Q
Colbún acuerda suministro de energía renovable con empresas Davis

Colbún acuerda suministro de energía renovable con empresas Davis

Un acuerdo de suministro de energía 100% renovable firmaron las empresas Colbún y Empresas Davis S.A, con el cual se abastecerán las plantas de estación Central, el cual tiene una duración de cinco años y cubrirá una demanda cercana a los 0,9 GWh al año.

«Como compañía estamos también muy comprometidos en materia de sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Este acuerdo nos ayudará a lograr un crecimiento sustentable y la protección de nuestro ecosistema a través del uso de energías renovables; siendo este un paso de vital importancia en nuestro plan empresa de desarrollo sustentable», señaló John Kimber, gerente general de Empresas Davis.

[LEA TAMBIÉN: Colbún suministrará energía a empresa Huevos Santa Marta por 1,2 GWh al año]

Por su parte, Juan Eduardo Vásquez, Gerente de la División Negocios y Gestión de Energía de Colbún, destacó la decisión de incursionar en el mercado de los clientes libres y un acuerdo de esta naturaleza nos impulsa a seguir reconociendo que somos capaces de entregar energía limpia, segura y sostenible».

Empresas Davis S.A. tiene más de 70 años de trayectoria es líder en la categoría de cuidado personal en Chile.

Ingresan al Seia dos nuevos proyectos de energía solar por US$982 millones

Ingresan al Seia dos nuevos proyectos de energía solar por US$982 millones

(El Mercurio de Antofagasta) Dos nuevas iniciativas de generación eléctrica en base a energía solar, con una inversión conjunta de US$982 millones, ingresaron durante los últimos días al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia).

Se trata de los proyectos fotovoltaicos: «Solar Antofagasta» (US$532 millones) y «Ampliación parque fotovoltaico Los Andes, Fase III y IV» (US$450 millones).

El primero, por su inversión, es una de las iniciativas más importantes de su tipo que se haya presentado para la región, e ingresó el martes al sistema. Consiste en la construcción y operación de dos plantas fotovoltaicas idénticas de 250 MWAC cada una, una subestación transformadora y una línea de transmisión eléctrica aérea de 220 kV.

El titular de la iniciativa, Ibereolica Solar Antofagasta, explica en su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que ambas plantas buscan aprovechar «la alta radiación solar existente en la Región de Antofagasta para generar energía, evitando así la emisión de gases de efecto invernadero y cotribuyendo a la diversificación de la matriz energética y al desarrollo de las energías renovables en el país».

[Siga leyendo esta noticia en El Mercurio de Antofagasta]

Energía renovable: piedra angular en la formación del capital humano

La incorporación de nuevas tecnologías, especialmente vinculadas a las energías renovables, redes inteligentes y en automatización y digitalización, son los mayores ejes que se han incorporado en los últimos años dentro de la formación de los futuros profesionales de la industria eléctrica.

A juicio de ellos, los cambios tecnológicos que vive la industria plantean una adaptación a las mallas curriculares y al manejo de nuevos equipamientos por parte de los estudiantes en las escuelas de ingeniería y en los centros de formación técnica.

Adaptación

Alejandro Ángulo, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Santa María (USM), señala que la adaptación a las nuevas tecnologías de la industria es clave. “Nos hemos adaptado a la tecnología. Dentro del área de ingeniería, en cada uno de esos cursos se ven las tecnologías de punta, tanto en la parte de máquinas eléctricas donde se incluyen convertidores, como en la parte de sistemas de potencia, donde se incluye todo lo que tiene que ver con electromovilidad, generación distribuida y energías renovables”, afirma.

Y añade: “Mucha de nuestra formación está basada en experiencia de laboratorios virtuales y de simulación, pero también laboratorios donde tenemos equipos similares a los que van a encontrar los futuros egresados, razón por la cual todo lo que tiene que ver con energías del futuro, la estamos tratando de incluir dentro de la formación”.

Una visión similar posee Héctor Henríquez, director del Área de Electricidad y Electrónica de Inacap, quien precisa que con la adopción tecnológica “se ha hecho necesario hacer ajustes en las carreras a las nuevas demandas de los sectores productivos y sociales”.

“Los cambios tecnológicos deben estar presentes en los proceso de formación de los ingenieros eléctricos y de todas las otras disciplinas, por lo que constantemente vamos incorporando nuevas tendencias al curriculum, lo que también requiere de inversión en nuevo equipamiento y de softwares necesarios para las actividades prácticas”, plantea el académico.

Para Manuel Morales, subdirector de la Escuela de Ingeniería del Área Electricidad, Automatización y Energías Renovables de Duoc UC, este tipo de cambios generan una oportunidad para incluir la digitalización de procesos tecnológicos, “por lo que creemos que serán mejor asimilados teniendo una buena base eléctrica”.

“Nuestras carreras han ido evolucionando también hacia temáticas como las redes eléctricas inteligentes (Smart grid), que hacen, desde la base eléctrica, que nuestros alumnos puedan explorar nuevas áreas productivas y así ampliar su campo laboral, especializándose o profundizando algún tema en particular”, agrega.

Marcos Orchard, académico y subdirector del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, también destaca el rol clave que tiene la adaptación de nuevas tecnologías en el ámbito de la gestión de proyectos tecnológicos y la generación de soluciones tecnológicas por parte de estudiantes, especialmente “considerando que actualmente los sistemas y procesos industriales cuentan con elevados estándares de instrumentación, lo que permite adquirir señales e indicadores de condición en tiempo real, con la consiguiente necesidad de procesar adecuadamente dicha información”.

“Los ingenieros de hoy deben estar habituados a enfrentar desafíos complejos con equipos de trabajo multidisciplinarios. Actualmente existe la necesidad de proveer un delicado balance entre competencias generales y específicas en la carrera profesional. La gestión de proyectos tecnológicos requiere que los profesionales sean capaces de innovar, comunicarse y enfrentar adecuadamente a cambios abruptos en el estado del arte. Estas competencias deben desarrollarse durante su instrucción, de modo de incorporarlos exitosamente al ámbito laboral”, acota.

El académico explica que, en el caso de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de esta casa de estudios, se trabaja con un diseño en que “diversas temáticas, difíciles de tratar en el formato clásico de clases lectivas, sean atendidas en un formato de proyectos, trabajando mancomunadamente con diversas unidades académicas dentro de la facultad, como el Centro de Energía o el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile. Esto ha dado luz a iniciativas concretas en, por ejemplo, temáticas asociadas a energías renovables y electromovilidad”.

Instalaciones

El contenido de la formación académica en el área eléctrica es coincidente entre las mallas curriculares. Según Héctor Henríquez, en Inacap, “se busca que el ingeniero eléctrico pueda diseñar e implementar proyectos en sistemas eléctricos, gestionando también su operación, bajo principios de eficiencia energética y sustentabilidad, por lo que los temas relacionados a ERNC, electromovilidad y redes inteligentes deben estar presentes en el diseño de estos proyectos, mientras que los aspectos técnicos están relacionados a su funcionamiento e instalación, así como a su operación y mantenimiento”.

Por su parte, Manuel Morales sostiene que en la carrera de ingeniería y técnico en electricidad y automatización de Duoc UC, han insertado las competencias asociadas a la industria 4.0, redes inteligentes y electromovilidad, por lo que han instalado “espacios de aprendizaje, donde los alumnos interactúan con las tecnologías presentes en la industria, como robótica colaborativa, robótica móvil, sensores RFID (de identificación por radiofrecuencia), ciberseguridad, realidad virtual y fabricación aditiva”.

El académico también destaca el laboratorio de redes inteligentes implementado por la institución educacional, con el propósito de “incorporar a nuestros programas de estudio temas relacionados a las energías renovables y su respectivo gerenciamiento, mientras que en electromovilidad se ha invertido en autos y maquinaria eléctrica para atender las reales necesidades presentadas por esta industria”.

Alejandro Ángulo valora el papel que cumplen los laboratorios en la formación, puesto que “apuntan a conocer las tecnologías, a utilizarlas en un contexto cercano al profesional, entendiendo cómo funciona e interactúa con otros sistemas y, por otro lado, permiten conocer cuáles son los fundamentos básicos de diseño de estos equipos, de manera que ellos puedan extender en su vida profesional y realizar algún tipo de emprendimiento”.

A modo de conclusión, Héctor Henríquez asevera que actualmente la inversión en laboratorios dentro de la formación académica pasa por la incorporación de las tecnologías vinculadas a energías renovables, especialmente solar fotovoltaica y eólica, “con sistemas on grid y off grid, junto a centro de electromovilidad, laboratorios de simulación, centros de eficiencia energética y otros equipos e instrumentos necesarios para los procesos de formación de los estudiantes”.

Energía renovable: piedra angular en la formación del capital humano

Energía renovable: piedra angular en la formación del capital humano

La incorporación de nuevas tecnologías, especialmente vinculadas a las energías renovables, redes inteligentes y en automatización y digitalización, son los mayores ejes que se han incorporado en los últimos años dentro de la formación de los futuros profesionales de la industria eléctrica.

A juicio de ellos, los cambios tecnológicos que vive la industria plantean una adaptación a las mallas curriculares y al manejo de nuevos equipamientos por parte de los estudiantes en las escuelas de ingeniería y en los centros de formación técnica.

Adaptación

Alejandro Ángulo, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Santa María (USM), señala que la adaptación a las nuevas tecnologías de la industria es clave. “Nos hemos adaptado a la tecnología. Dentro del área de ingeniería, en cada uno de esos cursos se ven las tecnologías de punta, tanto en la parte de máquinas eléctricas donde se incluyen convertidores, como en la parte de sistemas de potencia, donde se incluye todo lo que tiene que ver con electromovilidad, generación distribuida y energías renovables”, afirma.

Y añade: “Mucha de nuestra formación está basada en experiencia de laboratorios virtuales y de simulación, pero también laboratorios donde tenemos equipos similares a los que van a encontrar los futuros egresados, razón por la cual todo lo que tiene que ver con energías del futuro, la estamos tratando de incluir dentro de la formación”.

Una visión similar posee Héctor Henríquez, director del Área de Electricidad y Electrónica de Inacap, quien precisa que con la adopción tecnológica “se ha hecho necesario hacer ajustes en las carreras a las nuevas demandas de los sectores productivos y sociales”.

“Los cambios tecnológicos deben estar presentes en los proceso de formación de los ingenieros eléctricos y de todas las otras disciplinas, por lo que constantemente vamos incorporando nuevas tendencias al curriculum, lo que también requiere de inversión en nuevo equipamiento y de softwares necesarios para las actividades prácticas”, plantea el académico.

Para Manuel Morales, subdirector de la Escuela de Ingeniería del Área Electricidad, Automatización y Energías Renovables de Duoc UC, este tipo de cambios generan una oportunidad para incluir la digitalización de procesos tecnológicos, “por lo que creemos que serán mejor asimilados teniendo una buena base eléctrica”.

“Nuestras carreras han ido evolucionando también hacia temáticas como las redes eléctricas inteligentes (Smart grid), que hacen, desde la base eléctrica, que nuestros alumnos puedan explorar nuevas áreas productivas y así ampliar su campo laboral, especializándose o profundizando algún tema en particular”, agrega.

Marcos Orchard, académico y subdirector del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, también destaca el rol clave que tiene la adaptación de nuevas tecnologías en el ámbito de la gestión de proyectos tecnológicos y la generación de soluciones tecnológicas por parte de estudiantes, especialmente “considerando que actualmente los sistemas y procesos industriales cuentan con elevados estándares de instrumentación, lo que permite adquirir señales e indicadores de condición en tiempo real, con la consiguiente necesidad de procesar adecuadamente dicha información”.

“Los ingenieros de hoy deben estar habituados a enfrentar desafíos complejos con equipos de trabajo multidisciplinarios. Actualmente existe la necesidad de proveer un delicado balance entre competencias generales y específicas en la carrera profesional. La gestión de proyectos tecnológicos requiere que los profesionales sean capaces de innovar, comunicarse y enfrentar adecuadamente a cambios abruptos en el estado del arte. Estas competencias deben desarrollarse durante su instrucción, de modo de incorporarlos exitosamente al ámbito laboral”, acota.

El académico explica que, en el caso de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de esta casa de estudios, se trabaja con un diseño en que “diversas temáticas, difíciles de tratar en el formato clásico de clases lectivas, sean atendidas en un formato de proyectos, trabajando mancomunadamente con diversas unidades académicas dentro de la facultad, como el Centro de Energía o el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile. Esto ha dado luz a iniciativas concretas en, por ejemplo, temáticas asociadas a energías renovables y electromovilidad”.

Instalaciones

El contenido de la formación académica en el área eléctrica es coincidente entre las mallas curriculares. Según Héctor Henríquez, en Inacap, “se busca que el ingeniero eléctrico pueda diseñar e implementar proyectos en sistemas eléctricos, gestionando también su operación, bajo principios de eficiencia energética y sustentabilidad, por lo que los temas relacionados a ERNC, electromovilidad y redes inteligentes deben estar presentes en el diseño de estos proyectos, mientras que los aspectos técnicos están relacionados a su funcionamiento e instalación, así como a su operación y mantenimiento”.

Por su parte, Manuel Morales sostiene que en la carrera de ingeniería y técnico en electricidad y automatización de Duoc UC, han insertado las competencias asociadas a la industria 4.0, redes inteligentes y electromovilidad, por lo que han instalado “espacios de aprendizaje, donde los alumnos interactúan con las tecnologías presentes en la industria, como robótica colaborativa, robótica móvil, sensores RFID (de identificación por radiofrecuencia), ciberseguridad, realidad virtual y fabricación aditiva”.

El académico también destaca el laboratorio de redes inteligentes implementado por la institución educacional, con el propósito de “incorporar a nuestros programas de estudio temas relacionados a las energías renovables y su respectivo gerenciamiento, mientras que en electromovilidad se ha invertido en autos y maquinaria eléctrica para atender las reales necesidades presentadas por esta industria”.

Alejandro Ángulo valora el papel que cumplen los laboratorios en la formación, puesto que “apuntan a conocer las tecnologías, a utilizarlas en un contexto cercano al profesional, entendiendo cómo funciona e interactúa con otros sistemas y, por otro lado, permiten conocer cuáles son los fundamentos básicos de diseño de estos equipos, de manera que ellos puedan extender en su vida profesional y realizar algún tipo de emprendimiento”.

A modo de conclusión, Héctor Henríquez asevera que actualmente la inversión en laboratorios dentro de la formación académica pasa por la incorporación de las tecnologías vinculadas a energías renovables, especialmente solar fotovoltaica y eólica, “con sistemas on grid y off grid, junto a centro de electromovilidad, laboratorios de simulación, centros de eficiencia energética y otros equipos e instrumentos necesarios para los procesos de formación de los estudiantes”.

Juan Carlos Jobet: “La industria del hidrógeno verde en Chile puede ser tan importante como la minería”

Juan Carlos Jobet: “La industria del hidrógeno verde en Chile puede ser tan importante como la minería”

(La Tercera-Pulso) Un informe de McKinsey calcula oportunidades de inversión por US$475 mil millones en la industria del hidrógeno para los próximos diez años a nivel mundial. Pero se trata del hidrógeno “verde”, es decir, el que se produce a partir de electricidad generada por energías renovables y (como cualquier tipo de hidrógeno) se almacena como gas transformándose en un combustible. Y Chile es -por decirlo de alguna forma- La Meca de la energía solar fotovoltaica, el caldo de cultivo perfecto para el interés por una industria del hidrógeno. No sólo por ser un buen negocio, sino porque también se puede sumar a las metas de descarbonización de nuestro país al 2050.

Además, como dice Juan Carlos Jobet, ministro de Energía, “en Chile estamos necesitados de grandes proyectos que convoquen a todos los actores y generen unidad. El hidrógeno puede cumplir esa misión” y agrega: “Incluso, la meta que nos puso el presidente Piñera es que empujemos esto para ser exportadores de hidrógeno verde”.

Exportar energía no es fácil…

—No es fácil porque se necesitan líneas de transmisión para la electricidad, pero si se usan las energías renovables y se transforman en hidrógeno verde, ahí es más sencillo transportarla y exportarla. Tiene un potencial tan grande que puede ser la mitad de lo que es el mercado del petróleo en el mundo. Si hacemos las cosas bien, la industria del hidrógeno verde en Chile puede ser tan importante como la minería, el sector forestal o como fueron alguna vez los salmones.

Pero eso no va a pasar de la noche a la mañana…

—Y tampoco lo puede hacer el gobierno solo. Por eso estamos convocando a actores políticos de todos los sectores. También tenemos que hacerlo con la academia y los científicos, así como con la empresa privada. Y, por supuesto, que el Estado tenga un rol de fomento. En el fondo, la idea es convocar a todos los sectores y empujar una agenda, una estrategia y una regulación.

¿Qué elementos son clave en una nueva regulación?

—Por ejemplo, si alguien quiere construir una planta de hidrógeno, no están claras las normas que la rigen o qué permisos se necesitan.

Tampoco está claro cómo la SEC autoriza una instalación de hidrógeno y si quieres usar hidrógeno en un camión minero en vez de diésel, no sabemos qué exigencias se deben cumplir. O sea, no hay marco regulatorio.

[LEA TAMBIÉN: Hidrógeno verde: potencial exportación de Chile supera los US$8.800 millones a 2030]

¿Y qué referencia habrá para esa normativa?

—Tenemos en marcha dos estudios internacionales y uno nacional que están estableciendo la estructura de la nueva normativa y estándares para toda la cadena de suministro de hidrógeno en términos energéticos, la que estará lista en abril de este año.

También estamos haciendo varios esfuerzos de cooperación internacional y consiguiendo financiamiento para proyectos piloto. Necesitamos probar y cometer errores para bajar la curva de costos. Tendremos un summit con Corfo en mayo y estamos desarrollando un Plan Nacional de Hidrógeno.

¿Cuándo estará listo el plan?

—Esperamos lanzarlo a mediados de este año. Estamos en contacto con las empresas que están desarrollando pilotos, para entender en qué están y ofrecerles ayuda.

¿Hay realmente un interés importante de invertir en esta tecnología desde el sector privado?

— Sí, por ejemplo, en lo que es la cadena de suministros y tecnología, empresas como Engie, EDF, Copec, Cummins le están dedicando tiempo y recursos. También están haciendo pilotos CCU, Walmart, Metanex y Enaex. Además,
estamos hablando con empresas
del sector minero.

¿Qué industria debería naturalmente empezar más fuerte con el uso de hidrógeno a gran escala en Chile?

— La minería tiene un potencial gigantesco. ¡Los camiones mineros consumen una cantidad de diésel impresionante! Si podemos reemplazar ese combustible por hidrógeno, será clave. Además, la minería está ubicada principalmente en el norte del país, donde hay muy buena radiación solar. Eso puede permitir también un factor diferenciador de la minería chilena.

¿De qué forma?

—El cobre es un commodity, por lo que te pagan un precio por toneladas o libras, pero creo que con el tiempo, los compradores van a empezar exigir también la medición de cuánto CO2 generó. Por lo que hay una oportunidad de diferenciación con el hidrógeno.

¿En qué momento cree que realmente pueda exportarse?

—Hay varios desafíos. La producción de la energía es baja, pero la electrólisis (proceso para producir hidrógeno), así como el almacenamiento aún tiene costos muy altos.

Otro gran componente es el costo del transporte del hidrógeno, ya que hay que comprimirlo para distancias largas, lo que aún es caro. Pero creo se va a resolver a nivel global, ya que hay muchos países trabajando en eso. Por eso, esta década será esencial para que esos costos bajen.

¿O sea, con el hidrógeno verde vamos a seguir siendo “la niña bonita” de las energías renovables en el mundo?

—El potencial de las energías renovables es tan grande que tenemos que encontrar la manera de exportarla. Y el hidrógeno es probablemente la mejor forma.