(Diario Financiero) La desaceleración de la economía chilena se apresta a cumplir dos años, luego de que el desplome en la inversión en el último trimestre de 2013 diera paso a una reducción del crecimiento a la mitad durante 2014.
Parte del deterioro en el escenario macro ya comenzó a impactar en el sector real a partir del año pasado, con una merma importante del consumo e ingresos del trabajo que han perdido vigor en lo más reciente.
Dicho impacto ya estaría comenzando a interiorizarse en las expectativas empresariales. Así lo revela la Tercera Encuesta Longitudinal de Empresas (ELE) realizada por el Ministerio de Economía, que da cuenta de que el 27,4% de las compañías consultadas considera que el panorama general de la economía es el principal factor que afecta su crecimiento.
La cifra es mayor en el segmento de las grandes empresas, de las cuales casi el 45% ve el escenario macro como el principal desafío para continuar expandiéndose.
«Las cifras hablan sobre la situación de las empresas en 2013, y no la actual. Lo que deja en evidencia que esta no es una situación que se arrastra de años anteriores. Por ello, hoy el diversificar y sofisticar nuestra estructura productiva es una urgencia evidente», señala a DF el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes.
Más atrás dentro de los factores que limitan el crecimiento, las compañías mencionan la «limitada» demanda en el mercado local, seguido del hecho de que la competencia en precio implica «pocas ganancias».
El sondeo se realizó entre junio del año pasado y enero de este año entre 302.840 empresas, con una muestra efectiva de 7.267 empresas. La muestra se compuso de compañías activas para el año comercial 2013.
Malas prácticas
El sondeo también midió las dinámicas comerciales entre los segmentos empresariales, dando cuenta de que el 41,4% de las compañías dice sufrir alguna mala práctica en la relación con sus proveedores, cifra que asciende a 44,3% en el caso de las empresas de menor tamaño. Esto, considerando las compañías que concentran sus ventas en pocos clientes significativos.
En las pyme, en tanto, la cifra es menor que a nivel general, situándose en 40%. Pero la cifra es alta si se compara con las grandes empresas, de las cuales apenas el 26,3% reportan haber sufrido alguna mala práctica. El principal trato que informan las compañías son la existencia de acuerdos solo verbales, seguido más atrás del atraso en las fechas de pago pactadas, ambos con cifras por sobre los dos dígitos.
«La causa de esto es la asimetría en el poder de negociación entre el cliente y el proveedor pyme. Esto significa que cuando un proveedor pyme depende tanto de un cliente, existe mayor probabilidad de que éste último termine abusando de su posición», advierte Céspedes.
Composición y propiedad
Los resultados de la Tercera Encuesta Longitudinal de Empresas (ELE), realizada por el Ministerio de Economía, muestra datos relevantes sobre la composición de las empresas a nivel nacional.
Así, se establece que el 52,1% de las compañías entra en la categoría de pequeña y mediana empresa (pyme), seguido más atrás de las microempresas, con un 44,7%.
De esta manera, apenas el 3,2% del total se define como grande.
En términos de sectores económicos, la mayoría de las grandes compañías se centra en el comercio (33,4%), seguido de manufactura, con un 18,3%. En pymes, en tanto, se repite la tendencia en comercio (32,7%), mientras que más atrás se ubican actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (14,4%).
En términos de propiedad, el 98,5% de las firmas son controladas por un 50% o más por nacionales. Apenas el 1,1% de las corporaciones son controladas por extranjeros.
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