El primer invernadero hortícola climatizado con energía geotérmica, instalado en la comuna de Lampa, habría obtenido “positivos resultados” según la iniciativa del empresario agrícola Sergio Aguilar. “Se busca establecer el uso de bomba de calor geotérmica, para permitir el control de la temperatura de forma dinámica y así poder optimizar el aporte de calor al invernadero”, explican en un comunicado.
En Chile, este tipo de tecnología sólo ha sido usada para fines residenciales y algunas aplicaciones industriales, pero nunca se ha desarrollado en el marco del sector agrícola. Las pruebas se han realizado mediante el financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, con $55,5 millones del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional Metropolitano.
“Gracias a este proyecto se ha logrado controlar las altas temperaturas en las camas hidropónicas de berro, observándose una mejora del cultivo”, detalla Abdo Fernández, coordinador de la iniciativa.
Cultivar en invernadero
La producción de cultivos bajo invernadero requiere regímenes térmicos de baja variabilidad y temperaturas medias elevadas, siendo 12º C el mínimo. Por debajo de esa cifra, las especies de hortalizas y flores ralentizan el crecimiento, presentan síntomas de deterioro y la productividad del cultivo en cuestión se ve afectada. Del mismo modo, los cultivos en invernadero tienen un límite de temperatura de 28º C.
Funcionamiento y ahorro de costos
“El sistema que se está probando, lo que hace es bombear agua de un pozo a través de una máquina. Esta agua ingresa a unos 15ºC y se devuelve de inmediato a unos 8ºC cuando lo que se requiere es entregar calor. Por el contrario cuando se trata de retirar calor como en verano, el agua se devuelve unos 3 o 4 ºC más caliente”, relata Abdo Fernández.
La estimación es que el desarrollo podría implicar una reducción de hasta un 50% de los costos en energía respecto de métodos convencionales de climatización. Sin embargo, las pruebas siguen realizándose ya que “se pretende cuantificar si el uso de este sistema es conveniente en lo ambiental”, reconocen desde el invernadero en Lampa.