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Descarbonización: El rol del hidrógeno verde como complemento de los sistemas de almacenamiento

Si bien los expertos proyectan que Chile logrará alcanzar a 2040 que el 100% de la energía necesaria para abastecer el país pueda provenir de fuentes como la fotovoltaica o la eólica (aun cuando el plan está establecido a 2050), e incluso podamos alcanzar el hito de convertirnos en el principal país exportador de energía limpia a base de hidrógeno verde a nivel mundial, aún quedan grandes desafíos por resolver en esta materia, como es el caso de la variabilidad energética.

Este punto en particular sigue siendo una pendiente constante dado que, si bien la naturaleza brinda excelentes recursos para extraer de ella un gran potencial, no existe -ni existirá- la forma de modificarla, por lo que los mejores momentos para producir energía dependerá de factores que no pueden ser controlados por el hombre.

En pocas palabras, las fuentes eólica y solar producen energía en un horario que no está sincronizado con la demanda del consumidor, pues el suministro solar alcanza su punto máximo al mediodía, mientras que las turbinas eólicas en tierra lo alcanzan en medio de la noche, lo cual no concuerda con el hábito de consumo energético del ser humano, ya que generalmente usamos electricidad al comenzar y terminar el día.

Alternativas disponibles

“La solución a este gran desafío por venir, no solo en Chile sino a nivel mundial, es la masificación de sistemas de almacenamiento de energía que permitan una cobertura mínima de 10 horas de servicio, lo cual, en unión con los peaks energéticos producidos por otras fuentes renovables, será capaz de satisfacer la demanda energética que necesitamos como sociedad”, destacó Ángela Castillo, Business Development Director – Energy & Process Industries para Black & Veatch Latinoamérica.

Sin embargo, según el último Ebook titulado “Hidrógeno 2022: El Camino al Almacenamiento de Energía” desarrollado por Black & Veatch, hay pocas tecnologías de almacenamiento de energía de larga duración comercialmente factibles, económicamente viables y técnicamente escalables en el mercado. El almacenamiento hidroeléctrico por bombeo es actualmente la única solución, pero sigue estando limitado por la geografía y el acceso al agua, y puede llevar muchos años diseñarlo, autorizarlo y construirlo.

La buena noticia es que el uso del hidrógeno ha respondido satisfactoriamente al proceso de almacenamiento de energía y representa, hasta ahora, la mejor alternativa para dar solución a este gran desafío. “Junto con las baterías -como sistemas de almacenamiento energético-, el hidrógeno puede ser utilizado siempre que se necesite, al igual que las reservas de gas natural o diésel que se utilizan en la actualidad. Esta flexibilidad, y su característica como generador de electricidad libre de carbón y minerales, brinda grandes beneficios que compensan las pérdidas de conversión a medida que el hidrógeno se extrae del agua, se almacena y luego se usa en turbinas o motores de respaldo que son las fuentes de equipos de energía convencionales que producen electricidad”, destaca el documento.

Además, según el mismo, si bien el almacenamiento de energía de hidrógeno aún requeriría minerales para construir los electrolizadores que descomponen el agua en hidrógeno, ese capital es un costo irrecuperable. Una vez que se construye el electrolizador éste puede procesar grandes cantidades de hidrógeno durante largos períodos de tiempo (décadas), a diferencia de las baterías de litio, hierro y zinc, que requerirán una alimentación continua de minerales teniendo en cuenta su vida útil más corta.

En resumen, “los proyectos de almacenamiento de energía de hidrógeno deben demostrarse y luego escalarse, en última instancia, con el apoyo de las empresas de servicios públicos y los proveedores de generación de energía, demostrando que la tecnología del hidrógeno puede escalar y ayudará a avanzar, reduciendo el costo (…) La verdadera adopción también requerirá cambios regulatorios e incentivos gubernamentales. Cuanto más pueda el gobierno incentivar a las empresas de servicios públicos para que inicien una transición limpia hacia el almacenamiento de energía de larga duración, más exitosos seremos” finaliza.

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Descarbonización de la minería: Análisis plantea que un paso en falso podría ocasionar grandes pérdidas y retrasar el proceso

Este 2050 está marcado como el año clave para lograr que las empresas mineras logren ser carbono neutral al 100%, avanzando paulatinamente desde una reducción del 50% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en 2030 hasta alcanzar la meta final.

El objetivo está claro, así como el conocimiento de que, para alcanzarlo, se hace indispensable que las empresas integren el uso de de energías renovables al proceso (como solar, eólica, sistemas de almacenamiento de energía en baterías e hidroeléctrica, entre otras) junto con la implementación de tecnologías y combustibles limpios como Hidrogeno Verde (Green H2), lo cual debe comenzar a implementarse desde ya y en forma gradual, para ir midiendo los resultados de cada etapa y tomar acciones correctivas a tiempo, gestionando una inversión inteligente que asegure la continuidad del negocio.

Enrique Sastre, project manager de Black & Veatch destacó que “para avanzar en la forma esperada, y dado que en Chile (y toda la región) muchas de las nuevas tecnologías y know how llegan con algo de retraso en comparación con otros países, es de vital importancia que las operaciones mineras reciban un asesoramiento global experto sobre la mejor manera de avanzar hacia los objetivos planteados en materia de descarbonización, estableciendo una Hoja de Ruta estratégica que permita definir el qué, cómo, en qué medida y cuándo lograrlo. No se puede ir de 100 a cero emisiones en un corto plazo, ya que un paso en falso podría ocasionar grandes pérdidas e incluso retrasar más el proceso. Es importante que las iniciativas a implementar vayan de la mano con el avance tecnológico y soluciones probadas”.

Definiendo el camino

En detalle, este documento (Hoja de Ruta) que se elabora paso a paso y va definiendo plazos de cinco años para ir cumpliendo objetivos asociados a la sustentabilidad ambiental, determina -en su etapa inicial- cuáles son los procesos y principales equipos que actualmente generan emisiones de carbono en cada unidad minera, cuantificando sus emisiones y posteriormente definiendo cómo poder ir sustituyéndolos por tecnologías comprobadas que se adapten a las necesidades de cada empresa y aseguren los resultados esperados.

En este sentido -y por lo general- el mayor foco generador de emisiones está asociado al proceso de explotación minero, el cual requiere el uso de equipos de grandes dimensiones, los cuales pueden llegar a ser los responsables de más del 80% de las emisiones en algunas operaciones mineras y la tecnología actualmente disponible requiere de un mayor desarrollo para poder contar con motores impulsados por energías verdes para tal capacidad sin reducir la productividad.

“Este es uno de los factores por los que sabemos que el proceso de descarbonización minera no es algo inmediato, e incluirá no solo un proceso de cambio tecnológico sino también un proceso adaptativo. Es un proyecto a largo plazo que requiere de mucha planificación y la integración de distintos actores en el tablero (gobierno, empresas mineras y proveedores) para ir desarrollando en conjunto las mejores estrategias y alternativas para avanzar hacia este objetivo común», añade Sastre.

Otro de los ejes fundamentales de este documento es analizar la fuente de energía renovable asociada a cada proyecto, lo cual “es un poco más fácil gracias a que hoy contamos con la posibilidad de acudir a empresas proveedoras de este tipo de servicios y solicitar un suministro 100% limpio mientras se evalúa la alternativa de, posiblemente, construir una matriz energética limpia propia”, comenta.

“En resumen, el puntapié inicial para comenzar a avanzar en el proceso de descarbonización minera es establecer un roadmap que analice la situación actual de cada proyecto u operación; cuáles son los equipos mineros con los que cuenta, fondos disponibles y tecnologías más recomendadas que realmente sean factibles de ir incorporando poco a poco al proceso, haciendo un análisis de cómo esto irá disminuyendo en el tiempo la emisión de GEI. En paralelo, se analizará entonces todo el detalle relacionado a la fuente energética utilizada por cada faena, cómo y cuál es la mejor recomendación para hacer la transición hacia fuentes de energía limpia, y comenzar la etapa de estudios de prefactibilidad de todo el proyecto, pasando por  ingeniería básica, ingeniería de detalles, la ejecución y construcción de parques de generación de energía, precomisionamiento, comisionamiento, hasta la entrega o transferencia de los activos hacia el cliente para su operación final”, finaliza el ejecutivo.

Con todo lo anterior, queda claro que alcanzar las cero emisiones en la industria minera al año 2050 es completamente factible, pero se requiere de un trabajo organizado, muy planificado, con pasos comprobados y el aporte de proveedores expertos que apoyen esta gestión a fin de garantizar pasos concretos sin pérdidas inesperadas.

Descarbonización: ¿Cómo avanza el sector minero en incorporación de energías limpias en sus operaciones?

Descarbonización: ¿Cómo avanza el sector minero en incorporación de energías limpias en sus operaciones?

Ante la meta de descarbonización global, y el compromiso que las compañías mineras han suscrito voluntariamente para reducir su huella de carbono entre 2030 y 2050, se abren inquietudes sobre cuáles son los requerimientos necesarios para lograr este desafío y los que ellos conllevan para cubrir la mayor demanda de energía que se proyecta para el suministro del sector minero.

Frente a ello, el Project Manager de Black & Veatch, Sergio González Arraño, conversó con ELECTRICIDAD, analizando cómo progresa la industria en este camino. Destaca que «para que la agenda de descarbonización y el uso eficiente de energía se materialice, es necesaria la inversión en etapas de estudio y planificación que permitan a las compañías mineras implementar mejoras y cambios en su actual gestión de recursos».

En cuanto a los desafíos que se imponen en el camino a la energía limpia, el ejecutivo señala que «muchas de las tecnologías que van a contribuir a reducir la huella de carbono están en proceso de desarrollo o etapas tempranas de implementación, por lo que debemos esperar a su maduración y que las compañías mineras puedan validar su uso en operaciones».

¿Cómo ha avanzado el sector minero hacia la descarbonización y la planificación para la incorporación de energía limpia y cómo se ha integrado el uso de éstas en la industria?

La industria minera sigue avanzando en el desarrollo de iniciativas y proyectos que contribuyen a la descarbonización de sus operaciones. A nivel de gobierno, Chile está realizando importantes avances para reemplazar la matriz de generación energética a partir de combustibles fósiles por energías limpias, y la nueva Ley de Cambio Climático apunta también en esta dirección. Sin embargo, el uso de combustibles fósiles continúa siendo la principal fuente para generación de energía.

Las compañías mineras se han suscrito voluntariamente a compromisos para reducir su huella de carbono entre 2030 y 2050. Esta meta considera, al menos, los alcances 1 y 2 definidos por el GHG (Green House Gas) Protocol, que incluye la generación de energía propia y la de proveedores directos.

Pese a que gran parte de las compañías mineras persiguen objetivos similares en cuanto a descarbonización apuntando a carbono neutralidad, no existe un enfoque único o receta probada para lograr esta meta, pues los requerimientos que tiene cada operación son distintos y por tanto se deben contemplar soluciones a medida.

Las mejoras aplicadas hoy en día a respecto a la eficiencia en operaciones del sector minero están contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar parte de las fuentes de energía fósiles (como Diesel y/o carbón que son entregadas en su mayoría por el Sistema Interconectado Central) por fuentes renovables. El incremento en la eficiencia de las operaciones mineras se asocia también al uso de nuevas tecnologías y la digitalización de las operaciones para una mejor gestión de activos. Estas mejoras permiten un uso más eficiente de la energía y contribuyen también a los objetivos de descarbonización.

De manera indirecta, un mejor uso de los recursos hídricos en las operaciones mineras puede contribuir también a los objetivos de descarbonización y mejor uso de la energía. Por ejemplo, el suministro hídrico de operaciones mineras en el norte de Chile contempla el transporte de agua desde zonas con mayor abundancia de este recurso que se encuentran lejanas a las operaciones, demandando un alto consumo energético que se puede reducir al contar con una mejor gestión de recursos en la operación. Con iniciativas que apunten a mitigar pérdidas de agua, el reúso de efluentes y de agua contenida en depósitos de relaves, es posible reducir el consumo de agua fresca y de esta manera obtener ahorros en materia de energía asociados al transporte y tratamiento de agua.

La incorporación de vehículos eléctricos e impulsados por celdas de hidrógeno verde están teniendo una mayor relevancia en el sector minero. La electromovilidad también aportará a los objetivos de sustentabilidad de la industria. En este ámbito, el desarrollo es todavía incipiente y no se ha constituido una industria de suministro que permita llevar a escala mayor los desarrollos que se encuentran actualmente a escala piloto de electrolineras e hidrolineras. Pese a ello, nuestra impresión como consultores es que los esfuerzos van en la dirección correcta y que en medida que estas primeras iniciativas obtengan un buen resultado, podrán establecer precedentes para que más compañías del sector minero inviertan en estas soluciones y se pueda generar una tendencia.

Para que la agenda de descarbonización y el uso eficiente de energía se materialice es necesaria la inversión en etapas de estudio y planificación que permitan a las compañías mineras implementar mejoras y cambios en su actual gestión de recursos. En este sentido, los programas de descarbonización en todos los niveles requieren una comprensión de cómo las tecnologías heredadas, las nuevas y las que pronto se encontrarán disponibles en el mercado pueden funcionar en conjunto. El esfuerzo a destinar en las etapas de planificación de la agenda de descarbonización debe involucrar a distintos actores, incluyendo la cadena de proveedores y prestadores de servicios con el objetivo de que la incorporación de nuevos planes de gestión y tecnologías sea llevada a cabo de manera eficiente y sin sobresaltos.

En resumen, al adoptar fuentes de energía con un menor impacto ambiental y optar por tecnologías y modelos de gestión de recursos más eficientes, es posible avanzar en los objetivos de descarbonización y lograr resultados en materia de eficiencia energética. Como el uso de fuentes de energía fósiles forma parte relevante de la cadena de suministros del sector minero, es un desafío mayor el apuntar a metas de carbono neutralidad en el corto y mediano plazo, para tal efecto resultará necesario un mayor esfuerzo y colaboración que contemple la participación tanto de la industria minera, como de empresas proveedoras y del Estado.

¿Cómo contribuyen las empresas proveedoras y asociadas a la minería a lograr la meta de la descarbonización?

Las empresas proveedoras pueden contribuir directa e indirectamente en el cumplimiento de las metas de descarbonización de la industria minera. En forma directa contribuyen a facilitar el cambio con el desarrollo y suministro de tecnologías más eficientes y con experiencia en el desarrollo e implementación de proyectos asociados al uso de fuentes más limpias de energía y uso más eficiente de los recursos. En la medida en que los proveedores incorporen metas de descarbonización en sus propias operaciones y cadenas de suministro, también contribuirán al cumplimiento de los objetivos de la industria minera de manera indirecta.

 ¿Qué metas destacaría que se ha fijado la industria minera en Chile para el corto, mediano y largo plazo en esta temática?

Como contexto, el sector minero en Chile contribuye en forma importante a la emisión de dióxido de carbono (CO2) a escala nacional. Alrededor del 30% de la electricidad se utiliza para abastecimiento de faenas mineras, siendo fundamental para la extracción, procesamiento de minerales y suministro hídrico de las operaciones. Un 40% de la energía eléctrica es generada en base a carbón, y el suministro eléctrico que se encuentra disponible para gran parte de la minería proviene de empresas generadoras que emplean fuentes de combustible fósiles. Por tanto, cualquier cambio que permita prescindir de fuentes de carbono en la matriz energética resulta fundamental para el cumplimiento de las metas de descarbonización del sector minero y como país.

En los últimos años, la demanda energética del sector minero ha aumentado anualmente un promedio de 4%. A pesar de que los procesos de producción tienen un notable potencial de ahorro y de que Chile depende casi completamente de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón, los planes concretos para la implementación de medidas de eficiencia energética han jugado un rol minoritario.

En la actualidad la Ley de Eficiencia Energética pretende aplicar medidas de ahorro energético a los mayores consumidores de energía del país, incluyendo al sector minero. Este desarrollo adquiere un empuje adicional a través de Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC 2017-22), la discusión sobre las metas ambiciosas en materia de protección climática (NDC) y el compromiso de Carbono Neutralidad que tiene nuestro país.

Actualmente hay varias iniciativas que se están llevando a cabo para reemplazar el uso de combustibles fósiles e implementar flotas de vehículos eléctricos o que permitan el uso de hidrógeno como combustible. Muchas de estas iniciativas están todavía en etapa de planificación o a escala piloto.

A mediano plazo, la expectativa es ver una mayor incorporación de flotas eléctricas para vehículos ligeros y buses de transporte.

En el largo plazo se espera una mayor incorporación del uso de hidrógeno y electricidad para vehículos de mayor tamaño que son parte de las operaciones mineras.  Como complemento de estas iniciativas se espera que haya un desarrollo de proyectos de generación de energía que permita el reemplazo de combustibles fósiles para el suministro de las operaciones mineras.

Hoy en día, las empresas mineras tienen una gran oportunidad de contribuir directamente a la transición energética verde al proporcionar muchas de las materias primas que se encuentran en la parte superior de la cadena de valor: cobre, litio, cobalto y níquel. Además, si producen estos materiales con una menor huella de carbono, es probable que puedan cobrar un precio considerablemente superior. La cuestión ya no es si las empresas mineras deben o no perseguir la descarbonización, sino cómo hacer que la descarbonización sea rentable desde el punto de vista medioambiental y financiero. Es por lo anterior que en Black & Veatch estamos orientados a acompañar a nuestros clientes en la ruta de la transición energética con planes a su medida y necesidades.

¿Cuáles son los principales desafíos que implica el camino hacia esta meta?

Muchas de las tecnologías que van a contribuir a reducir la huella de carbono están en proceso de desarrollo o etapas tempranas de implementación, por lo que debemos esperar a su maduración y que las compañías mineras puedan validar su uso en operaciones.

Otro desafío es la instauración de cadenas de suministro para las nuevas tecnologías que se encuentran en desarrollo, así como también el desarrollo de la infraestructura que podrá facilitar su incorporación a las operaciones mineras, lo que podría también incluir el desarrollo de nuevas plantas de generación de energía para el reemplazo de los combustibles fósiles. Se requerirá el desarrollo de infraestructura para generación de energías limpias a gran escala para reemplazar las generadoras que emplean combustibles fósiles y para cubrir la mayor demanda de energía que se proyecta para el sector minero.

El Estado también juega un rol importante y puede facilitar la adopción de tecnologías sustentables promoviendo un marco regulatorio que fomente el desarrollo proyectos que ayuden a descarbonizar la matriz energética, incentivar un mejor uso de los recursos, el desarrollo de industrias locales que contribuyan a la cadena de suministros, generar incentivos para la inversión, entre otras medidas.

 

 

 

 

Plantean que Hojas de Ruta empresariales son clave para alcanzar metas mundiales de descarbonización

El año 2021 fue trascendental en todos los aspectos, desde cambios culturales y una revolución laboral hasta inversiones gubernamentales masivas en infraestructura y un impulso más fuerte que nunca para combatir el cambio climático, lo que implicó, para muchas empresas, llevar sus esfuerzos de sostenibilidad y descarbonización a nuevas alturas.

Estos cambios toman en cuenta los acuerdos firmados durante la COP26 (noviembre 2021), donde más de 130 países se comprometieron a detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para 2030, y más de 100 firmaron el Compromiso Mundial de Metano para reducir colectivamente las emisiones de metano en un 30% para fines de esta década, además de las 215 empresas que ya han firmado el compromiso climático: un esfuerzo colectivo entre la comunidad empresarial destinado a lograr emisiones netas de carbono cero para 2040.

Óscar Falcón, vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, hizo un análisis sobre esta situación, y determinó que “cuando hacemos un balance de todo lo que se ha logrado, todas las metas establecidas y las promesas firmadas, esto es un progreso tangible y significativo; más, sin embargo, no es suficiente. Hay un largo camino por recorrer entre las metas y la ejecución, y una de las fases más críticas de la transición energética es el desarrollo de estrategias y planes detallados con pasos claros (Hojas de Ruta) para reducir las huellas de carbono y alcanzar los objetivos de sostenibilidad”.

La planificación y la flexibilidad son clave

Una encuesta global conjunta entre las empresas GreenBiz y Black & Veatch, detallada en el informe de Medición y Establecimiento de Metas de Sostenibilidad Corporativa de 2021, encontró que más del 80% de las empresas encuestadas con ingresos superiores a $250 millones han establecido metas de reducción de gases de efecto invernadero, pero el 25% no está seguro de cómo hacerlo.

En este sentido, Óscar Falcón,  destaca que “a medida que descubran cómo avanzar, las empresas deberán mantener un equilibrio activo de planificación y flexibilidad para tomar decisiones informadas mientras el panorama de la sostenibilidad continúa evolucionando. Los enfoques exitosos para la descarbonización serán adaptativos y se irán evaluando, y teniendo en cuenta los parámetros únicos de cada situación ya que, con una gama tan amplia de objetivos, tecnologías disponibles, consideraciones geográficas e incertidumbres de costos, no existe una metodología única para todas las empresas, por lo que cada una deberá desarrollar la estrategia u Hoja de Ruta que mejor se adapte a sus necesidades, y contar con partners especializados que entiendan las necesidades de cada negocio es clave”.

Un buen punto de partida para cualquier empresa es definir dónde está y dónde quiere estar, para luego identificar sus brechas priorizando la flexibilidad y desarrollando estrategias de “gatear, caminar o correr”. “Una vez que una entidad tiene sus prioridades en orden, puede comenzar a evaluar soluciones, combinando cada desafío con las tecnologías adecuadas para superarlo”, añadió Falcón.

Aprovechamiento de la tecnología

A medida que se desarrollen estrategias de descarbonización, estas se basarán en nuevas tecnologías y otras en desarrollo para satisfacer las crecientes necesidades energéticas.

Hacer apuestas estratégicas pero informadas sobre tecnologías y combustibles bajos en carbono emergentes como el amoníaco, el hidrógeno, la captura de carbono, los biocombustibles y el almacenamiento a largo plazo es un desafío, ya que la viabilidad comercial y el cronograma de estas tecnologías están en constante evolución a través de inversiones, investigación y desarrollo, y políticas.

Por esta razón, “cada Hoja de Ruta necesita una experiencia tecnológica significativa para garantizar que las entidades estén posicionadas estratégica y tácticamente para tomar las mejores decisiones económicas y tecnológicas posibles para cumplir con sus objetivos de descarbonización”, comenta el ejecutivo.

A su vez, las tecnologías digitales ofrecen otro conjunto crítico de oportunidades para apoyar el logro de los objetivos de descarbonización. En la era de Big Data, tenemos la capacidad de recopilar y analizar grandes cantidades de información creando una vista de 360 grados de nuestra infraestructura. Esta capacidad nos permite impulsar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono.

Crear un plan de juego

La planificación de la descarbonización puede ser una tarea desalentadora, ya que las mejores Hojas de Ruta consideran el correcto proceder para períodos de tiempo de hasta 30 años en el futuro, lo que hace que, a menudo, las empresas se sienten abrumadas por la cantidad de alternativas y los grados de incertidumbre existentes en distintos caminos.

Por esta razón, desarrollar estas Hojas de Ruta con empresas especializadas en el área, permite que, a medida que las compañías enfrentan este desafío, determinen y programen los pasos esenciales que pueden hacer que la creación de una estrategia de descarbonización ejecutable sea más fácil de lograr. “En resumen, aquellos que buscan descarbonizar deben ser lo suficientemente valientes como para adoptar nuevas tecnologías, lo suficientemente inteligentes como para saber cuándo pedir ayuda a expertos externos y lo suficientemente flexibles como para anticipar cambios de rumbo en el camino según sea necesario”, comentó Oscar Falcón.

“Los objetivos de sostenibilidad para 2050 pueden parecer lejanos, pero menos de tres décadas es poco tiempo para revolucionar la forma en que operan nuestras industrias. Desarrollar estrategias detalladas de descarbonización ahora será crucial para tomar medidas concretas en la dirección correcta, preparando a las empresas y las naciones para el éxito de la descarbonización a largo plazo”, finalizó.

Plantean que Hojas de Ruta empresariales son clave para alcanzar metas mundiales de descarbonización

Plantean que Hojas de Ruta empresariales son clave para alcanzar metas mundiales de descarbonización

El año 2021 fue trascendental en todos los aspectos, desde cambios culturales y una revolución laboral hasta inversiones gubernamentales masivas en infraestructura y un impulso más fuerte que nunca para combatir el cambio climático, lo que implicó, para muchas empresas, llevar sus esfuerzos de sostenibilidad y descarbonización a nuevas alturas.

Estos cambios toman en cuenta los acuerdos firmados durante la COP26 (noviembre 2021), donde más de 130 países se comprometieron a detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para 2030, y más de 100 firmaron el Compromiso Mundial de Metano para reducir colectivamente las emisiones de metano en un 30% para fines de esta década, además de las 215 empresas que ya han firmado el compromiso climático: un esfuerzo colectivo entre la comunidad empresarial destinado a lograr emisiones netas de carbono cero para 2040.

Óscar Falcón, vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, hizo un análisis sobre esta situación, y determinó que “cuando hacemos un balance de todo lo que se ha logrado, todas las metas establecidas y las promesas firmadas, esto es un progreso tangible y significativo; más, sin embargo, no es suficiente. Hay un largo camino por recorrer entre las metas y la ejecución, y una de las fases más críticas de la transición energética es el desarrollo de estrategias y planes detallados con pasos claros (Hojas de Ruta) para reducir las huellas de carbono y alcanzar los objetivos de sostenibilidad”.

La planificación y la flexibilidad son clave

Una encuesta global conjunta entre las empresas GreenBiz y Black & Veatch, detallada en el informe de Medición y Establecimiento de Metas de Sostenibilidad Corporativa de 2021, encontró que más del 80% de las empresas encuestadas con ingresos superiores a $250 millones han establecido metas de reducción de gases de efecto invernadero, pero el 25% no está seguro de cómo hacerlo.

En este sentido, Óscar Falcón,  destaca que “a medida que descubran cómo avanzar, las empresas deberán mantener un equilibrio activo de planificación y flexibilidad para tomar decisiones informadas mientras el panorama de la sostenibilidad continúa evolucionando. Los enfoques exitosos para la descarbonización serán adaptativos y se irán evaluando, y teniendo en cuenta los parámetros únicos de cada situación ya que, con una gama tan amplia de objetivos, tecnologías disponibles, consideraciones geográficas e incertidumbres de costos, no existe una metodología única para todas las empresas, por lo que cada una deberá desarrollar la estrategia u Hoja de Ruta que mejor se adapte a sus necesidades, y contar con partners especializados que entiendan las necesidades de cada negocio es clave”.

Un buen punto de partida para cualquier empresa es definir dónde está y dónde quiere estar, para luego identificar sus brechas priorizando la flexibilidad y desarrollando estrategias de “gatear, caminar o correr”. “Una vez que una entidad tiene sus prioridades en orden, puede comenzar a evaluar soluciones, combinando cada desafío con las tecnologías adecuadas para superarlo”, añadió Falcón.

Aprovechamiento de la tecnología

A medida que se desarrollen estrategias de descarbonización, estas se basarán en nuevas tecnologías y otras en desarrollo para satisfacer las crecientes necesidades energéticas.

Hacer apuestas estratégicas pero informadas sobre tecnologías y combustibles bajos en carbono emergentes como el amoníaco, el hidrógeno, la captura de carbono, los biocombustibles y el almacenamiento a largo plazo es un desafío, ya que la viabilidad comercial y el cronograma de estas tecnologías están en constante evolución a través de inversiones, investigación y desarrollo, y políticas.

Por esta razón, “cada Hoja de Ruta necesita una experiencia tecnológica significativa para garantizar que las entidades estén posicionadas estratégica y tácticamente para tomar las mejores decisiones económicas y tecnológicas posibles para cumplir con sus objetivos de descarbonización”, comenta el ejecutivo.

A su vez, las tecnologías digitales ofrecen otro conjunto crítico de oportunidades para apoyar el logro de los objetivos de descarbonización. En la era de Big Data, tenemos la capacidad de recopilar y analizar grandes cantidades de información creando una vista de 360 grados de nuestra infraestructura. Esta capacidad nos permite impulsar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono.

Crear un plan de juego

La planificación de la descarbonización puede ser una tarea desalentadora, ya que las mejores Hojas de Ruta consideran el correcto proceder para períodos de tiempo de hasta 30 años en el futuro, lo que hace que, a menudo, las empresas se sienten abrumadas por la cantidad de alternativas y los grados de incertidumbre existentes en distintos caminos.

Por esta razón, desarrollar estas Hojas de Ruta con empresas especializadas en el área, permite que, a medida que las compañías enfrentan este desafío, determinen y programen los pasos esenciales que pueden hacer que la creación de una estrategia de descarbonización ejecutable sea más fácil de lograr. “En resumen, aquellos que buscan descarbonizar deben ser lo suficientemente valientes como para adoptar nuevas tecnologías, lo suficientemente inteligentes como para saber cuándo pedir ayuda a expertos externos y lo suficientemente flexibles como para anticipar cambios de rumbo en el camino según sea necesario”, comentó Oscar Falcón.

“Los objetivos de sostenibilidad para 2050 pueden parecer lejanos, pero menos de tres décadas es poco tiempo para revolucionar la forma en que operan nuestras industrias. Desarrollar estrategias detalladas de descarbonización ahora será crucial para tomar medidas concretas en la dirección correcta, preparando a las empresas y las naciones para el éxito de la descarbonización a largo plazo”, finalizó.