(Diario Financiero) La presencia de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en los principales sistemas eléctricos del país ha mostrado un fuerte incremento en los últimos años, y en el mediano plazo desplazaría a la generación a carbón.
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Según datos de Acera, gremio que agrupa a desarrolladores de este tipo de fuentes, en 2014 la capacidad instalada en base ERNC alcanzó al 10% de los principales sistemas eléctricos del país, los interconectados Central (SIC) y del Norte Grande (SING), mientras que este año se agregarán entre 1.200 MW y 1.400 MW, llegando al 17%.
Las estimaciones del gremio, según su director ejecutivo, Carlos Finat, apuntan a que entrarán en promedio 1.000 MW anuales (eólicos y solares) en los próximos tres ejercicios, con lo cual a 2016 las ERNC superarían el peso actual del carbón en la matriz.
Este combustible es la tercera fuente de producción de energía en términos de capacidad instalada a nivel nacional, con unos 4.494 MW, y hoy su expansión enfrenta cuestionamientos sociales y ambientales, mientras que la proyección es que a 2017, las centrales ERNC superarían los 5.300 MW.
Dada la oposición, hoy sólo hay tres proyectos en base a este combustible, que recién podrían conectarse a las redes hacia fines de la década: Punta Alcalde (740 MW), de Endesa en Huasco, que cuenta con permiso ambiental y fue visada por el Comité de Ministros, pero depende de obras de mitigación de emisiones en una planta de CAP. La segunda es Santa María II (340 MW), de Colbún, cuya decisión de inversión podría tomarse este año y la tercera es una de las dos unidades del complejo Infraestructura Energética Mejillones (IEM), de E-CL, de 375 MW, que cuenta con permisos ambientales y se usará para cubrir la energía que la firma se adjudicó en la licitación para clientes regulados del SIC.
Desarrollo futuro
Entre los factores que inciden en la expansión de las ERNC, dice Finat, está la caída en los costos de estas tecnologías, junto al mayor interés de los generadores por participar del negocio, y la «ventana» que abrió la mencionada subasta, donde el 30% de la energía fue adjudicada a este tipo de proyectos, lo que demandaría inversiones en nueva capacidad por unos US$ 2.000 millones para cumplir los contratos.
René Muga, vicepresidente ejecutivo de la asociación de Generadoras, señala que si bien las tecnologías renovables se han vuelto competitivas, también presentan desafíos para el sistema, relacionados a la gestión e intermitencia de sus aportes.
«Hoy no es tema si las ERNC van a entrar o no a los sistemas, sino cómo lograr una integración eficiente de energías que tienen características diferentes a las centrales de base, que le dan sustento estable a las redes», dice.
Muga sostiene que se deben encontrar mecanismos para asegurar que la variabilidad de energías como las eólicas o solares, que producen una parte del día, sean gestionadas de mejor manera, al mínimo costo y tomando en cuenta criterios de eficiencia, por ejemplo con las centrales térmicas, y la necesidad que se tendrá de operarlas en mínimos técnicos.