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Software chileno ayuda a disminuir efecto de desastres naturales en las carreteras

Chile es un país con larga historia de desastres naturales. En muchas ocasiones terremotos, aluviones, erupciones volcánicas o grandes lluvias han dañado caminos y carreteras, dejando partes del territorio aislados. ¿Es posible, en base a lo ocurrido en el pasado, prever cómo responderá la infraestructura vial a los desastres?

Esa pregunta se planteó hace casi 20 años el Dr. Tomás Echaveguren Navarro, académico de la Universidad de Concepción, quien junto a la Dirección de Vialidad y el Centro EULA comenzó a estudiar los efectos de eventos naturales en la red vial. En una primera etapa, recopiló información de los cortes de caminos producidos desde 1999 a 2009, clasificando el nivel de riesgo que tenía cada ruta de verse afectada por estos incidentes.

“La investigación científica disponible es nuestro punto de partida. Nos hicimos la pregunta acerca de cómo ese conocimiento lo transformamos en algo que sea útil para los ingenieros y los geógrafos, pero también que tenga un soporte científico, o sea que tenga credibilidad en su concepción y su desarrollo”, detalló el académico.

Con esto en mente, se asoció a la Dra. Alondra Chamorro Giné, de la Pontificia Universidad Católica, desarrollando modelos que permitieran estimar el riesgo de cortes de caminos. Luego de años de investigación, finalmente se logró entregar al Ministerio de Obras Públicas la licencia para operar un software capaz de analizar el riesgo físico o la vulnerabilidad social de la red ante cada amenaza.

La herramienta, llamada “Sistema de Gestión de Riesgos en Redes Viales” (SiGeR-RV), tiene además la capacidad de optimizar las estrategias de mitigación y restauración, además de analizar y priorizar gastos de mantención y asignación presupuestaria. “La plataforma va a quedar alojada en el MOP para que pueda ser utilizada como bien público y va a permitir identificar las infraestructuras que son más críticas dentro de la red y, a partir de eso, optimizar la inversión para tener una red más resiliente, con menos riesgo y, por tanto, con menos impactos negativos para la sociedad”, explicó la profesora Chamorro.

Adelantarse y responder a las catástrofes

El valor estratégico de esta tecnología es que responde a los tratados de Hyogo y de Sendai, que establecen que los países tienen que ser resilientes ante los desastres naturales y el cambio climático. “Tenemos que prepararnos y acostumbrarnos porque estas amenazas seguirán en aumento”, apuntó la Dra. Chamorro.

Primero debemos entender cómo funciona nuestra infraestructura y cómo podemos invertir de manera estratégica, entendiendo la escasez de recursos”, añadió.

Para ello, la plataforma permite simular eventos extremos de emergencias naturales e informa sobre situaciones críticas, como puentes debilitados, cortes de ruta u otros efectos.

El director nacional de vialidad (MOP), Jaime Retamal, destacó que el software propone una mirada preventiva, que facilita el diseño y planificación de las políticas públicas. “Los eventos que ocurrían tras cierta cantidad de década hoy pueden estar pasando cada dos o tres años y, por lo tanto, la forma en que tradicionalmente hacíamos la planificación y los diseños de la estructura pública ya no es la misma”, y agregó “La velocidad con la que podemos ponernos a tono con estas necesidades redunda en un mayor beneficio social para nuestra gente”.

Retamal destacó que el pilar de este proyecto es la colaboración entre el Estado, las universidades y agentes privados. En efecto, en distintas etapas se sumaron actores como la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la asociación gremial COPSA -que agrupa a las empresas de concesión vial en nuestro país- el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres Naturales (Cigiden), el Instituto de Geografía de la UC, e investigadores internacionales como la Dra. Susan Cutter, académica de la University of South Carolina, así como expertos de las universidades de Delaware, de Boulder Colorado y la Universidad de Oakland (EE. UU.).

Tecnología “made in Chile”

En países como Estados Unidos y Nueva Zelandia ya existen sistemas similares. Un ejemplo es Hazus, desarrollado por la Federal Emergency Management Agency. Sin embargo, esas tecnologías no integran todas las amenazas que pueden afectar a Chile, como el riesgo de tsunamis o erupciones volcánicas. “El nivel de detalle que nosotros estamos logrando es muy específico y característico de nuestra geografía y de nuestras amenazas”, aseguró el Dr. Echaveguren.

“Este caso de investigación colaborativa e interdisciplinaria, con un impacto social concreto y cuyos resultados serán gestionados por una institución pública nos llena de orgullo”, comentó Andrea Catalán Lobos, directora ejecutiva de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad de Concepción. Se trata de un ejemplo de cómo se avanza en la búsqueda del desarrollo de ciencia con impacto en Chile.

“La transferencia tecnológica es una herramienta virtuosa para que la sociedad se beneficie de las capacidades, experiencias y visiones de futuro de los investigadores y los profesionales de la OTL UdeC están dedicados a acompañar y a apoyar estos procesos”, agregó.

El software, que podrá monitorear a través del MOP los caminos no concesionados, debe mantenerse en constante actualización, con lo que podría avanzar a las vías concesionadas y otras infraestructuras críticas.

Algunos casos ya analizados a través de simulaciones son los caminos que unen las comunas de Villarrica y Pucón, la conectividad de Santiago con los puertos de San Antonio y Valparaíso y el peligro de deslizamientos en las cuencas del Maipo y el Aconcagua, permitiendo anticipar el efecto de potenciales daños en la distribución eléctrica y de agua potable, accesibilidad y concentración del tráfico vehicular, entre otros usos.

Software chileno ayuda a disminuir efecto de desastres naturales en las carreteras

Software chileno ayuda a disminuir efecto de desastres naturales en las carreteras

Chile es un país con larga historia de desastres naturales. En muchas ocasiones terremotos, aluviones, erupciones volcánicas o grandes lluvias han dañado caminos y carreteras, dejando partes del territorio aislados. ¿Es posible, en base a lo ocurrido en el pasado, prever cómo responderá la infraestructura vial a los desastres?

Esa pregunta se planteó hace casi 20 años el Dr. Tomás Echaveguren Navarro, académico de la Universidad de Concepción, quien junto a la Dirección de Vialidad y el Centro EULA comenzó a estudiar los efectos de eventos naturales en la red vial. En una primera etapa, recopiló información de los cortes de caminos producidos desde 1999 a 2009, clasificando el nivel de riesgo que tenía cada ruta de verse afectada por estos incidentes.

“La investigación científica disponible es nuestro punto de partida. Nos hicimos la pregunta acerca de cómo ese conocimiento lo transformamos en algo que sea útil para los ingenieros y los geógrafos, pero también que tenga un soporte científico, o sea que tenga credibilidad en su concepción y su desarrollo”, detalló el académico.

Con esto en mente, se asoció a la Dra. Alondra Chamorro Giné, de la Pontificia Universidad Católica, desarrollando modelos que permitieran estimar el riesgo de cortes de caminos. Luego de años de investigación, finalmente se logró entregar al Ministerio de Obras Públicas la licencia para operar un software capaz de analizar el riesgo físico o la vulnerabilidad social de la red ante cada amenaza.

La herramienta, llamada “Sistema de Gestión de Riesgos en Redes Viales” (SiGeR-RV), tiene además la capacidad de optimizar las estrategias de mitigación y restauración, además de analizar y priorizar gastos de mantención y asignación presupuestaria. “La plataforma va a quedar alojada en el MOP para que pueda ser utilizada como bien público y va a permitir identificar las infraestructuras que son más críticas dentro de la red y, a partir de eso, optimizar la inversión para tener una red más resiliente, con menos riesgo y, por tanto, con menos impactos negativos para la sociedad”, explicó la profesora Chamorro.

Adelantarse y responder a las catástrofes

El valor estratégico de esta tecnología es que responde a los tratados de Hyogo y de Sendai, que establecen que los países tienen que ser resilientes ante los desastres naturales y el cambio climático. “Tenemos que prepararnos y acostumbrarnos porque estas amenazas seguirán en aumento”, apuntó la Dra. Chamorro.

Primero debemos entender cómo funciona nuestra infraestructura y cómo podemos invertir de manera estratégica, entendiendo la escasez de recursos”, añadió.

Para ello, la plataforma permite simular eventos extremos de emergencias naturales e informa sobre situaciones críticas, como puentes debilitados, cortes de ruta u otros efectos.

El director nacional de vialidad (MOP), Jaime Retamal, destacó que el software propone una mirada preventiva, que facilita el diseño y planificación de las políticas públicas. “Los eventos que ocurrían tras cierta cantidad de década hoy pueden estar pasando cada dos o tres años y, por lo tanto, la forma en que tradicionalmente hacíamos la planificación y los diseños de la estructura pública ya no es la misma”, y agregó “La velocidad con la que podemos ponernos a tono con estas necesidades redunda en un mayor beneficio social para nuestra gente”.

Retamal destacó que el pilar de este proyecto es la colaboración entre el Estado, las universidades y agentes privados. En efecto, en distintas etapas se sumaron actores como la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la asociación gremial COPSA -que agrupa a las empresas de concesión vial en nuestro país- el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres Naturales (Cigiden), el Instituto de Geografía de la UC, e investigadores internacionales como la Dra. Susan Cutter, académica de la University of South Carolina, así como expertos de las universidades de Delaware, de Boulder Colorado y la Universidad de Oakland (EE. UU.).

Tecnología “made in Chile”

En países como Estados Unidos y Nueva Zelandia ya existen sistemas similares. Un ejemplo es Hazus, desarrollado por la Federal Emergency Management Agency. Sin embargo, esas tecnologías no integran todas las amenazas que pueden afectar a Chile, como el riesgo de tsunamis o erupciones volcánicas. “El nivel de detalle que nosotros estamos logrando es muy específico y característico de nuestra geografía y de nuestras amenazas”, aseguró el Dr. Echaveguren.

“Este caso de investigación colaborativa e interdisciplinaria, con un impacto social concreto y cuyos resultados serán gestionados por una institución pública nos llena de orgullo”, comentó Andrea Catalán Lobos, directora ejecutiva de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad de Concepción. Se trata de un ejemplo de cómo se avanza en la búsqueda del desarrollo de ciencia con impacto en Chile.

“La transferencia tecnológica es una herramienta virtuosa para que la sociedad se beneficie de las capacidades, experiencias y visiones de futuro de los investigadores y los profesionales de la OTL UdeC están dedicados a acompañar y a apoyar estos procesos”, agregó.

El software, que podrá monitorear a través del MOP los caminos no concesionados, debe mantenerse en constante actualización, con lo que podría avanzar a las vías concesionadas y otras infraestructuras críticas.

Algunos casos ya analizados a través de simulaciones son los caminos que unen las comunas de Villarrica y Pucón, la conectividad de Santiago con los puertos de San Antonio y Valparaíso y el peligro de deslizamientos en las cuencas del Maipo y el Aconcagua, permitiendo anticipar el efecto de potenciales daños en la distribución eléctrica y de agua potable, accesibilidad y concentración del tráfico vehicular, entre otros usos.

Electromovilidad: Minera Los Pelambres incorpora bus eléctrico y vehículos livianos a su operación

En línea con el compromiso de desarrollar una minería para un futuro mejor, Minera Los Pelambres avanza en su hoja de ruta sustentable, marcando un hito en materia de electromovilidad, a partir de las pruebas de vehículos livianos, equipos de izaje y de transporte mayor en su operación en Chacay, provincia de Choapa.

A las pruebas iniciales de una camioneta 100% eléctrica -con autonomía de 400 kilómetros, gracias al trabajo colaborativo que se viene realizando con la empresa Salfa, se suma un bus 100% eléctrico, vehículo de transporte de pasajeros que prestará servicios en distintas áreas operacionales durante octubre, como parte de una primera fase exploratoria.

De acuerdo a cifras de Naciones Unidas, un bus eléctrico puede evitar la emisión de cerca de 54 toneladas anuales de CO2, mientras que un estudio realizado por BYD comprobó que el consumo en combustible puede ser hasta 76% más barato en comparación con un bus diésel.

Nos encontramos explorando opciones de entrar en esta ruta del uso de la energía eléctrica, principalmente en el mundo de los vehículos, con los de transporte de pasajeros”, señaló Miguel Marín, superintendente de Servicio a las Personas de Minera Los Pelambres.

El ejecutivo afirmó que esta fase, que durará 30 días, “nos va a permitir tener los datos de los comportamientos de estos vehículos, sobre todo en nuestra geografía que considera hartas curvas y pendientes. Tenemos que ver el comportamiento técnico en nuestra realidad”.

Los autos eléctricos utilizan cuatro veces más cobre que uno convencional, tanto en sus baterías, cables, motores y estructuras de cargas, lo que ratifica la contribución de la minería a un futuro más sustentable, a través de un mayor uso de energías renovables y de la electromovilidad”, indicó Patricio Pinto, gerente de Asuntos Públicos de Minera Los Pelambres. Además de no generar emisiones al medioambiente, este medio de transporte es casi totalmente silencioso frente al desempeño de los autos convencionales.

El bus, de la empresa Tándem, es capaz de completar su carga de energía en 10 horas. “Al principio se nota la diferencia porque el motor del bus eléctrico no suena nada. En el motor convencional uno se guía por el ruido para pasar los cambios y aquí eso cambia completamente. En el bus no se siente nada, no suena, el andar es mucho más cómodo y es más seguro que un bus normal”, dijo Walter Bustamante, chofer de Tándem.

Los Pelambres dio los primeros pasos hacia la electromovilidad a inicios de año, cuando incorporó un automóvil eléctrico al área Puerto y un par de vehículos SUV en la Fundación Minera Los Pelambres, los que disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero al dejar de generar 11,28 toneladas de CO2 en un año.

Extreme E

La compañía, perteneciente a Antofagasta Minerals, hace suya de esta manera la estrategia de cambio climático definida por el Grupo Minero, que busca mitigar y adaptar las operaciones ante este nuevo escenario. En este marco, impulsó el debut de la Extreme E en Chile y Sudamérica, la carrera internacional de autos eléctricos todo terreno, que se realizó el pasado 24 y 25 de septiembre en la región de Antofagasta, en las cercanías de Minera Centinela que pertenece al grupo.

Electromovilidad: Minera Los Pelambres incorpora bus eléctrico y vehículos livianos a su operación

Electromovilidad: Minera Los Pelambres incorpora bus eléctrico y vehículos livianos a su operación

En línea con el compromiso de desarrollar una minería para un futuro mejor, Minera Los Pelambres avanza en su hoja de ruta sustentable, marcando un hito en materia de electromovilidad, a partir de las pruebas de vehículos livianos, equipos de izaje y de transporte mayor en su operación en Chacay, provincia de Choapa.

A las pruebas iniciales de una camioneta 100% eléctrica -con autonomía de 400 kilómetros, gracias al trabajo colaborativo que se viene realizando con la empresa Salfa, se suma un bus 100% eléctrico, vehículo de transporte de pasajeros que prestará servicios en distintas áreas operacionales durante octubre, como parte de una primera fase exploratoria.

De acuerdo a cifras de Naciones Unidas, un bus eléctrico puede evitar la emisión de cerca de 54 toneladas anuales de CO2, mientras que un estudio realizado por BYD comprobó que el consumo en combustible puede ser hasta 76% más barato en comparación con un bus diésel.

Nos encontramos explorando opciones de entrar en esta ruta del uso de la energía eléctrica, principalmente en el mundo de los vehículos, con los de transporte de pasajeros”, señaló Miguel Marín, superintendente de Servicio a las Personas de Minera Los Pelambres.

El ejecutivo afirmó que esta fase, que durará 30 días, “nos va a permitir tener los datos de los comportamientos de estos vehículos, sobre todo en nuestra geografía que considera hartas curvas y pendientes. Tenemos que ver el comportamiento técnico en nuestra realidad”.

Los autos eléctricos utilizan cuatro veces más cobre que uno convencional, tanto en sus baterías, cables, motores y estructuras de cargas, lo que ratifica la contribución de la minería a un futuro más sustentable, a través de un mayor uso de energías renovables y de la electromovilidad”, indicó Patricio Pinto, gerente de Asuntos Públicos de Minera Los Pelambres. Además de no generar emisiones al medioambiente, este medio de transporte es casi totalmente silencioso frente al desempeño de los autos convencionales.

El bus, de la empresa Tándem, es capaz de completar su carga de energía en 10 horas. “Al principio se nota la diferencia porque el motor del bus eléctrico no suena nada. En el motor convencional uno se guía por el ruido para pasar los cambios y aquí eso cambia completamente. En el bus no se siente nada, no suena, el andar es mucho más cómodo y es más seguro que un bus normal”, dijo Walter Bustamante, chofer de Tándem.

Los Pelambres dio los primeros pasos hacia la electromovilidad a inicios de año, cuando incorporó un automóvil eléctrico al área Puerto y un par de vehículos SUV en la Fundación Minera Los Pelambres, los que disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero al dejar de generar 11,28 toneladas de CO2 en un año.

Extreme E

La compañía, perteneciente a Antofagasta Minerals, hace suya de esta manera la estrategia de cambio climático definida por el Grupo Minero, que busca mitigar y adaptar las operaciones ante este nuevo escenario. En este marco, impulsó el debut de la Extreme E en Chile y Sudamérica, la carrera internacional de autos eléctricos todo terreno, que se realizó el pasado 24 y 25 de septiembre en la región de Antofagasta, en las cercanías de Minera Centinela que pertenece al grupo.

Abastible aporta a transición energética mediante servicio de Gas Licuado Carbono Compensado

Con el objetivo de aportar a la transición energética, Abastible anunció el inicio de la venta de Gas Licuado Carbono Compensado. Este producto está orientado a un universo objetivo de 42.500 clientes, pertenecientes al segmento granel, partiendo por clientes industriales y comerciales, para luego continuar con los usuarios residenciales.

La compañía invertirá un monto estimado de US$2,3 millones anuales para concretar las compensaciones derivadas del uso del energético.

La compensación de las emisiones generadas se realizará a través de la compra de bonos de carbono de proyectos en Chile que hayan sido acreditados por programas internacionales, tales como Clean Development Mechanism (CDM), de las Naciones Unidas, y el Verified Carbon Standard (VCS), de VERRA.

Abastible adquirirá los bonos de carbono y los cancelará de los registros internacionales a favor del cliente, de manera que este puede acreditar posteriormente la compensación de la huella de carbono derivada del consumo del gas. Este proceso, además, cuenta con la verificación de un tercero, para asegurar la integridad ambiental a lo largo de todo el trámite.

“Mediante esta iniciativa, queremos apoyar a las empresas de todo tamaño a potenciar su crecimiento sostenible, abriendo nuevas oportunidades de transición energética que les permita contribuir a la mitigación de emisiones y enfrentar el nuevo campo regulatorio. La transición hacia un futuro energético bajo en carbono requiere una amplia y diversa gama de soluciones, que Abastible ofrece a sus clientes y donde a partir de hoy adiciona este producto”, afirmó la gerente de Desarrollo, Innovación y Proyectos de Abastible, Paula Frigerio.

Añadió que “las compensaciones representan un camino complementario a los esfuerzos de reducción directa de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y son una opción disponible inmediatamente que potencia el desarrollo de proyectos verdes en el país”.

Adicionalmente, la ejecutiva anunció que la firma ofrecerá esta alternativa no solo a los sectores productivos, “sino que también a los hogares que utilizan gas granel y que quieran comprometerse con una iniciativa eficaz para combatir el cambio climático”.

Empresa B elige gas compensado

Favima, fabricante de envases de vidrio para la industria farmacéutica, adquirió para sus procesos el gas compensado de Abastible. “La opción de cambiar a instalaciones más ordenadas, con una mayor eficiencia calórica y el acompañamiento técnico de excelencia; cumplimiento de los plazos acordados, además de la oferta de compensar emisiones, fueron claves a la hora de optar por la propuesta de Abastible”, señaló Eduardo Simonsohn, gerente general de la firma.

Y agregó que “Favima es una empresa B y, desde ese punto de vista, nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático es un ‘desde’ y no un ‘hasta’. Medimos anualmente nuestra huella de carbono, reciclamos todos los excedentes de la producción y estamos empeñados en reducir nuestras emisiones”.