(Pulso) La entrada de nuevos proyectos de licuefacción de gas natural en Estados Unidos, que tienen por objetivo explotar las reservas del hidrocarburo extraídas mediante nuevos métodos de extracción -conocidas como shale gas y tight gas- podría generar una sobreoferta no deseada en esta industria.
Así lo advierte un reciente informe de la consultora internacional Wood Mackenzie, que señala que pese a que las empresas ya han percibido este riesgo, por ahora se mantienen los planes de inversión en este tipo de infraestructura.
Se trata de un tema crítico, pues pese a que los grandes operadores internacionales han ido flexibilizando las condiciones para acceder a contratos de abastecimiento de gas natural a largo plazo, el mercado se mantiene deprimido. Esto ha sido beneficioso para mercados que demandan mucho gas natural, como es el caso de Chile, en que los potenciales compradores del recurso han encontrado propuestas atractivas para adquirir contratos de gas de largo plazo.
Según Wood Mackenzie, la demanda mundial de GNL es cada vez más débil, pero los proyectos de GNL sobre cuyo futuro sus propietarios deben decidir en 2015 y 2016 no han sido reducidos. Esto contrasta con lo que ocurre en el mercado petrolero, en el que ya han sido frenados 45 iniciativas a nivel global, además de otro tanto en instalaciones asociadas como refinerías y otros, como respuesta a la situación de precios.
“Si no hay aplazamientos, Wood Mackenzie estima que el mercado podía ver una oferta adicional de 100 millones de toneladas anuales de GNL lo que se observará en los próximos 6 a 18 meses, ampliando las posibilidades de un exceso de oferta de GNL en Asia para 2025”, señala el reporte de la consultora, una de las más reputadas a nivel mundial en materia minera y energética.
Según Noel Tomnay, vicepresidente mundial de investigación de Gas & GNL de Wood Mackenzie, “con un mercado de GNL absorbiendo grandes bloques de nueva oferta, más las perspectivas de que el crecimiento esperado para la demanda china no será tal, es sorprendente que sean tan pocos los nuevos proyectos que se han pospuesto”.
Tomnay precisó que el suministro global de gas natural licuado es de alrededor de 250 millones de toneladas anuales y pronto se agregarán 140 millones de toneladas adicionales sólo considerando los proyectos en construcción. “El mercado global deberá bregar para absorber esa mayor oferta, en el marco de un mercado creciendo más lento que lo pronosticado”, añadió.
Consecuencias para Chile
Si los nuevos proyectos que aún no deciden si entrarán a la fase de construcción finalmente se incorporan al mercado, el mercado tendrá otros 110 millones de toneladas anuales, lo que complicará aún más el escenario para los proveedores de gas.
Para las eléctricas locales hoy es un buen momento de salir al mercado a buscar contratos de gas. Aunque los terminales de gas americanos, la mayoría aún en construcción, impusieron condiciones muy duras en un comienzo -contratos a 30 años, por ejemplo- la sobreoferta que se proyecta en este mercado los ha obligado a cambiar su postura.
Recientemente, GNL Chile informó que tres empresas, AES Gener, Colbún y la peruano-israelí IC Power acordaron adquirir capacidad adicional del terminal de Quintero, lo que se concretará una vez que consigan un proveedor de largo plazo que les venda el gas necesario para utilizar la mayor capacidad del terminal ubicado en la zona central. Adicionalmente, GNL Mejillones abrió una ventana de contacto directo con potenciales clientes, los cuales tienen la opción de acordar con la compañía el uso de parte de la capacidad disponible en el terminal controlado por Engie, ex GDF Suez.
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Esto, considerando que en el open season de GNL Chile tuvo cerca de 11 interesados pero sólo se acordó con tres.