Diario Financiero El gobierno brasileño ganó la batalla. El ministerio de Justicia de ese país presentó el miércoles una demanda en contra de BR Distribuidora, la división de la petrolera estatal Petrobras que maneja su red de estaciones de servicio, para que rebajara los precios de los combustibles. Y la presión funcionó, porque la compañía anunció ayer un recorte de 6%. Sin embargo, BR atribuyó la decisión a las buenas perspectivas para la cosecha de caña de azúcar este año, lo que reduciría los costos del etanol, que representa casi 25% de la mezcla utilizada en la gasolina en Brasil.
Aunque el gobierno argumenta que busca incrementar la competencia en el sector, los observadores locales creen que la medida intenta contener la inflación, que llegó a 6,51% en los doce meses a abril, su ritmo más acelerado en más de cinco años. El indicador superó además el techo del rango meta del banco central por primera vez desde 2005.
“El gobierno está interviniendo en BR Distribuidora por primera vez y esto es muy serio”, dijo a Bloomberg el investigador del Centro para la Infraestructura, Adriano Pires, en Rio de Janeiro. La presidenta Dilma Rousseff está persiguiendo políticas “populistas” para mantener los precios de los consumidores controlados, agregó el experto, señalando que si la división de Petrobras reduce sus precios, otras cadenas también se verán obligadas a seguirla.
El gobierno incrementó el año pasado su participación en la propiedad de Petrobras, que mantiene congelados los precios de sus refinerías pese al alza del crudo en los mercados internacionales.
Fuente / Diario Financiero