(El Mercurio) Puertas adentro la metodología de trabajo de Caval, la sociedad de Natalia Compagnon y Mauricio Valero, era particular. Los asesores, oriundos de Chillán, Victorino Arrepol y Sergio Bustos se reunían en hoteles en Santiago y, con los clientes, las reuniones se hacían en distintos cafés capitalinos, como sucedió un par de veces con Hugo Silva, el comprador de los terrenos en Machalí.
A esto se suma el rol de Sebastián Dávalos, quien pese a ser gerente de proyectos de Caval, no participaba. En entrevista con «La Segunda», su esposa Natalia Compagnon indicó que Dávalos no tenía mayor injerencia en el negocio, pese a que figuraba con un cargo de gerente: «Sebastián en esto nunca tuvo nada que ver. Nunca estuvo metido en este negocio. Nunca supo el detalle de este negocio», indicó.
Si el crédito por los $ 6.500 millones parece un desafío mayor para una sociedad que en su mejor momento vendió $1.500 millones en un año, Caval incursionó en otra área igualmente desafiante: la importación de petróleo refinado.
¿Competidor de Copec?
Este proyecto pudo ser el mayor negocio de Caval en su breve historia, que comienza recién en 2012. De hecho, Mauricio Valero, socio de Caval, incluyó en su currículum que entre 2011 y 2013 tuvo una participación clave en el desarrollo de un proyecto de inversión portuario, del que hasta ahora no existen mayores antecedentes.
Entonces, Caval se puso en contacto con un grupo de empresarios árabes que tenían la intención de traer a Chile petróleo refinado, situación que marcaba un antes y un después en esta industria. Al menos el 50% del petróleo que se consume en Chile es importado crudo y refinado por la Empresa Nacional de Petróleo (Enap) y el otro 50% es adquirido ya refinado por los grandes actores de la industria, como Copec, por ejemplo.
Conocedores de ese megaproyecto aseguran que, en un comienzo, el negocio convenció a Caval. Incluso, se estudiaron puertos en el norte donde se podría haber instalado la infraestructura necesaria para la descarga del petróleo. Pero todo se esfumó, pues los socios de Caval dejaron de creerle al inversionista árabe. Finalmente, otra empresa tomó este proyecto e intentaron llevarlo a Brasil.
Retiros millonarios
Todo lo que ocurría al interior de Caval en esos días frenéticos era inusual para una consultora que tenía pocos meses de vida. En 2012, por ejemplo, facturó $1.500 millones en consultorías, una situación inusual para una empresa que estaban recién formando.
Pero menos usual es que el dinero se haga humo en cosa de meses. La razón aparente es que Mauricio Valero hizo retiros por cerca de $170 millones y Natalia Compagnon por más de $200 millones el primer año de funcionamiento de Caval y que, a asesores como Victorino Arrepol, le pagaban sueldos de hasta $15 millones mensuales, indican cercanos al caso.
A mediados de 2013, Caval ya no tenía recursos para pagar la promesa de compraventa de los terrenos de Machalí: El 26 de agosto de ese año, cuando faltaban solo días para que venciera el plazo que les entregó el síndico de quiebras, Herman Chadwick, para pagar una garantía por $100 millones que les aseguraba la primera opción para adquirir los terrenos, Caval no solo no tenía fondos, sino que tenía cerradas las puertas del sistema financiero. El Santander y el Itaú no dieron luz verde al negocio.
La espesa red de socios y amigos de Caval
Compagnon y Valero tienen trayectoria en el mundo de los negocios. Antes de constituir Caval, Compagnon ya había emprendido tres negocios: el 4 de enero de 2007, se asoció con el académico de origen taiwanés Yun-Tso Lee Cheng, para crear la consultora Asia Pacific Brokers Limitada. Esta empresa se dedicaba a asesorar a empresarios asiáticos que quisieran hacer negocios en Chile. En ese momento, Dávalos trabajaba como asistente de la Unidad Asia de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon).
Las circunstancias de esta relación fueron uno de los primeros capítulos en que el hijo de la Presidenta y Compagnon estuvieron bajo escrutinio público.
Esto, porque desde entonces Yun-Tso Lee se convirtió en un proveedor de servicios remunerados para la Cancillería. Según datos de Gobierno Transparente, se adjudicó la realización de tres seminarios para funcionarios de ese Ministerio, entre octubre de 2006 y abril de 2009.
En abril de 2013, Valero asesoró a la empresa proveedora de soluciones informáticas para servicios médicos Saydex, la que, posteriormente, logró vender un software a once hospitales del país.
Lo que pasará en la semana
El martes 14, en el marco del juicio por estafa que se desarrolla en Rancagua, se verán las caras los abogados de Caval con los de Hugo Silva, comprador de los terrenos en Machalí y que se querelló por estafa en contra de la firma de la nuera de la Presidenta Bachelet.
El miércoles 15, Iván Garrido, asesor de Caval, irá a declarar ante el fiscal regional Luis Toledo, encargado de la investigación sobre el caso.