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Las empresas de gas y de luz, en su peor crisis: cada vez pierden más

(La Nación) El 11 de marzo, tras la presentación de sus resultados de 2012, Edenor, la mayor distribuidora de electricidad del país, provocó un profundo silencio por unos segundos entre los empresarios del sector energético. Sus números indicaban que el año pasado había perdido nada menos que 1016 millones de pesos.

La cifra desnuda la situación general de las compañías de servicios públicos de gas y electricidad, definida entre analistas del sector como la peor en por lo menos 15 años: en 2012, todas ellas vieron crecer ampliamente sus pérdidas respecto de 2011. Para Edenor, por ejemplo, significó el mayor quebranto de su historia, y para Camuzzi Gas Pampeana , que lo cuadruplicó, quedar definitivamente en venta.

Difícilmente Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía, grupo controlante de Edenor, haya pensado que su nave insignia llegaría a esa situación cuando, en 2005, le compró la empresa a la francesa Electricité de France. Por aquellos días visitó en varias ocasiones al entonces presidente, Néstor Kirchner, en su despacho de la Casa de Gobierno, y hasta logró avanzar en un acuerdo para una revisión integral de la estructura de tarifas, algo que nunca se cumplió por completo.

Ocho años más tarde, su empresa es el mejor exponente de la decadencia de los servicios públicos durante el kirchnerismo: no sólo arroja un rojo que impacta en el patrimonio de sus accionistas, sino que incumplió con los pagos a Cammesa (la administradora mixta del mercado eléctrico) por falta de fondos y sufre quejas constantes de sus abonados por los cortes de luz.

La otra distribuidora del área metropolitana, Edesur , tuvo pérdidas por 801 millones de pesos, 70 % más que en 2011, mientras que Edelap, la distribuidora de La Plata, que pasó a la órbita de la gobernación de Daniel Scioli en noviembre de 2011, anotó un rojo de 221 millones, 60% más que en el ejercicio anterior.

El ánimo entre las empresas gasíferas no es mejor. Metrogas, la distribuidora más grande del país y una de las líderes en la región, perdió el año pasado 134% más que en 2011.

Metrogas, que pasará a manos de YPF, está además acosada por la convocatoria de acreedores.

Camuzzi Gas Pampeana, que presta servicio en el sur del país, registró pérdidas por 48,1 millones de pesos el año pasado, casi cuatro veces más que en 2011. La empresa está en venta. El Citibank tiene el mandato para ofrecerla entre empresarios con intereses en el sector energético, algo que ya comenzó a hacer. Hasta ahora, sin embargo, no tuvo respuestas positivas.

El manto de pérdidas alcanzó a Gas Natural Fenosa (ex Gas Ban) en 2012. Entre las grandes, la empresa era la única que tenía números azules en 2011. Su suerte cambió el año pasado: anotó un rojo de 2,4 millones de pesos y se sumó a la suerte del resto.

En las comunicaciones que hacen las empresas a sus inversores y accionistas, donde la obligación de decir la verdad sobre su negocio es más fuerte que el temor a las represalias del Gobierno por criticar la política oficial, todas señalan a un culpable: la demora en los ajustes de tarifas en un contexto de alta inflación, en el que salarios y costos operativos se orientaron al alza.

El presidente de Edenor, Ricardo Torres, lo expuso en su mensaje a los accionistas que acompañó los últimos resultados: sostuvo que el año pasado «se caracterizó por ser un período de serias dificultades económicas y financieras como consecuencia del congelamiento tarifario y del continuo incremento de los costos que afectaron nuestra actividad».

Según Ariel Casarín, profesor del IAE, éste es el momento más crítico de las empresas de servicios públicos en los últimos 15 años por motivos que a su juicio son obvios. «Desde hace diez años tienen el mismo nivel de tarifa y los costos han aumentado. Es interesante comparar la situación local con la de los países limítrofes. El que se fue de vacaciones a Uruguay volvió sorprendido con lo que pagó de luz. Al que visitó a un amigo en Chile le pasó lo mismo por el gas. El industrial argentino que compite con uno brasileño sabe que paga menos, incluso después de la baja en los precios que ordenó Dilma Rousseff. En algunos casos, las diferencias son de 5 a 1. En la Argentina tenemos precios irreales en muchas cosas. Eso explica los números de las empresas.»

Jorge Lapeña, ex secretario de Energía y crítico de la gestión oficial, es incluso más tajante. «Las empresas nunca estuvieron en este estado tan desastroso tanto en lo que hace a resultados como a la situación de deterioro patrimonial, ni cuando eran empresas del Estado, entre 1960 y 1990, ni cuando fueron privatizadas.» A su entender, están «técnicamente en cesación de pagos. No pueden pagar la energía ni los sueldos. En este contexto, se retrasa la inversión, se deteriora la calidad del servicio y aumentan los subsidios del Tesoro. El Gobierno no puede arreglar esto en el tiempo que le queda hasta 2015».

Las empresas han recorrido un largo camino hasta llegar a la situación actual. Durante los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner, no se les otorgaron ajustes en las tarifas para que los usuarios pudieran utilizar esos fondos para volcarlos al mercado, con lo que se estimulaba el consumo. En el caso de las industrias, se trataba de una especie de subsidio cruzado que mejoró los costos del sector productivo. Kirchner consideraba que las prestadoras estaban en condiciones de hacer ese esfuerzo porque, a su criterio, en los 90 habían hecho buenos negocios.

Más tarde, cuando el gobierno de Cristina Kirchner quiso remediar la situación, se lo impidieron los usuarios y las asociaciones que los representan. Según las empresas, eso se debió a la falta de tolerancia de los usuarios y a la manera un tanto desordenada de aplicar los ajustes que decidió el Gobierno.

En noviembre de 2011 se buscó otra alternativa que quedó trunca. El ministro de Planificación, Julio De Vido, y el vicepresidente, Amado Boudou, anunciaron la quita paulatina de subsidios a los consumidores, un paso necesario para subir las tarifas. Pero el procedimiento se interrumpió a los pocos meses sin explicaciones.

El escenario llevó al Gobierno a emitir, en noviembre pasado, una señal para recomponer la situación. Aplicó un cargo fijo variable de acuerdo con el tipo de consumo a los usuarios de gas y electricidad, que parte desde los 4 pesos por factura y está afectado a las inversiones que deberán hacer las empresas.

Tanto en el sector eléctrico como en el gasífero creen que en los próximos días el Gobierno anunciará otra medida similar. Aunque no se trata específicamente de un aumento de tarifas, implica un gasto mayor para los usuarios.

El economista Fausto Spotorno, del estudio Ferreres & Asociados, coincide con la mayor parte de los analistas en que la crisis del sector se debe a que «las tarifas nunca se ajustaron». Pero señala otro punto: con los años, se han ido diluyendo los sistemas de regulación, algo que también tiene que ver con las tarifas. «Hoy el Gobierno controla todo, pero igual puede hacer muy poco sin ajustes de tarifas. El sistema regulatorio anterior sólo tiene sentido si los precios reflejan los costos, algo que no ocurre. Al menos con el decreto 1277 del año pasado, que no es tan bueno como lo anterior pero establece un marco, fija un nuevo punto de partida. Eso es algo positivo.»

Fuente / La Nación

Daniel Fernández plantea aplicar un royalty a ganancias de centrales eléctricas

Daniel Fernández plantea aplicar un royalty a ganancias de centrales eléctricas

(El Mercurio) Un royalty a la generación eléctrica, que grave las ganancias de estos complejos generadores, parecido al que se aplica a la minería. La propuesta no viene del mundo ambiental ni de los sectores sociales, sino que del vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández.

Aunque es una idea de carácter personal -«no lo hago a nombre de HidroAysén», aclaró, el ingeniero ligado por largos años a firmas estatales como Metro, Enap y TVN, comenta que también algunos socios del proyecto, como Colbún, lo han planteado.

«Debería haber un mecanismo claro, objetivo y exigible de compensaciones. No estoy hablando del tema ambiental, que tiene su dinámica propia, con sus exigencias y mitigaciones y eso está bien, sino cómo la comunidad recibe los beneficios de un proyecto… Me parece que es más objetivo, transparente y predecible que exista un mecanismo asociado a las ganancias de un proyecto o a otra variable, que estar negociando caso a caso compensaciones», expresó en un foro organizado por HidroAysén que se desarrolló el lunes 25 en Coyhaique y al que concurrió invitado por la empresa, el ex Presidente de Perú, Alan García. En su exposición Fernández usó el término » royalty».

¿Sería un royalty a la generación eléctrica? «Creo que debería ser a todas las formas de generación, podría ser asociado a los megawatts producidos, podría ser distinto según el método de generación, porque hay algunos que tienen más impactos que otros», comentó al preguntársele sobre su propuesta. En todo caso, precisa que este ro yalty debiera aplicarse por parejo a todos los proyectos a futuro.

Daniel Fernández dice que esta idea ya se discutió antes -en la llamada «Ley Tokman», en honor al ex ministro de Energía del gobierno de Michelle Bachelet, Marcelo Tokman- pero insiste en que debe estudiarse para que las inversiones se reactiven.

En el país, debido a la judicialización o la oposición ciudadana, hay una suerte de moratoria en el sector eléctrico y no hay grandes centrales que ingresen al sistema en los próximos cuatro años. Entre los proyectos que se han paralizado o no han podido avanzar están Barrancones (540 MW), Castilla (2.100 MW), Energía Austral (1.050 MW) y el Parque Eólico de Chiloé (112 MW), entre otros. HidroAysén misma está a la espera de definiciones del gobierno tales como el trazado, las áreas de reserva territorial y la «carretera eléctrica».

El problema es de tal envergadura que, según Fernández, para el 2016 y hasta el 2022 se vislumbra inestabilidad en el suministro y aumento de precios. Así, el desafío «es cómo enfrentamos la crisis que inevitablemente tendremos a partir del 2016».

¿Es viable un gravamen así? En Chile existe una política de impuestos parejos, pero en 2005 se aprobó un impuesto específico a las mineras. Aunque existía el compromiso de que estos recursos fueran a las regiones mineras, esto no ocurría y el Gobierno envió un proyecto para crear un fondo de desarrollo de regiones mineras (Fondenor), el que aún se discute.

Fernández dice que la generación de electricidad debe ser planificada en un horizonte de largo plazo, ya que trasciende a los gobiernos y que, tal como ocurre con las relaciones exteriores y la educación, la energía debiera ser objeto de una política de Estado.

Otro problema es que la participación ciudadana es posterior a cualquier proyecto y por eso el ejecutivo propone, además, que se haga un proceso anticipado para que las empresas sepan a qué se enfrentan antes.

Cuenta de Aysén es el doble de Santiago

La Región de Aysén no es parte del Sistema Interconectado Central, sino de una red propia que, paradójicamente, se nutre básicamente de energía térmica. Por ello, la cuenta promedio es más cara: prácticamente el doble que una boleta de luz en Santiago, es decir, de más de 0 mil al mes.

«Es una injusticia que queremos reparar», dice Fernández. HidroAysén ha hecho público su compromiso de bajar la cuenta en un 50%, lo que se incluyó entre las mitigaciones por el impacto ambiental de las megacentrales.

Según Fernández, si el proyecto se demora en construirse, HidroAysén tiene la idea de entregar un subsidio directo a la cuenta de luz. En todo caso, las compensaciones y aportes de HidroAysén a la comunidad, señala el ejecutivo, superan con creces los montos de cualquier royalty que se definiera, por lo que no podría ser adicional a estas mitigaciones.

«Es más objetivo, transparente y predecible que exista un mecanismo asociado a las ganancias de un proyecto o a otra variable, que estar negociando caso a caso compensaciones».

«Debería ser a todas las formas de generación, podría ser asociado a los megawatts producidos, podría ser distinto según método de generación, porque hay algunos que tienen más impactos que otros».

Daniel Fernández ante dichos de Longueira: «Hoy no hay claridad jurídica sobre la línea de transmisión»

El ejecutivo le respondió al ministro de Economía, Pablo Longueira, quien dijo a «El Mercurio» ayer que el Gobierno no convocará al Comité de Ministros -que tiene que pronunciarse sobre diversas reclamaciones por el proyecto HidroAysén- hasta que Colbún no retire el hecho esencial en que la empresa informó que suspendía el estudio para la línea de transmisión «mientras no exista una política (energética) nacional que cuente con amplio consenso».

Al respecto, Daniel Fernández fue categórico: «El Gobierno de Chile tiene la obligación de respetar la institucionalidad y las leyes, y hay responsabilidades, plazos y derechos que están siendo vulnerados respecto de la RCA (Resolución de Calificación Ambiental) de las centrales».

Agregó que la línea no es parte de esa aprobación ambiental, lo que está validado por la Corte Suprema. «El Gobierno tenía plazo establecido de 60 días para convocar al Comité de Ministros sobre las centrales, pero ya lleva casi dos años y sigue sin hacerlo».

Fernández precisó: «El hecho esencial de Colbún fue sobre la línea, que es otro proyecto aparte, que puede ser abordado directamente o a través de terceros, como sucede siempre. Hoy no hay claridad jurídica ni práctica para los inversionistas sobre la línea de transmisión que quiere el gobierno actual, porque envió un proyecto de ley sobre carretera pública, iniciaron el diseño gubernamental del trazado y dijeron que había zonas reservadas, todo lo cual ha sido al margen del sistema ambiental vigente».

«El incumplimiento de los plazos y la discrecionalidad para hacer exigencias que están al margen de la RCA de las centrales es muy grave y genera un mal precedente sobre el debido respeto a la institucionalidad y las leyes. Este problema explica en buena parte el precario e incierto abastecimiento energético de Chile para los próximos años, que ya está teniendo efectos sobre los costos, la competitividad y el desarrollo de nuestro país».

Fuente / El Mercurio

Ex Presidente Alan García: «Yo apoyaría un proyecto como HidroAysén en Perú»

(El Mercurio)

«Por principio, en energía, Chile no puede depender ni de sus amigos».

-¿Lo dice porque Argentina nos cortó el gas?

«Bueno, bueno… estamos hablando de amigos».

Alan García no oculta que Chile le gusta, que Venezuela le disgusta y que cree que Brasil y Argentina van por el camino equivocado. Devenido en profesional de la alta política, dando charlas en América Latina y Europa, no dudó en volar diez horas para aterrizar en Coyhaique y arengar al público patagónico para convencerlo de las bondades de la hidroelectricidad.

-¿Es esa la solución para el gran problema energético que tiene Chile?

«Entre todas las fuentes de generación conocidas la hidroelectricidad es la más limpia, la más rentable y además independiza al país. Un país no tiene seguridad si tiene que importar su energía en forma de carbón o petróleo. Y la proporción en la cual lo hace Chile es alarmante. Chile necesita generar su propia energía. En el Perú el 56% de su electricidad nace de centrales hidroeléctricas y eso nos ha dado la posibilidad de tener una energía relativamente barata, 50% más barata que la de Chile».

«Se lo digo como peruano asociado en la Alianza del Pacífico: nos conviene tener un vecino rico, creciente y con energía barata, que sea mercado para nuestros productos y que sea fuente de inversiones hacia el Perú».

-Perú se ha beneficiado de la crisis eléctrica chilena, ya que varias empresas se han ido para allá…

«A mí personalmente no me gusta beneficiarme de los problemas de mi vecino, no creo que sea la mejor forma de crecer. Si eso es así, le toca a Chile acelerar sus trámites, poner plazos a los consensos, no puedo esperar que al 2040 el opinante número 100 del 100% se ponga de acuerdo. Para todas las grandes obras ha habido desacuerdo. Cuando se hizo la carretera Panamericana, había quienes decían «¿para qué sirve esta carretera, teniendo botes, teniendo barcos?» ¿Y quién puede ahora oponerse a eso?».

«Hasta donde he estudiado, no hay una alternativa a las grandes centrales hidroeléctricas. Es cierto que algunas cambian en parte el paisaje, HidroAysén son 5.900 hectáreas (de inundación). Comparadas a lo que inundan otras centrales hidroeléctricas es poquísimo. Otros dicen «va a atravesar montes y montañas con sus líneas eléctricas», pero todo eso es solucionable, para eso están los ecologistas, los esteticistas, para eso existen los árboles, ¡por favor!».

-¿Haría un equivalente a HidroAysén en Perú?

«No tenemos en bloque un proyecto de 2.750 MW, pero hemos dado autorización para proyectos que en conjunto suman más que Aysén. Naturalmente apoyaría (un equivalente a HidroAyén en Perú), si tiene además las características de HidroAysén».

-¿Es partidario de las energías renovables no convencionales?

«Esas energías transforman más el paisaje que las hidroeléctricas. Por favor, para obtener mil megavatios, miles de hectáreas se tienen que llenar de molinos o paneles. Schumacher escribió alguna vez que «lo pequeño es bello», y todavía mucha gente tiene esa ilusión… Con esas energías primitivas, de menor dimensión y fuerza, se está condenando a actividades más pequeñitas. Puede hacer funcionar una licuadora, pero no una fábrica enorme o una minera o si lo hace será a costos inmensos».

-El 2012 la economía de Perú superó a Chile en paridad de poder de compra (PPP). Como van las cosas para Chile, ¿se ampliará esta brecha a favor de su país?

«En términos nominales, aún no, pero en PPP podríamos decir que Perú superó a Chile. En los últimos años Perú logró crecer a 8% u 8,9% y Chile venía creciendo a 4%, íbamos recuperando la ventaja grande que tenía en producción Chile. Se tomaron algunas decisiones de rápida inversión que nos han permitido crear 2,5 millones empleos. Todo lo que defiendo y digo es que tengo la prueba y lo acepta el mundo, que la pobreza en el Perú que era de 48%, se redujo a 30%. No hay experiencia en el mundo tan similar. Si hablamos de socialismo o de izquierdismo, el que reduce la pobreza es el más izquierdista. No me dé lecciones en eso».

«Chile fue nuestro maestro. En el proceso chileno, en la democracia chilena, tenemos un gran ejemplo, pero lo que me propuse fue superarlo, deportivamente, cariñosamente. Lo podemos hacer mejor, de manera más inteligente y creo que eso fue demostrado».

-Es decir, Perú superó a Chile…

«En ese esquema y dentro de ese esquema (lo superó). Pero Chile tiene mucho mejores condiciones, universidades, condiciones de densidad tecnológica mucho mayores que Perú, a pesar de su avance. Y puede iniciar una forma de desarrollo que nos va a costar trabajo a los peruanos alcanzar, que es servicios, tecnologías, información y otro tipo de producción. Chile tiene condiciones mayores de las que tiene Argentina y tiene una densidad de creatividad productiva que puede llevarlo más allá que Brasil. Chile tendría que aprovechar esto en este momento para convertirse en el suministrador de tecnología de información para toda América».

Fallo en La Haya

«Perú aceptará… todos sabemos que el país que rechaza un fallo después de haberse sometido a él queda re-negro».
Argentina

«Cada 10 años, un conductor iluminado descubre que puede hacer el cepo cambiario, congelar precios, estatizar empresas».

Presidente por tercera vez

«No lo creo. Veo difícil ser candidato… Sólo si viera que una situación lo exigiera o que pueda hacerlo mucho mejor que los otros candidatos…».
Sebastián Piñera

«Él no viene de las canteras de los luchadores sociales o de la izquierda, es un hombre de éxito personal o empresarial, y eso hace desconfiar a la gente. Pero cuando se miren con paciencia los resultados de su gobierno, se verá que hizo progresar a Chile».

Michelle Bachelet

«Coincidimos hace dos años en Naciones Unidas, y fue de lo más curioso, porque yo estaba haciendo turno para hablar ante la asamblea general, y de pronto veo a Michelle, y le pregunté:»¿tú vas a entrar primero?» ¡Me había olvidado de que ya no era Presidenta!»

«El chavismo vive de una masa de billetes del petróleo»

-¿Es posible el chavismo sin Hugo Chávez?

«Hay dos formas de entender el chavismo: como un partido político que puede quedarse en el poder otros cinco años, lo que aprovechando los funerales del caudillo es posible. Pero el chavismo como modelo de desarrollo social y económico, imposible.

«Tienen una inflación de 30%, cualquier dinero que dé vale 30% menos automáticamente. Tiene inversión cero del extranjero. Sigue en lo mismo que hicieron los partidos que Chávez odiaba: depende absolutamente del petróleo, que es el 72% de las exportaciones, 54% de los ingresos del Estado y 32% del PIB. El chavismo es como una malagua (medusa), un cuerpo vivo sin esqueleto, sin músculos productivos sostenibles, que vive de una masa de billetes que vienen del petróleo. El chavismo no es más que eso, no es más que autoritarismo».

Fuente / El Mercurio

FMI afirma que eliminar los subsidios de energía resolvería los problemas fiscales

(Diario Financiero) El mundo podría resolver gran parte de sus problemas fiscales al eliminar US$ 2,4 billones (millones de millones) en subsidios de energía, indicó la semana pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El llamado del Fondo sugiere que precios de los combustibles más altos podrían transformarse en una condición central de la ayuda del FMI en el futuro; los subsidios ya han sido una traba en sus conversaciones con países como Egipto, Pakistán y Ucrania.

David Lipton, el primer vice director gerente del FMI, dijo que los países deberían eliminar el costo de contaminación, pero acotó que el Fondo no estaba listo aún para hacer de los impuestos de carbono una condición de sus programas de préstamo.

“Hay 20 países que gastan más del 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) en subsidios de energía”, comentó Lipton.

“Eso genera un problema fiscal porque los subsidios son tan grandes que amenazan la sustentabilidad fiscal del país”.

Por primera vez, el FMI ha puesto un precio al costo fiscal de los subsidios a la energía a nivel mundial. Indica que los subsidios regulares, donde el precio del combustible es menor que el costo de producirlo, asciende a US$ 480.000 millones, principalmente en los países en desarrollo.

“Nuestras proyecciones son que eliminando los 
US$ 480.000 millones de los subsidios antes de impuestos se recortarían las emisiones de carbono entre 1% y 2% para el mundo. Así de grande es”, apuntó Lipton. 
Pero los subsidios indirectos, donde los países no cobran completamente a los usuarios por los costos de contaminación y congestión, suman otro US$ 1,9 billón, con un 40% en el mundo desarrollado, indica el FMI.

Es probable que estas cifras sean controversiales porque consideran las emisiones de carbono sin gravamen como un subsidio, pero no incluyen las exenciones tributarias por energía renovable como el viento.

En términos absolutos, los tres subsidiarios de energía más importantes son Estados Unidos, con 
US$ 502.000 millones, China con US$ 279.000 millones, y Rusia con US$ 116.000 millones.

Lipton dijo que los subsidios al combustible han reducido la producción de energía en los países desarrollados, causando que usen tecnología ineficiente que demanda mucha energía, y eleva los costos al sector industrial.

“Muchos países tienen una producción inadecuada de energía o de generación de electricidad porque los subsidios hacen que la producción sea menos remunerativa”, dijo. “Así que al final de cuentas terminan con menos energía”.

Los subsidios fracasaron en ayudar a la población más pobre porque utilizaron mucha energía de todas formas.

“Si no tienes auto ni aire acondicionado no puedes obtener mucho subsidio”, dijo Lipton.

El Fondo está llamando a los países en desarrollo a sustituir los subsidios al combustible con pagos en efectivo a los más pobres. Introducir primero los pagos puede ayudar a que la eliminación de la subvención sea más aceptable políticamente, dijo.

Los subsidios son mayores en Medio Oriente y el norte de África, donde equivalen a un 8,5% de la producción regional y a un 22% de los ingresos del gobierno. “Egipto es un país en donde los subsidios son de 7% u 8% del PIB, en un país que tradicionalmente ha tenido un 8% de déficit fiscal, por lo que representa prácticamente el déficit del presupuesto total”, enfatizó Lipton.

“Usando una buena porción de ese 8% para infraestructura y modernización, que dejaría al país en una mejor situación, sería, creo, una propuesta bastante razonable”.

Fuente / Diario Financiero

Chile espera un nuevo impulso del gas natural

Chile espera un nuevo impulso del gas natural

La historia dice que nuestro país ha sido por años un importante consumidor de energía proveniente del agua. En ese sentido, la constante es que en Chile la hidroelectricidad explique un alto porcentaje de la matriz energética, alrededor de un 60% o 70%, dejando en manos de la termoelectricidad, proveniente de los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo diésel y el gas natural, el resto de la figura.

Sin embargo, en las últimas décadas el país ha ido mostrando un cambio radical en esta ecuación, principalmente producto de las graves sequías, las que han impedido que el agua se mantenga como la principal fuente de energía en Chile.

Esto ha originado que la termoelectricidad equipare en cuota a la hidroelectricidad, pasando en años complejos a ser el principal sustento energético. A modo de ejemplo, estudios recientes arrojaron que en los últimos12 meses del año, a enero de 2013, el 40% de la electricidad del SIC fue producida a base de hidroelectricidad y un 56% correspondió a termoeléctricas, mientras que en el SING la generación a base de combustibles fósiles llegó a representar más del 98% del total, con una participación del 78,3% en el caso del carbón, un 10,9% en gas natural y un 9,7% de petróleo. A nivel país, el consumo eléctrico fue satisfecho en un 30,1% por hidroelectricidad, en un 66,7% por termoelectricidad y en un 3,2% por ERNC.

La tendencia es clara, y mientras el agua escasee, Chile estará obligado a elevar la inyección de energía proveniente de las renovables, concretar el proceso en torno a la eficiencia energética, pero más importante todavía, reconocer y sincerar el consumo de energía proveniente de la quema de combustibles fósiles. Ahora la discusión se concentra en cuál de los combustibles fósiles, mientras Chile muestra actualmente una tendencia hacia el carbón. La respuesta de parte de los expertos es clara: el país deberá tender hacia el gas natural. Estadísticas recientes indican que este combustible en 2012 fue responsable del 20% de la generación eléctrica del SIC, porcentaje que podría incrementarse si se logran acuerdos internacionales que permitan un mayor y seguro suministro del hidrocarburo y si Chile consigue un precio beneficioso que permita aventurar una matriz gasificada.

El gas natural es un combustible importante para el país en la actualidad, pero que debiese transformarse en uno de los pilares energéticos en Chile. Precisamente porque hay mucha materia la cual debatir en torno a este tema, es que en la próxima versión de la Conferencia ElecGas, en CasaPiedra, el 13, 14 y 15 de mayo, se tiene contemplado un módulo donde se discuta el futuro del precio, del volumen y a qué gas se podría aspirar, todo en torno a que nuestro país conserve a la hidroelectricidad como una de sus fortalezas energéticas, pero también cuando se hable del aporte termoeléctrico exista consenso en que se trata de un impulso proveniente de combustibles limpios y con mucho futuro.