(DF).- Un nuevo cuestionamiento de parte de la Contraloría recibió a fines de marzo la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).
Ahora el foco de las observaciones del organismo fiscalizador es la estructura que en el extranjero tiene Sipetrol, la filial internacional de la petrolera.
En el marco de un informe aleatorio, en el cual la Contraloría revisa una serie de procesos financieros y operativos de la estatal, se ratifican observaciones efectuadas anteriormente respecto de la pertinencia y la transparencia en la constitución de algunas sucursales de Sipetrol.
Particularmente, hace referencia a aquella creada en Uruguay, la que, a juicio de la Contraloría, aparece como una «sociedad de papel, más aún si no se ha identificado una estructura orgánica, a quienes ejercen su administración, las funciones que ejercen y las actividades que desarrollan en ese país».
En el documento también se cuestiona que no existe claridad sobre la estructura con que opera Sipetrol en otros países.
«Efectuando un análisis sobre tal estructura, se advierte que ella no se ajusta a la realidad de la empresa, dado que las filiales de Uruguay, Reino Unido y Ecuador no tienen funcionamiento definido, estructura orgánica, directorio, personal ni recursos», consigna el informe.
En relación a la sociedad de Uruguay, donde «se comprobó que no existe ninguna actividad productiva de exploración o producción que justifique la presencia de la empresa, el informe dice que la ley orgánica de ENAP no advierte facultades para crear sociedades de este tipo, que aparecen como de carácter especulativo.
La ley autoriza a ENAP a vincularse sólo en firmas relacionadas con la exploración y explotación de hidrocarburos, punto que ya había sido tocado en pronunciamiento anteriores.
La empresa responde
Pese a lo duro de las críticas, en ENAP califican como un proceso dentro de lo normal el trabajo de la Contraloría.
El gerente de Exploración y Producción de la estatal, Nelson Muñoz, comentó que, en el caso de las observaciones al funcionamiento de sus filiales, específicamente a Uruguay, fue una estructura que se utilizó cuando la empresa salió al extranjero, con el fin de no mermar o exponer su patrimonio.
«Cuando ENAP salió al extranjero se ocuparon distintos vehículos, con el fin de no comprometer su patrimonio en estas situaciones», comentó Muñoz, quien agregó que «se optó por tener una filial en Uruguay, como el vehículo más adecuado y, en base a esa propuesta, el directorio lo aprobó para proteger los intereses de la compañía».
Explicó que el rol de esta filial es administrar lo relacionado con la explotación en Egipto y, pese a que reconoce que el cuestionamiento de que ésta sea una empresa de papel es fuerte, agregó que están abiertos a estudiar modificaciones en la estructura.
«Le planteamos a la Contraloría que, por ahora, el mejor mecanismo para proteger los intereses de ENAP era manteniendo la filial de Uruguay y, desde ahí, operamos al norte de Africa y Medio Oriente», precisó.
Añadió que, por ello, hay operaciones de Sipetrol que funcionan como filiales y otras que se lo hacen como sucursales (como Egipto y Ecuador). Esta última figura tiene mayor aceptación en el informe de la Contraloría, que indica que «las sucursales sí pueden acreditar un funcionamiento con habitualidad, desarrollando labores de carácter exploratorio y productivo».
Muñoz planteó que, pese a las críticas, Sipetrol es una división con buenas proyecciones y dijo que están abiertos en revaluar el modelo. Como ha sucedido con varias filiales que han cerrado.
Fuente / DF