Varios son los proyectos de Investigación y Desarrollo (I+D) en materia de energía solar que ejecuta Atlas Renewable Energy, a través del laboratorio que opera en su planta fotovoltaica Quilapilún, de 100 MW de capacidad instalada ubicado en la Región Metropolitana, entre los cuales se destacan estudios que se exportan a la región latinoamericana para avanzar en la innovación de esta tecnología.
Fabián González, director de Innovación y Eficiencia Operacional de la empresa, señala que, antes de establecer el laboratorio, «se evaluaron varias de las nuevas tecnologías de primer nivel que se desarrollaban en el mundo, por parte de fabricantes con los que tenemos sólidas alianzas comerciales. Con esta información, se eligió qué nuevas tecnologías probar, para la validar su viabilidad técnica, económica y su tiempo de aplicación en el mercado».
Señala que las instalaciones de I+D, permiten «validar las nuevas tecnologías en condiciones reales y en un entorno de investigación controlado, pudiéndose medir en tiempo real la producción de energía de las diferentes tecnologías frente a diversas condiciones ambientales y de operación y revisando cómo responden a los cambios en las variables que determinan su rendimiento».
«Esto permite tomar mejores decisiones al evaluar nuevas tecnologías e incorporar los resultados en el desarrollo de futuros proyectos. Además, se mide el efecto de otras variables que influyen en el comportamiento de una planta, tales como el efecto del soiling, la irradiación y la temperatura», agrega.
Según González, «el conocimiento generado en el Laboratorio sirve para aumentar nuestra ventaja competitiva. La información adquirida gracias a los datos recopilados nos permite aumentar la certidumbre de nuestros modelos de generación, pudiendo optimizar la propuesta de valor a nuestros clientes, ofreciéndoles precios de energía más competitivos”, agrega.
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Proyectos
Una de las principales tecnologías que se han probado en Quilapilún son los módulos bifaciales, paneles fotovoltaicos -principales a nivel mundial- capaces de generar electricidad al captar los rayos del sol en sus caras frontal y posterior, aumentando la capacidad y mejorando la eficiencia general de la planta. Estos se han evaluado comparando sus rendimientos de generación con otras tecnologías de módulo solar.
«También se ha estudiado el efecto de distintos tipos de albedo en cada tipo de módulos, es decir, qué cantidad de radiación solar es reflejada en el suelo para distintas condiciones y morfología de suelo. Además, se ha analizado el efecto de distintos tipos de estructuras, tanto fijas como de seguimiento solar, así como distintas tecnologías de inversor, como son los inversores tipo string inverters de reciente aplicación en el mercado solar utility scale», sostiene Fabián González.
El laboratorio ha sido igualmente utilizado como campo de pruebas para realizar la comparación entre tecnologías de limpieza de panel solar, con distintos ratios de utilización de agua e, incluso, soluciones robóticas autónomas que no utilizan nada de agua, lo que permite, tanto ayudar a preservar el medio ambiente como a reducir los costos operacionales.
Otro enfoque para el laboratorio es la comparación de los resultados reales para diferentes configuraciones versus modelaciones de software que permiten validar las distintas metodologías de diseño, donde próximamente, Atlas espera tener un sistema de storage piloto para estudiar el comportamiento del almacenamiento de energía integrado a la planta fotovoltaica. «La validación de las nuevas tecnologías es un trabajo permanente. Proyecto a proyecto vamos evaluando qué mejoras vamos incorporando en cada lugar», indica el ejecutivo.
La empresa también está logrando expandir el conocimiento tanto a nivel nacional como hacia América Latina, «elevando los estándares de la industria en diversos países, en donde han sido pioneros en la introducción de estas nuevas tecnologías».