(El Mercurio) Un nutrido grupo de instituciones chilenas se está reuniendo bajo un consorcio para competir por quedarse con la licitación del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias.
La iniciativa es liderada por un grupo de once universidades -tales como la Universidad de Chile, Universidad Católica, y Usach- junto a la Asociación de Industriales de Antofagasta y la Corporación Alta Ley, entidad que ayer asumió el liderazgo y coordinación de esta asociación.
«Tenemos mucha experiencia en asociatividad en torno a la colaboración, ese ha sido el foco de la Corporación, además ofrecemos una gobernanza muy sana, porque estamos dedicados a esto y no necesariamente a participar en la ejecución de los proyectos», explicó el presidente ejecutivo de la Corporación, Mauro Valdés.
El Instituto será la entidad que tendrá la tarea de desarrollar un polo industrial de energía solar, impulsar una minería baja en emisiones, y el desarrollo de la industria del litio.
Para esto, contará con un capital inicial de US$ 190 millones, producto de los aportes comprometidos por los contratos que firmó la Corfo con SQM, por el arriendo del salar de Atacama.
No obstante, dentro de las bases se establece que, además, se tendrán que apalancar recursos por otras vías, que en el caso del consorcio local vendrían de la mano del aporte de las propias mineras que operan en el país.
Con todo, hasta el 20 de mayo tienen plazo entidades locales o extranjeras que quieran ser parte del proceso para manifestar su interés, mientras que en una segunda etapa, el 23 de octubre vence el período para entregar las propuestas a la agencia estatal.