Con un 41% de su generación eléctrica proveniente de fuentes renovables no convencionales como la solar, eólica, biomasa y geotérmica, Chile se posiciona hoy como líder regional en materia de transición energética. Sin embargo, este progreso plantea desafíos importantes para alcanzar las metas fijadas para 2025 en el marco del Acuerdo de París, que incluyen aumentar significativamente la participación de energías limpias y reducir las emisiones de carbono de manera sostenida.
De acuerdo con Víctor Paredes, director de Power System para el Cluster Sur Andino de Schneider Electric, uno de los retos más inmediatos en el escenario actual radica en la regulación del almacenamiento energético. “El Reglamento de Transferencias de Potencia, actualmente en proceso de modernización por el Ministerio de Energía, busca optimizar la remuneración de tecnologías como las baterías. Soluciones como esta no solo equilibran la intermitencia de las renovables, sino que también aumentan la flexibilidad y estabilidad del sistema, por lo que el desarrollo de esta normativa no es un lujo, sino una necesidad en un país donde la capacidad de transmisión y la demanda energética están en constante expansión”, aseguró el experto.
Tecnología y planificación estratégica
A juicio de Paredes, para comprender la relevancia de estos temas, basta con recordar que el consumo eléctrico en Chile ha crecido un promedio de 3,5% anual durante la última década, haciendo indispensable integrar tecnologías digitales avanzadas.
“Si a esto sumamos que el país busca ser carbono neutral para 2050, la eficiencia energética se convierte en un pilar estratégico. Es aquí donde las tecnologías digitales, como los sistemas avanzados de gestión energética y las redes inteligentes, juegan un rol clave. Estas herramientas permiten monitorear, predecir y optimizar el uso de energía, mejorando la sostenibilidad y la competitividad del sector”, recalcó el ejecutivo.
A su juicio, es también fundamental alinear la planificación energética con una visión de largo plazo, integrando el almacenamiento como prioridad estratégica y fomentando la inversión en infraestructura flexible.
“Las soluciones tecnológicas no solo deben resolver los desafíos de hoy, sino también anticiparse a los de mañana. Al hacerlo, estaremos construyendo un futuro más eficiente, resiliente y sostenible para Chile y la región”, finalizó el experto.