(El Mercurio) Rusia experimentará un crecimiento negativo el año próximo, e incluso podría entrar en recesión, ahogada por la caída de los precios del petróleo y las sanciones internacionales, dos factores que han provocado una fuerte depreciación del rublo, su moneda local.
Apenas tres meses después de una anterior estimación, el Ministerio de Economía revisó ayer a la baja las previsiones de crecimiento para 2015 y anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) ruso se contraerá en 0,8%.
La declaración es un drástico cambio desde el pronóstico anterior, que auguraba una expansión del 1,2% para el próximo año.
«La economía rusa está afectada por tres tipos de crisis o elementos de inestabilidad: riesgos estructurales, coyunturales y geopolíticos. Por eso no es posible decir que se reduce el crecimiento o que entramos en una zona negativa solo por los precios del petróleo», aseveró Alexéi Védev, viceministro de Economía.
Aunque sugirió la posibilidad de que Rusia crezca en 2016, al menos este año la economía va cuesta abajo, pues el ministerio anunció que el pasado octubre el PIB no creció, frente al ligero incremento del 1,1% de septiembre.
Pero el escenario pesimista no termina ahí, ya que el «macropronóstico» difundido ayer también aventura una fuerte fuga de capitales y una alta inflación, la tendencia a la baja de los precios del petróleo y una continuada depreciación del rublo. La moneda nacional, que por la mañana se había recuperado tras una histórica caída del lunes, cuando alcanzó niveles similares a los de diciembre de 1998 -al declarar suspensión de pagos-, volvió a depreciarse tras conocerse las malas perspectivas para 2015.
En lo que va del año, el rublo ha perdido cerca del 40% de su valor, proceso acentuado por la caída en picada de los precios del petróleo, que se aceleró después de que los países de la OPEP no lograran acordar la semana pasada un recorte de la producción.
La última vez que la economía rusa decreció fue en 2009, cuando se contrajo el 7,8%.
El titular de Finanzas, Antón Siluánov, discrepó con los pronósticos, tildándolos demasiado pesimistas y que no cuentan con el aval del gobierno.
u uso para la generación de electricidad y en la industria.