(Pulso) Sin ningún voto en contra, 27 a favor, y con halagos transversales por su capacidad técnica y humana, el economista Pablo García fue ratificado por el Senado como nuevo Consejero del Banco Central por los próximos 10 años, en reemplazo de Manuel Marfán, quien dejó el instituto emisor en diciembre pasado.
A pesar de que en un principio algunos parlamentarios del Partido Socialista habían manifestado su inquietud por el nombre propuesto por el ejecutivo, finalmente las negociaciones llegaron a buen puerto, lo que fue demostrado con las votaciones de los dos senadores PS presentes (Camilo Escalona e Isabel Allende).
En ese sentido, el senador Escalona señaló que «García es una persona que cumple con las condiciones técnicas necesarias para llegar al Banco Central y valoro su visión respecto a la necesaria flexibilidad que debe tener el ente rector de acorde a la situación que enfrente la economía».
Por su parte, el senador Ricardo Lagos-Weber (PPD) manifestó que «si bien de la forma en que se llevó a cabo el proceso de negociaciones, se generó un cortocircuito entre el gobierno y el PS, sin embargo, se llegó a un acuerdo que fue positivo para todos, ya que se hubiese cometido una gran injusticia con Pablo García que es una persona reconocida y reputada en el ámbito nacional e internacional, y con una impecable carrera».
En tanto, el senador Jovino Novoa (UDI) apuntó que «veo con agrado su llegada ya que demuestra su conocimiento, que es fundamental para el ejercicio. Quisiera señalar que desde el punto de vista de la bancada que represento, el BC es una institución muy importante y su autonomía da garantías del rol que debe cumplir».
Mientras, tras la votación, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín demostró su satisfacción, y sostuvo que «el Presidente de la República presentó al Senado un nombre de excelencia y tengo la mejor impresión de Pablo García. Es una persona que podrá hacer aportes muy importantes en épocas que podrían ser complicadas. No puedo más que alegrarme del respaldo unánime que tuvo. Agradezco la buena disposición que tuvieron los senadores, especialmente del PS y PPD».
Sin embargo, el jefe de las finanzas públicas señaló que es «virtualmente imposible» que participe en la reunión de política monetaria de hoy del Banco Central, ya que «todavía se requiere el decreto de nombramiento que se tiene que tramitar».
En efecto, tras el oficio del Senado a Hacienda, el ministerio tiene que emitir un decreto del cual debe hacer toma de razón la Contraloría General de la República. Sin embargo está la posibilidad de que al emanar ese decreto se incluya que la persona puede ejercer sus funciones, por razón de buen servicio, desde la fecha de su emisión.
Visión económica
García, se presentó a las 11 de la mañana en la comisión de Hacienda del Senado, para realizar una presentación ante los miembros del comité respecto a la coyuntura económica nacional y global, como también para responder las inquietudes de los parlamentarios al respecto.
En la oportunidad, el economista identificó 4 riesgos externos a los que se expone la economía chilena. Los riesgos financieros y soberanos en Europa, el triple proceso de ajuste de la economía China, los cambios en los flujos de capitales generado por el retiro de estímulo monetario de Estados Unidos, y la heterogeneidad emergente en los países de la región, que podría significar que no todos puedan enfrentar con éxito este nuevo entorno.
En tanto, recalcó que «el programa de la próxima administración de la Presidenta Michelle Bachelet establece nítidamente la mantención de la regla de balance estructural. No veo riesgo alguno de que el BC, al diseñar e implementar sus políticas, se enrede o confunda con las legítimas discusiones que vendrán asociadas a las reformas en el ámbito institucional, tributario y educativo del programa de gobierno».
En cuanto a las consultas de los parlamentarios, García se refirió a la autonomía del ente rector, señalando que «la autonomía busca separar las decisiones técnicas del ciclo electoral, y no se debe involucrar en esos proceso, por lo que debe seguir adelante».
Respecto a la política cambiaría, señaló que «la flexibilidad cambiaría no es un dogma, sino que se admite que en situaciones excepcionales se puede intervenir».