Este viernes se publicó el último informe Global Hydrogen Review 2023, de la International Energy Agency (IEA), en el que se consigna que el retraso en el apoyo político y las crecientes presiones sobre los costos ponen en riesgo los planes de inversión para el hidrógeno de bajas emisiones (hidrógeno verde, rosa y azul).
El número de proyectos anunciados para el hidrógeno de bajas emisiones continúa expandiéndose rápidamente, mientras que más de 40 países en todo el mundo han establecido estrategias nacionales de hidrógeno hasta la fecha. Sin embargo, la capacidad instalada y los volúmenes siguen siendo bajos, ya que los desarrolladores esperan el apoyo del gobierno antes de realizar inversiones. Como tal, el hidrógeno de bajas emisiones todavía representa menos del 1% de la producción y el uso total de hidrógeno.
«Hemos visto un impulso increíble detrás de los proyectos de hidrógeno de bajas emisiones en los últimos años, que podrían desempeñar un papel importante en sectores de uso intensivo de energía, como el químico, el refinado y el acero«, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
No obstante, “un entorno económico desafiante pondrá a prueba la determinación de los desarrolladores y formuladores de políticas de hidrógeno para llevar a cabo los proyectos planificados. Se necesitan mayores avances en tecnología, regulación y creación de demanda para garantizar que el hidrógeno de bajas emisiones pueda alcanzar su máximo potencial”, agregó.
Factores económicos
En el contexto de una crisis energética mundial, alta inflación e interrupciones en la cadena de suministro, los nuevos proyectos enfrentan costos crecientes, al menos temporalmente, que amenazan la rentabilidad a largo plazo.
La inflación y los costos de endeudamiento más elevados están afectando a toda la cadena de valor del hidrógeno, incrementando los costos de financiamiento para los desarrolladores y reduciendo el impacto del apoyo gubernamental. Esta confluencia de factores es particularmente perjudicial para una industria que enfrenta altos costos iniciales relacionados con la fabricación, construcción e instalación de equipos.
A pesar de los obstáculos económicos, el despliegue de electrolizadores está empezando a acelerarse. A finales de 2022, la capacidad de los electrolizadores para la producción de hidrógeno alcanzó casi 700 MW. Según los proyectos que han alcanzado una decisión final de inversión o que están en construcción, la capacidad total podría más que triplicarse a 2 GW para fines de 2023, y China representaría la mitad de esta cifra. Si todos los proyectos anunciados se llevan a cabo, se podría lograr un total de 420 GW para 2030, un aumento del 75 % en comparación con la revisión de 2022 de la AIE.
Viabilidad
Las mejores perspectivas para el uso de hidrógeno con bajas emisiones se encuentran en sectores industriales difíciles de reducir, reemplazando el hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles no disminuidos, pero el progreso ha sido lento. La falta de atención a la creación de demanda de hidrógeno se ilustra en los compromisos existentes de los países.
La suma de todos los objetivos gubernamentales para la producción de hidrógeno con bajas emisiones representa hasta 35 millones de toneladas en la actualidad, pero los objetivos para crear demanda representan sólo 14 millones de toneladas, de las cuales sólo la mitad se centra en los usos existentes del hidrógeno.
El informe sugiere varios pasos para que los gobiernos reduzcan el riesgo y mejoren la viabilidad económica del hidrógeno de bajas emisiones, como la entrega efectiva de esquemas de apoyo, acciones más audaces para estimular la demanda y abordar las barreras del mercado, como las licencias y permisos. Además, el establecimiento de mercados internacionales de hidrógeno requiere cooperación para desarrollar estándares, regulaciones y certificaciones comunes.