“El desarrollo del sector agroindustrial de nuestro país depende en gran medida de la introducción de nuevas tecnologías a los distintos procesos productivos, entre los que se encuentran los packing, para los cuales es fundamental el concepto de eficiencia global de la planta”. El profesor Jaime Espinoza, director del Centro de Innovación Energética de la Universidad Santa María, tiene claro que para el mejoramiento de las actuales condiciones de operación, “es necesario comprender las condiciones en las que trabajan y poder identificar las potenciales oportunidades de mejora”.
Ese es el marco que encierra una de las últimas iniciativas piloto que desarrolló junto a un equipo de profesionales y alumnos de la Casa de Estudios en un packing ubicado en la localidad de Rengo (Región de O’Higgins). Un trabajo, enmarcado en la colaboración con la Fundación de Desarrollo Frutícola (FDF), que consistió en la recuperación de calor, originalmente disipado al ambiente de los condensadores del sistema de refrigeración por compresión, para ser utilizado en el precalentamiento de agua.
El ex alumno Mauricio Cataldo de IK-MA Ing. y los alumnos memoristas de Ingeniería Civil Mecánica del Plantel, Gerardo Salfate y Diego Díaz, fueron los otros integrantes de la iniciativa, que se suma a trabajos previos desplegados por el CIE, como auditorías energéticas, y la actual implementación de las medidas identificadas como potenciales fuentes de ahorro energético.
Desde el Centro explica que el piloto está compuesto básicamente por un intercambiador de calor de placas, cuya función es extraer el calor desde el refrigerante a alta temperatura y aportarlo a un circuito de agua, la cual se almacena para posteriormente ser enviada a la zona de packing, donde se utiliza en un sistema de lavado de manzanas. El packing no contaba con agua caliente para este proceso.
Como resultados del piloto, se obtiene una capacidad de suministro de 8.300 litros de agua precalentada a 40°C, resultados que permiten validar la experiencia como una alternativa técnica y económicamente viable, superando notoriamente los costos alternativas como la generación de agua caliente por medio de caldera a gas, entre otras.
Las positivas cifras económicas, con payback menores a 3 años, validan este piloto como opción de energía sustentable con el desarrollo del medio ambiente además de mejorar la eficiencia del sistema de refrigeración, potenciando su replicabilidad en otros packing, resaltan desde el Centro.