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Sistema eléctrico: participación termoeléctrica representó casi 60% de la generación bruta en agosto

Sistema eléctrico: participación termoeléctrica representó casi 60% de la generación bruta en agosto

La participación de la generación térmica en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) llegó a 59,6% durante agosto, siendo el petróleo diésel el combustible que anota un mayor crecimiento respecto a 2020, con 982,8%, según indicó el reporte mensual de la Asociación Chilena de Energía Renovable y Almacenamiento (Acera A.G.).

De acuerdo con el documento gremial, el carbón tiene una participación anual promedio de 37,3% en la generación bruta, seguida del gas natural (18,8%) y el petróleo diésel (2,9%). Respecto al año pasado, el carbón registra una expansión de 13,8% y el gas natural una de 14,6%, al igual que la biomasa convencional (26,8%) y la cogeneración convencional 123,2%.

ERNC

Por otra parte, la participación ERNC acumulada del año llega a 23,6% de la matriz eléctrica, luego de que en agosto alcanzara el 26,7%. Dentro de estas tecnologías, la generación solar fotovoltaica lleva un 11% de participación anual, seguida de la generación eólica con 7,7%.

Por su lado, la generación hidroeléctrica, proveniente de centrales de embalse y de paso, tiene una participación de 16,8%. Sin embargo, si se compara con el año anterior, esta tecnología anota una baja de -36%.

Durante el octavo mes del año, la máxima participación horaria ERNC alcanzó 55,2%, produciéndose a las 16 horas del 28 de agosto, lo cual estuvo compuesto de un 61% de energía solar y 29% de energía eólica.

Systep: descarbonización acelerada no apaciguará estrechez de generación en horarios de menor oferta

Systep: descarbonización acelerada no apaciguará estrechez de generación en horarios de menor oferta

«La estrechez de generación del SEN pasará en la medida que las centrales indisponibles vuelvan a operar y se integre la infraestructura actualmente en construcción. En este sentido, el Decreto N°51 contribuirá positivamente en mejorar la situación de vive el sistema eléctrico. En cuanto al futuro, se espera que en escenarios de baja disponibilidad hidráulica y con un plan de descarbonización acelerada, la capacidad que se incorporará al SEN no logrará apaciguar los márgenes de estrechez de generación en los horarios de menor oferta (19:00-22:00), dejando el sistema vulnerable a fallas intempestivas. Por lo anterior, es fundamental que el CEN continúe impulsando las medidas de operación segura y se siga trabajando en incrementar las herramientas para afrontar la variabilidad de la generación renovable».

Así lo indica el reporte mensual de Systep Ingeniería, donde se analiza los alcances del decreto preventivo del Ministerio de Energía, señalando que la situación actual en el sistema eléctrico podría ir mejorando si se toman medidas en miras de aumentar la disponibilidad de centrales.

«Por ejemplo, la reincorporación de la central termoeléctrica Ventanas 1 propuesto por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) que se encontraba en estado de reserva estratégica, es una medida en esa línea, por cuanto contribuirá en la generación base. Consecuentemente, se hace necesario que el retiro de las centrales a carbón sea de forma gradual, siempre considerando los respaldos necesarios para asegurar la confiabilidad del sistema (seguridad y suficiencia). De lo contrario, el sistema podría estar en estrés en escenarios de estrechez hídrica como el actual, especialmente si se retiran de servicio 4.621 MW de capacidad instalada de carbón al 2025, como señala un Proyecto de Ley en discusión en el Congreso», se señala.

El documento también plantea que el aporte de las tecnologías ERNC «no permitiría mitigar en su totalidad el problema de estrechez de generación, por cuanto la generación solar disminuye o es nula en el horario de mayor escasez de oferta de generación del SEN (18:00 – 22:00) y la generación eólica no siempre se encuentra presente en los horarios de punta del sistema», por lo que se afirma la necesidad de «seguir avanzando en la estrategia de flexibilidad considerando el escenario actual que vive el sistema y que propicie el desarrollo de nueva capacidad (convencional y de almacenamiento) que pueda proveer generación de manera flexible».

Y se agrega: «El GN y GNL asoma como una opción para subsanar la estrechez de generación que vive hoy el sistema, gracias a su rápida respuesta a los aumentos de demanda y sus bajas emisiones en comparación con otras tecnologías. Por ello, es importante que la autoridad entregue señales claras en torno a la legislación actual del GNL Inflexible, respetando a los diversos actores del sector».

Cambio Climático: «Corremos el riesgo de necesitar más aún las centrales térmicas»

Cambio Climático: «Corremos el riesgo de necesitar más aún las centrales térmicas»

“El sector energía aporta un 77,4% de las emisiones de GEI totales del país (excluyendo cambios en uso de suelo), debido mayoritariamente al consumo de carbón mineral y gas natural para la generación eléctrica». Con este antecedente, Francisca Jalil, académica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, plantea la urgencia de avanzar en «mitigación y adaptación” frente al cambio climático que afecta al país, mencionando la necesidad de retirar las centrales a carbón y a gas.

La académica sostiene a ELECTRICIDAD la necesidad de avanzar también en la descarbonización de servicios energéticos, como transporte y el calor industrial y residencial.

¿Cuáles son a su juicio las urgencias en materia de energía para combatir el cambio climático?

Según el sexto reporte del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change = Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), es inequívoco que la actividad humana ha impactado en el aumento de temperatura media de la atmósfera, tierra, y océanos. Esto se debe principalmente al incremento en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causados principalmente por la combustión de combustibles fósiles. Todos los escenarios evaluados en este reporte prevén que la temperatura media de la tierra continuará aumentando hasta al menos el 2050. Además, se prevé que el aumento rebasará los 1.5-2°C (con respecto a niveles pre-industriales) en la segunda mitad del siglo, a menos que se logren reducciones globales profundas de GEI en las próximas décadas.

Si bien Chile es un país pequeño con poca injerencia en las emisiones de GEI a nivel global, en este reporte también se indica que cada tonelada emitida (o no) de GEI importa, ya que mayores emisiones conducirán a incrementos de temperaturas aún mayores, con sus consiguientes efectos en el planeta. Por esto, Chile, al igual que todos los países, tiene un rol importante que jugar en la reducción rápida de GEI para la mitigación de los efectos del cambio climático (CC). Por otro lado, también tendrá desafíos en términos de adaptación al CC.

¿Cómo evalúa en este escenario al sector energético local?

El sector energía aporta un 77,4% de las emisiones de GEI totales del país (excluyendo cambios en uso de suelo), debido mayoritariamente al consumo de carbón mineral y gas natural para la generación eléctrica, seguidos por el consumo de combustibles líquidos (mayormente gasolina y diésel) para el transporte terrestre, el uso de combustibles en la industria y minería, y finalmente el uso de combustibles en el sector residencial.

Por lo tanto, tenemos urgencias en términos de mitigación y de adaptación. En términos de mitigación, debemos por un lado descarbonizar la matriz eléctrica (lo que implica retirar las centrales a carbón y gas) y, por otro, descarbonizar los otros servicios energéticos como transporte y calor industrial y residencial. Para lo primero, se deben incrementar las energías renovables, lo que implica no solamente mayor capacidad de generación, sino que mayores desafíos en términos de transmisión y almacenamiento. Para lo segundo, una alternativa es electrificar los servicios, lo que solo es efectivo si es alineado a la descarbonización de la matriz eléctrica. Además, la electrificación de todos estos servicios energéticos conllevaría a una demanda eléctrica mucho mayor que la actual, por lo que tiendo a pensar que la descarbonización de los servicios energéticos de calor y transporte debiera incluir otras alternativas como el uso de biocombustibles, uso del hidrógeno o combustibles sintéticos, energías renovables como termo-solar y geotérmica, medidas de eficiencia energética térmica, etc.

A esto se suman las urgencias en términos de adaptación. Uno de los efectos del cambio climático en el país es el aumento de las sequías. Además, Chile es un país que importa un porcentaje importante de su energía primaria. Por lo tanto, lo que está ocurriendo es que, debido a sequías continuadas, las centrales hidroeléctricas no tienen caudales o reservas suficientes, por lo que se han tenido que reabrir centrales a carbón.

En otros lugares del mundo y en ciudades costeras, se prevé que aumentarán las marejadas y eventos climáticos extremos, lo que potencialmente podría interrumpir las rutas de importaciones de combustibles.

Por lo tanto, en términos de adaptación, creo que una de las urgencias es aumentar la autosuficiencia para incrementar la resiliencia del sistema ante situaciones climáticas extremas, que serán cada vez más frecuentes.

¿Cuáles serían los principales impactos del cambio climático para la industria energética?

De acuerdo al IPCC, los principales impactos del CC en Chile serán el aumento en frecuencia y severidad de las sequías, aumento de temperaturas medias (con riesgos mayores de incendios), derretimiento de glaciares y permafrost en la cordillera, y reducción en el caudal de los ríos. Las implicancias en la industria energética son directas: hoy el 26-27% de la electricidad en Chile se genera en centrales hidroeléctricas. La sequía implica que la generación hidroeléctrica disminuirá, y corremos el riesgo de necesitar más aún las centrales térmicas, llevando a mayores emisiones de GEI, mayores precios, e incluso potencialmente a racionamientos de energía. Por lo tanto, las acciones para la mitigación y adaptación al CC deben ser inmediatas y rápidas.

También existen otros impactos indirectos que son más difíciles de predecir. Por ejemplo, un aumento en las temperaturas medias puede llevar al aumento en las demandas por aire acondicionado. O como mencioné previamente, el aumento de efectos climáticos extremos en otros lugares del mundo puede afectar las cadenas de suministro de energéticos.

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¿Qué le parece las medidas que se están tomando en el sector para revertir esta situación?

Me parece que apuntan en la dirección correcta, pero que en muchos casos son insuficientes. Por ejemplo, creo que la ley de eficiencia energética apunta en la dirección correcta, así como las medidas que han permitido mejorar la competitividad de las tecnologías de generación renovables. Me parece también interesante la Estrategia de Transición Energética Residencial, y estoy expectante a ver en qué instrumentos se traduce.

Con respecto al retiro de las centrales a carbón, me parece un paso necesario, que probablemente debiera acelerarse.

El impuesto al carbono es un instrumento que, si bien apunta en una dirección correcta, tiene ciertos problemas. Por un lado, está el problema de las compensaciones que muchas veces deben pagar las ERNC a las fuentes fijas de mayor tamaño, traduciéndose en que las ERNC terminan pagando un impuesto al carbono que no generan. Por otro lado, varios modelos muestran que el impuesto al carbono en Chile es bajo para el objetivo buscado.

Finalmente hay medidas que me parecen francamente incompresibles, como el proyecto de ley de reducción al impuesto de los combustibles, que apunta en una dirección totalmente opuesta a lo que se requiere hoy.

¿Cuánto puede contribuir la generación distribuida a la carbono neutralidad?

Creo que tiene un rol importante en la descarbonización de la matriz eléctrica. Un estudio reciente del ISCI (Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería) encontró que el sistema eléctrico nacional podría integrar de manera costo-efectiva altos niveles de generación y almacenamiento distribuido, con niveles de penetración cercanos a un 40% de la nueva capacidad instalada de generación a lo largo del país, en un horizonte entre hoy y el 2040 (para un escenario base).

Además de proveer las ventajas de las energías renovables (como independencia de la importación de combustibles fósiles y descarbonización de la matriz), la generación distribuida provee otras ventajas como modularidad, adaptabilidad, y resiliencia, por estar cerca de los consumos, estar adaptados a las condiciones locales, estar distribuidos espacialmente, y contar con elementos distribuidos de almacenamiento. Todos estos factores les permiten hacer frente a desastres naturales de mejor forma que los sistemas centralizados. En este estudio se hace referencia también a otras externalidades positivas de la generación distribuida, como generación de industria y empleo local complejo, y nuevos modelos de negocios, entre otras.
Es importante recalcar que para que esto ocurra, debe haber un marco de políticas públicas que permitan o incentiven estos niveles de penetración, junto con desarrollos en esquemas de control y coordinación en redes.

¿Qué le parece el plan de retiro de centrales a carbón?

Me parece un piso mínimo, aunque probablemente debiera acelerarse. El problema radica en tener capacidad suficiente en su reemplazo, asegurando la resiliencia del sistema.

¿Qué desafíos debe considerar la industria minera y energética en Chile a revertir esto?

Hay dos desafíos primordiales. El primero es descarbonizar la matriz eléctrica, incorporando más energías renovables, lo que conlleva a mayores desafíos en términos de flexibilidad, como el almacenamiento y la capacidad de transmisión.

El segundo desafío es el cambio de energéticos para descarbonizar parte de las demandas térmicas y de transporte, tanto industriales como urbanas. Por ejemplo, se debiera evaluar el uso de hidrógeno verde, combustibles sintéticos, biocombustibles, y energías renovables como termo-solar y geotérmica, resguardando que las cadenas de suministro completas sean bajas en carbono y sustentables (lo que no siempre ocurre). En este sentido, es muy importante que las evaluaciones contemplen siempre los sistemas y ciclos de vida completos, para no intercambiar un problema ambiental o climático por otro.

Acera: generación hidráulica acumula 17,2% este año versus 59,5% de la térmica

Acera: generación hidráulica acumula 17,2% este año versus 59,5% de la térmica

El reporte mensual de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera A.G.) también reveló la caída en la participación de la generación hidráulica en lo que va del presente año, donde los datos gremiales indican una participación acumulada de 17,2%, versus los 59,5% que anota la inyección de energía proveniente de las centrales térmicas (carbón, gas natural y diésel).

La participación ERNC acumulada del año, reconocida para el cumplimiento de la Ley ERNC, corresponde al 23,2% de la matriz eléctrica.

Según el documento, la generación bruta hidráulica cayó -43,3% entre julio de 2021 y 2021, mientras que la térmica creció 29,3% en el mismo periodo. Por su parte, la participación ERNC aumentó 26,7% entre julio de este año y de 2020.

Por fuente energética, el carbón tiene un 38% de participación acumulada en la generación bruta, seguida de 18,3% de gas natural; 11% solar fotovoltaica; hidráulica de pasada (9%); hidráulica de embalse (8,2%); eólica (7,4%), y petróleo diésel (2,6%).

CNE: 16 proyectos solares fotovoltaicos fueron aprobados ambientalmente durante mayo

CNE: 16 proyectos solares fotovoltaicos fueron aprobados ambientalmente durante mayo

Durante el mes de mayo, el Servicio de Evaluación Ambiental otorgó 16 nuevas Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) favorable a proyectos ERNC, todos correspondientes a proyectos solares fotovoltaicos, que en su totalidad equivalen a 152 MW de capacidad instalada y una inversión total que bordea los US$178 millones.

Entre las iniciativas se encuentran el parque Parque Fotovoltaico El Colibrí, de 12 MW, con una inversión estimada de US$12 millones. También está el Parque Solar Alianza, de 10,66 MW, y una inversión de US$10 millones.

Otros proyectos son el Parque Solar Esmeralda II, de 17,22 MW y una inversión US$17 millones, además del proyecto Amunche Solar, de 12,08 MW, con una inversión de US$18 millones.

Por otro lado, las proyectos más pequeños son el Parque Solar Fotovoltaico Puangue, de 5,4 MW, y una inversión de US$5,6 millones. También está el Parque Solar San Clemente Flor del Llano, de 6,5 MW, con una inversión de US$6,5 millones.