(El Mercurio) La demanda de vehículos diésel está empezando a reflejar el impacto de la aplicación del impuesto «verde», que deben pagar quienes compran un cero kilómetros y que golpea con mayor fuerza a los petroleros. Ello, porque la fórmula para calcular el monto del tributo -que se incorporó en la reforma tributaria- considera, entre otros, la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx). Este es un contaminante donde los diésel no sacan ventaja ante los motores a gasolina.
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En enero de 2015, las importaciones totales de vehículos cayeron 35% anual totalizando 20.472 unidades, según cifras del Servicio Nacional de Aduanas. Pero al revisar solo las internaciones del segmento diésel de ese mes se advierte un retroceso de 45%, hasta las 4.472 unidades. Esa merma estuvo empujada por la caída de 59% en la categoría de pasajeros (sedanes, SUV, city cars ), mientras que los comerciales (camionetas y furgones) disminuyeron 32%. En este último caso, los compradores que acrediten que se trata de un vehículo para trabajo podrán recuperar el tributo.
Cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) muestran que las ventas de unidades diésel tuvieron una participación de 24% en el mercado en enero, mientras que en 2014 cerraron con 28%.
Ricardo Lessmann, presidente y CEO del Grupo Gildemeister – holding que distribuye Hyundai-, dijo que «claramente el impuesto ‘verde’ introducido a los vehículos nuevos impacta fuertemente la venta de diésel orientada a pasajeros, debido a que los índices de NOx son mayores en estas motorizaciones».
Lessmann añadió que «los consumidores de vehículos de pasajeros y SUV, que antes veían ventajas en la compra de motorizaciones diésel, hoy deben analizar su conveniencia, ya que implica un alza importante en el costo de un vehículo».
El gerente general de Citroën Chile, Rodrigo Hernando, sostuvo que el primer mes de implementación del gravamen no refleja la tendencia para el resto del año, pero afirmó que «la participación del diésel debiera disminuir levemente». De todas formas, indicó que «hay que tener en cuenta que el mayor porcentaje de venta de vehículos diésel corresponde a comerciales, que son principalmente comprados por empresas, las cuales pueden recuperar el impuesto».
Hernando señaló que el costo promedio del impuesto para un diésel es de $250 mil, mientras que para los modelos a gasolina es de $100 mil.
Thibaud Aymeric, gerente general de Great Wall -la firma china con mayores ventas en el país-, también indicó que es temprano para realizar un balance completo sobre el efecto del impuesto, aunque aseguró que «vemos algunos elementos irrefutables». En este sentido, mencionó que el impuesto «por su forma de cálculo impacta efectivamente en mayor medida a los motores diésel, lo que explica también que las colocaciones de pasajeros diésel se están ajustando a la baja».
Aymeric indicó que la participación de los diésel en las ventas de la industria deberían mantenerse por sobre el 20%, «pero claramente por debajo del 28% de 2014». Lessmann también proyectó una merma en la participación -la sitúa entre 18% y 20%- «por la migración de vehículos diésel de pasajeros a gasolina, al igual que en los SUV».
Con todo, Hernando aseguró que en el segmento de pasajeros la ventaja de un mejor consumo en el caso de los petroleros será más valorada y compensará el impuesto.