ejemplo disminuir el rumor”, comenta Cantuarias.

A esto se le agrega la recepción de los aportes que pueden entregar dicha comunidad. Un ejemplo claro es lo que ha ocurrido durante años con las antenas de telefonía móvil, algo que en muchas ocasiones ha significado disgustos de los vecinos e incluso, una fuerte oposición que ha terminado en tribunales.

Al respecto, Katherine Martorell, directora de Sustentabilidad y Comunidades de la gerencia de Regulación y Asuntos Corporativos de Entel, explica que buscan que los dirigentes sociales los conozcan y entiendan su misión. “Es por esto, que realizamos talleres en distintas regiones que buscan fortalecer el rol del dirigente social a través de la tecnología, ya que conocemos las dificultades que ellos enfrentan diariamente y la conectividad resulta ser gran aliado para el cumplimiento de su función”, dice Martorell.

La ejecutiva agrega además: “Nuestra implementación de red nunca es ajena a la comunidad, razón por la cual nos acercamos, conversamos y buscamos los mejores acuerdos para que realmente este beneficio tenga todo el potencial posible”.

Incluso, esta compañía de telecomunicaciones realiza talleres especiales a sus proveedores que están en continua relación con los clientes, sobre buen trato y respecto a las comunidades.

En esta misma línea, desde sus orígenes, incluso en la etapa voluntaria (1994), el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) agregó la participación de las comunidades en los procesos de evaluación de impacto ambiental.

A esta mezcla de factores se le agrega la reciente ratificación de Chile al Convenio 169 de la OIT, que incorpora en los proyectos de inversión la visión, opinión y participación del mundo indígena, donde también se incluye la participación.

Relación directa

Según Cantuarias, comunicarse antes con las comunidades permite también que las comunidades se transformen en una especie de socio estratégico, generando un vínculo, algo que además es un excelente argumento para los inversionistas. “Entrar antes en la comunidad permite que ésta sea tu socio en vez de tu enemigo. Pero sobre todo, ayuda mucho a la transparencia y ante cualquier problema futuro, los miembros de la comunidad ya saben a quien acudir o quién es un interlocutor válido”, asevera.

En este punto, los especialistas estiman que es fundamental que independiente que las empresas sean asesoradas y acompañadas por consultoras externas que le ayuden a la relación con sus vecinos, siempre el que tiene que dar la cara tiene que ser un ejecutivo de la misma compañía. En otras palabras, ante una crisis o conflicto no utilizar nunca intermediarios.

Para Jorge Troncoso, director del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), hoy cualquier proyecto de inversión que no considera la variable ciudadana o comunitaria comete un error. “El mundo empresarial también lo está asimilando e incorporando en sus políticas de gestión, como una variable relevante dentro de un proyecto. Hace 30 años, el tema de seguridad laboral no era relevante, hoy es fundamental. Hace 20 años, los aspectos medioambientales tampoco lo eran y hoy son claves. Hoy el tema ciudadano y manejo de comunidades está comenzando a tomar la misma importancia que actualmente tienen la seguridad y el medioambiente”, comenta Troncoso.

La importancia del proceso

Una visión particular tiene Bernardita Fernández, gerente de asuntos corporativos de Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, compañía que tiene bastante experiencia de relación con las comunidades en el norte de Chile.

Según la ejecutiva, el modelo que se usó durante mucho tiempo, basado en lo transaccional, demostró ser incapaz de hacer frente a este nuevo ciclo social, y mantenerlo solo augura enfrentamiento y posiciones polarizadas. “Hoy es el momento de generar conversaciones amplias, un diálogo entre el Estado, las empresas y la comunidad, en torno a la búsqueda de visiones comunes. Debemos ser mucho más proceso que resultado. Hoy es más importante el cómo por sobre el qué.

Finalmente es una relación que debe basarse en el respeto, no dilatando decisiones y cumpliendo en tiempo y forma lo comprometido. “Las relaciones con las comunidades deben ser escalonadas en su confianza y su complejidad de los proyectos o programas. Entendemos que todas las relaciones sufren mutaciones y el trabajo en el territorio puede variar, así como sus instrumentos de intervención”, comenta Fernández.

Otro ejemplo es lo que realiza la generadora eléctrica E-CL. Antes de diseñar cualquier proyecto, hace un “análisis social” de posibles localizaciones, que les permite conocer dónde puede haber una mayor aceptación social o un menor impacto en la comunidad. Ya sea porque se requiere menos intervención o porque está muy alejado de zonas pobladas o no hay zonas protegidas medioambientalmente.

“Luego, nuestro foco está en comunicar a todos los actores relevantes de lugar escogido, quiénes somos y nuestra idea de proyecto. De esta forma incorporamos desde un inicio, al diseño de nuestros proyectos, las expectativas y preocupaciones de la comunidad y eso solo se logra en la medida en que las personas tengan acceso temprano a la información desde la propia empresa”, comentan en E-CL

Esta metodología ya la están utilizando por ejemplo, en la Región del Biobío, en una etapa de sociabilización temprana de un proyecto de generación eléctrica. “El proyecto aún no ha ingresado a evaluación, pero ya hemos tenido reuniones con todas las autoridades locales, diversos actores y organizaciones sociales”, explican en esta empresa.

[Quiénes son las asociaciones opositoras a los proyectos eléctricos]

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