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Redes inteligentes y energías renovables

Sep 8, 2011

Carlos Barría

Por Carlos Barría, experto en Mercado Eléctrico del centro de Energías Renovables (CER).

Los sistemas eléctricos de potencia viven, hace algunos años, una actualización que subyace en la incorporación de nuevas tecnologías en las redes para hacerlas más eficientes, seguras y sustentables; así como, la generación distribuida, nuevos sistemas de control y medición del consumo eléctrico, sistemas flexibles de transmisión y electrónica de potencia, almacenamiento en baterías, entre otras soluciones. Estas incluyen, además, de manera relevante, aprovechar tanto las tecnologías de información como los sistemas modernos de comunicaciones.

Bajo esta perspectiva, las redes inteligentes nacen como un concepto que integra éstas y otras soluciones, que permiten que el sistema eléctrico incorpore “habilidades” para gestionar de mejor manera la electricidad y aprovechar de forma óptima la infraestructura eléctrica disponible. Si bien otros países ya manejan extensos programas para implementar redes inteligentes en sus sistemas eléctricos, en Chile no se ha desarrollado sustancialmente el concepto.

En este sentido, existen ciertos avances asociados tanto a inversiones puntuales en equipos como a programas de investigación en empresas y universidades. Por ejemplo, el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) cuenta desde 2009 con un sistema de almacenamiento con baterías (BESS) de 12 MW, que en 2010 aportó aproximadamente 96 GWh. Asímismo, en el Sistema Interconectado Central (SIC) fue puesto en servicio este año un compensador estático síncrono (STATCOM), que permite un control más eficiente de los flujos de potencia del sistema de transmisión troncal en la zona metropolitana. También en los últimos años, clientes industriales han incorporado equipos de medición avanzados para el mejor monitoreo de sus consumos y, algunas empresas distribuidoras ya tienen iniciativas piloto de medición inteligente a nivel residencial.

La relación entre la integración de generación de origen renovable al sistema eléctrico y las redes inteligentes es muy estrecha –y en cierta medida altamente dependiente– en particular, para el desarrollo distribuido de proyectos de “microgeneración”. En este sentido, los sistemas de medición inteligente son clave para avanzar en dicha tecnología, considerándose el bloque básico para configurar una red eléctrica avanzada, permitiendo una relación y compromiso explícito entre los clientes finales y las empresas del sector, representando tanto oportunidades, como responsabilidades para los consumidores.

A junio de 2011, en Estados Unidos, se han desplegado aproximadamente 20 millones de medidores inteligentes para clientes residenciales, estimándose en 65 millones a 2015. En España, se deben cambiar 27 millones de medidores antes de 2018. Por su parte, Italia ya tiene 32 millones de medidores instalados, debiendo durante el presente año tener a todos los consumidores equipados con esta tecnología. La implementación de medidores inteligentes permite tener una participación activa de la demanda en la gestión técnica y económica del sistema eléctrico y tiene ventajas operacionales para la detección de fallas, facturación y desconexiones remotas. Además, se considera imprescindible para la integración masiva de vehículos eléctricos y para la gestión eficiente de su carga.

Actualmente, se discute en el país –a nivel legislativo– una iniciativa que permite a los usuarios de las redes de distribución, con medios de generación para su propio consumo, inyectar los excedentes de potencia de las energías renovables no convencionales. Bajo dicho escenario, aquellos usuarios deberán implementar sistemas de medición bidireccional, que permitan la medición neta de los flujos de electricidad.

La concepción estructural de un sistema eléctrico, bajo el concepto de redes inteligentes, es, sin duda, una visión de la realidad de los sistemas eléctricos de potencia en el futuro. El desafío, entonces, es de qué manera el sector eléctrico enfrenta este cambio tecnológico de la forma más INTELIGENTE posible, desde el punto de vista técnico, económico y regulatorio, verificando tanto los costos como los beneficios, para todos los actores de la industria.

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