(El Mercurio) ¿Cómo afectará en el precio de la energía de largo plazo?
La electricidad, que ya está cara, no bajará. Con HidroAysén había un ahorro anual entre US$ 600 millones a US$ 3.000 millones por pasar de usar energía térmica a hidroelectricidad, dice Francisco Aguirre Leo, de Electroconsultores. Ese ahorro iba al bolsillo de todos los consumidores de electricidad. «Con HidroAysén no necesitábamos instalar tanto respaldo caro con la consiguiente baja en los precios», dice este analista.
Sebastián Bernstein dice que el proyecto sí tiene efectos en los precios a largo plazo, desde 2018 en adelante y sin HidroAysén «los precios subirán 15% a 20% si las centrales son a gas» y 5% de alza si se reemplaza este proyecto por centrales a carbón.
¿Habrá seguridad de suministro?
«HidroAysén partía en 10 años más, por lo tanto, no era relevante para superar el problema de los próximos cuatro o cinco años, que es lo más complejo, más por seguridad de suministro que por precio», opina María Isabel González. Bernstein dice que «no se perciben problemas de seguridad ni a corto ni a mediano plazo».
¿Con qué se reemplaza?
«Con 8 centrales a carbón equivalentes a Santa María, Bocamina o Campiche o cuatro grandes complejos como Castilla o Punta Alcalde», señala Francisco Aguirre. Sebastián Bernstein calcula que se requieren unas 7 centrales de 350 MW a gas o carbón para reemplazar HidroAysén. «Pero no es fácil tramitar y construir esa capacidad», admite María Isabel González.