(El Mercurio) En Chile existen 119 grupos empresariales, la cifra más alta desde que hay registros, lo que representa un avance de 19 comparado con una década atrás, de acuerdo con los datos de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
El registro considera las sociedades anónimas inscritas en el regulador, compañías de seguros y reaseguros, agentes de valores, administradores de fondos y corredores de bolsa, además de otras sociedades fiscalizadas, y entidades bancarias y de leasing fiscalizadas por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).
Los grupos privados más grandes en número de empresas (más de diez) son Luksic y Matte. Les siguen CGE, Yarur y Security -ambos ligados al área financiera-, y la Cámara Chilena de la Construcción, presente en el rubro inmobiliario, asegurador y previsional.
Aunque los datos del regulador no dan cuenta del nivel de concentración de las empresas, el último ranking de grupos empresariales de la Universidad del Desarrollo (UDD) situaba igualmente a Luksic y Matte, seguidos por Angelini, a la cabeza de patrimonio bursátil, ingresos y activos consolidados. Los cinco grupos más grandes totalizan ingresos por el 23% del Producto Interno Bruto (PIB) y activos que equivalen al 77% del PIB.
Según el director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la UDD, Cristián Echeverría, esto se ha visto influido por el crecimiento constante que muestran los conglomerados frente a empresas aisladas, debido a su acceso a mejores condiciones de financiamiento entre otras. Ello favorece su mayor tamaño y, a la larga, la concentración, explica.
Además, dado el tamaño acotado de la economía local y el volumen que van adquiriendo estos holdings , el escenario les obliga a iniciar operaciones en el exterior. De ahí que Chile sea el país con más multilatinas de la región.
Falta regulación
El profesor de la UAI, Gonzalo Isla, concluye que aunque las cifras evidencian que los grupos económicos son una forma de organización relevante para el empresariado local, siguen siendo ignorados por la regulación, al no existir una norma de conglomerados financieros y mantenerse una regulación de transacciones entre empresas relacionadas débil, como lo demostró el caso Cascadas.
El economista de Chile 21, Eugenio Rivera, agrega que la concentración económica es un fenómeno «bastante inevitable». Ello debido en parte al desarrollo tecnológico, competitivo y los permanentes procesos de fusión que han experimentado las firmas locales, para enfrentar de mejor forma el mercado local y competir en él con grandes grupos extranjeros, cuyo ingreso ha sido favorecido por economía abierta de Chile. Otro tema, dice, es el rol que le cabe al Estado en apoyar a las firmas chilenas que se internacionalizaron.