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Pesco: una década entregando continuidad operacional y seguridad al mercado eléctrico

Pesco: una década entregando continuidad operacional y seguridad al mercado eléctrico

Un crecimiento exponencial en la venta de equipos, soluciones a medida y asesoría técnica a sus clientes, son los principales elementos que caracterizan a la división eléctrica de Pesco, empresa con más de 20 años de presencia en la industria local, enfocada en la comercialización de maquinaria industrial para las corporaciones mineras, forestales, medio ambiental, municipal, eléctrica y de emergencia.

Antonio del Río, subgerente de Ventas de la División Eléctrica-Forestal de la empresa, destaca que desde su creación hace una década, esta unidad de negocios de Pesco ha entregado alrededor de 400 equipos al mercado eléctrico nacional.

En este sentido, el ejecutivo afirma que “tenemos un 70% del mercado local de equipos lavadores de aisladores, hidroelevadores aislados, grúas para construcción y equipos tecnificados para poda en altura”, afirma del Río, quien además enfatiza que “todos estos equipos aportan la tecnología necesaria para asegurar una continuidad operacional y realizar los mantenimientos preventivos y correctivos sin necesidad de corte de suministro, hoy valorados por las compañías de transmisión y distribución eléctrica del país”.

“Estamos ampliando cada vez más nuestra cobertura al sector eléctrico cuyas necesidades son muy específicas. Por esto, durante el último proceso de licitación efectuada por Enel, alrededor de un 80% de los equipos adquiridos por las empresas contratistas participantes correspondieron a nuestras grúas de postación e hidroelevadores aislados con el objetivo de realizar labores de mantenimiento de líneas de distribución eléctrica para la Región Metropolitana, de los cuales Pesco suministró 40 equipos”, resalta el Subgerente del área.

Proveedor integral

Del Río de igual manera asevera que “trabajamos con todas las grandes compañías del sector eléctrico tales como Enel, Saesa, Chilquinta, CGE, así como sus empresas subcontratistas, a quienes no solo vendemos un equipo sino que, basados en nuestra experiencia nacional e internacional, brindamos una asesoría técnica en forma integral que considera una solución a la medida de sus necesidades, además de los pilares fundamentales en materia de seguridad, eficiencia operacional y unrespaldo técnico calificado, esto a través del constante apoyo de nuestra red de proveedores internacionales tanto para Chile como para nuestras oficinas en Perú donde estamos operando ya hace tres años”.

La oferta de Pesco a sus clientes no solo es suministrar los diferentes equipos, ya que también considera el valor agregado, el entrenamiento previo y certificación de los operadores bajo cursos SENCE, así como las rigurosas pruebas técnicas de las maquinarias bajo las especificaciones de la normativa internacional estadounidense ANSI A92.2, que regula el diseño y montaje de vehículos para plataformas en altura, garantizando la se

guridad para el usuario.

 

Ante esto Antonio Del Río enfatiza que “además estamos desarrollando para nuestros clientes contratos de mantención llevando talleres móviles a terreno y acabamos de incorporar recientemente HIAB a la familia Pesco, empresa líder en el mercado mundial de grúas, ampliando de esta manera la atención y el respaldo al sector eléctrico en todo el país en el área de construcción, mantenimiento en líneas eléctricas y subestaciones”.

Respecto de las nuevas tecnologías que están siendo incorporadas por la empresa al sector, Del Río indica que este año se están implementando tres nuevos equipos con capacidad para trabajar bajo una nueva metodología a potencial de 220 kV. “Son equipos aislados cuya característica principal es que con ellos se pueden realizar labores de mantención en una determinada subestación o línea de transmisión sin la necesidad de tener que interrumpir el suministro eléctrico. Esto en el sector minero, residencial e industrial es vital ya que detener una proceso relevante en la cadena productiva significa una pérdida millonaria”.

El momento del hidrógeno

Generalmente reconocido como insumo industrial en la producción de otros elementos químicos, el hidrógeno hoy está viendo proyectada su importante característica de combustible. No es la primera vez, sin embargo, que aparece en el horizonte energético global. Otros intentos de impulso se dieron en el extranjero, con distinto énfasis, en las décadas de los ‘70, ‘90 y comienzos de este siglo, todos los cuales estuvieron muy determinados por el mercado del petróleo/gas y donde empezaba a tener relevancia el aspecto climático, pero mayormente focalizados en la industria del transporte y automóviles, y que finalmente no despegaron por la estabilización de precios del petróleo/gas y encontrarse estos combustibles ampliamente disponibles.

Asimismo, otros factores tuvieron influencia, como el desarrollo tecnológico de los autos eléctricos a batería. Esos intentos tuvieron escaso eco en Chile. Habiendo estado involucrados en la industria energética por más de 20 años, somos testigos de eso. ¿Cuáles son los atributos y factores que hacen el cambio y despiertan ahora renovado impulso e interés?

El H2 es un combustible liviano, almacenable, tiene un alto contenido de energía por cada unidad de masa y puede ser producido a escala industrial. Permitirá que energía de bajas emisiones pueda suministrarse a grandes distancias y también almacenar electricidad. Pero también hay factores extrínsecos que han sido claves en su potente resurgimiento.

El cada vez más patente efecto del calentamiento global en el cambio climático ha hecho que muchos países adopten  se comprometan con los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sustentable 2030, uno de los cuales implica tomar acciones urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos. Así, los países miembros acordaron limitar el calentamiento global a menos de 2 C° con respecto a los niveles de la era pre-industrial y realizar esfuerzos para limitar el incremento hasta 1,5 C°. En concreto, el gobierno de Chile ha actualizado su contribución determinada nacional (NDC) en abril y ha incluido como meta la carbono neutralidad para el 2050 en el proyecto de ley Marco de Cambio Climático, lo que implica el desafío de disminuir drásticamente las fuentes de emisiones
más contaminantes.

El significativo y rápido avance en el desarrollo de tecnologías y reducción de costos que han experimentado las fuentes de energías como la solar y eólica, hacen que su participación en el parque generador aumente cada día, lo cual es muy positivo pero exige al mismo tiempo enfrentar el desafío de su variabilidad de producción. Como el H2 se puede almacenar, una parte de la electricidad generada por fuentes renovables se puede convertir en H2 y ser utilizado en períodos en que las plantas renovables no puedan generar.

Por otra parte, las ventajas de las ERNC referidas antes también permitirán la instalación de plantas de electrólisis necesarias para producir escala, el mismo hidrógeno a gran ya que tecnologías disponibles y costos decrecientes en energías renovables, derivan en costos menores de hidrógeno verde que estaría disponible para otros usos industriales y de transporte o electromovilidad vía FCVs.

Esto es particularmente atractivo en el caso de nuestro país, ya que fomenta a su vez el desarrollo de otra tecnología de alto impacto, desalación complementaria y disponible en el territorio: la desalación y que proveerá de la otra materia prima requerida, el agua.

Un tercer factor relacionado, comprende los beneficios que pueden emanar del fomento y uso del hidrógeno como herramienta de política económico-social, no solo como elemento descontaminante, sino que como factor de seguridad energética, desarrollo económico y facilitador de acceso a energía limpia para zonas y grupos vulnerables.

Es así como el gobierno ha declarado dentro de sus objetivos en la estrategia energética, el fomento de las actividades de exportación de hidrógeno. Pero esto no está exento de desafíos. En efecto, un importante trabajo en la implementación de políticas y regulaciones serán necesarias para incentivar la llegada de inversionistas y financiamiento, tarea en la que la participación del Estado será fundamental, en especial en el desarrollo de la infraestructura necesaria y habilitante, permitiendo una alianza público-privada.

Ya se conocen casos en desarrollo de otros países. Un consorcio de empresas japonesas y australianas se encuentran implementando la primera planta de producción de H2 desde carbón y su posterior liquefacción para exportación en transporte naviero también impulsado por el mismo gas (J-Power). En definitiva, el cambio se explica por la ampliación y profundidad de alternativas de uso del H2 y el entusiasmo y consenso político-económico alrededor del globo por disminuir drásticamente las emisiones de CO2.

En este sentido, celebramos que el gobierno no haya adoptado una posición neutra en su estrategia de largo plazo, sino que tomara como suya la meta de incorporar este combustible en la matriz energética y se encuentre trabajando en la definición de los principales componentes, a algunos de los cuales nos referiremos más adelante.

En su calidad de portador de energía, el hidrógeno tiene similitudes con la electricidad. Ambos pueden producirse por medio de diferentes tecnologías y fuentes, ambos pueden tener diversas aplicaciones y no generan residuos, partículas, ni gases contaminantes. Pero tienen una diferencia que hace del hidrógeno especial y más versátil: está compuesto de moléculas y no de electrones.

Eso permite que pueda ser almacenado y transportado por largos períodos en forma estable, además de poder ser mezclado con otros productos, o de ser quemado directamente. El hidrógeno no es tóxico, es incoloro e inodoro. Sin embargo, es altamente inflamable y su llama casi invisible a la simple vista humana, haciéndolo más complejo para el manejo de fugas e incendios, pero esto no es algo nuevo para la industria de la energía, en especial GLP y GNL, por lo que sólo se requerirían protocolos y capacitaciones de seguridad adecuados.

Aparte de las celdas de combustible eléctrico para automóviles, ejemplos de otros usos para el hidrógeno encontramos en la producción de hierro y acero, su quema directa en turbinas de generación termoeléctrica y el almacenamiento en metano vía la transformación de electricidad, lo cual permitiría utilizar las múltiples instalaciones ya existentes de gas natural y GNL.  En estas transformaciones siempre debe considerarse cierto factor de pérdidas del energético en todo caso.

En particular, cabe hacer mención del posible uso del H2 en la mezcla o sustitución completa del gas natural para uso industrial, comercial y domiciliario, aprovechando la amplia red de transporte, distribución y almacenamiento disponible y en actual desarrollo en nuestro país, lo que requeriría ciertas inversiones para la conversión de algunos equipos e instalaciones y estaría obviamente sujeto a la disponibilidad de suministro del combustible a precios que hagan justificable el cambio.

Desde el punto de vista regulatorio, el análisis efectuado por el Ministerio de Energía sobre la suficiencia normativa actual, concluyó que era necesario ajustar dos órdenes de materias, primero incluir el hidrógeno como un energético combustible sujeto a la competencia regulatoria del Ministerio, y segundo complementar la normativa requerida para fijar las condiciones adecuadas de seguridad del nuevo combustible en toda su cadena de almacenamiento, transporte y manipulación.

En lo primero, se presentaron modificaciones legales a la ley orgánica del Ministerio y otras normas que regulan el tratamiento de los combustibles. Para el segundo, se definieron 20 reglamentos y normativa técnica que será necesario crear o modificar, por recomendación de un estudio realizado por el reconocido instituto GIZ. En este estudio, se plantean horizontes de corto (hasta 2024), mediano (hasta 2028), y largo plazo (desde 2029) para la dictación de las distintas normativas, en función de la priorización del catálogo de proyectos en desarrollo u operación, identificados en el mismo informe.

Al respecto, nos permitimos hacer un par de alcances. Con el fin de ampliar el universo de futuras inversiones, sugerimos incluir alguna norma técnica que facilite y regule el tratamiento de instalaciones eléctricas que operen “en isla” u “off-grid”, ya que es previsible que algunos proyectos se estructuren como instalaciones dedicadas. En el mismo sentido, sugerimos incorporar al H2 como fuente de generación de medios ERNC para efectos del mercado eléctrico (lo que conforme a la actual legislación sólo requiere una resolución fundada de la CNE), de modo que pueda acreditarse para los efectos de las obligaciones de retiro ERNC.

El momento del hidrógeno

El momento del hidrógeno

Generalmente reconocido como insumo industrial en la producción de otros elementos químicos, el hidrógeno hoy está viendo proyectada su importante característica de combustible. No es la primera vez, sin embargo, que aparece en el horizonte energético global. Otros intentos de impulso se dieron en el extranjero, con distinto énfasis, en las décadas de los ‘70, ‘90 y comienzos de este siglo, todos los cuales estuvieron muy determinados por el mercado del petróleo/gas y donde empezaba a tener relevancia el aspecto climático, pero mayormente focalizados en la industria del transporte y automóviles, y que finalmente no despegaron por la estabilización de precios del petróleo/gas y encontrarse estos combustibles ampliamente disponibles.

Asimismo, otros factores tuvieron influencia, como el desarrollo tecnológico de los autos eléctricos a batería. Esos intentos tuvieron escaso eco en Chile. Habiendo estado involucrados en la industria energética por más de 20 años, somos testigos de eso. ¿Cuáles son los atributos y factores que hacen el cambio y despiertan ahora renovado impulso e interés?

El H2 es un combustible liviano, almacenable, tiene un alto contenido de energía por cada unidad de masa y puede ser producido a escala industrial. Permitirá que energía de bajas emisiones pueda suministrarse a grandes distancias y también almacenar electricidad. Pero también hay factores extrínsecos que han sido claves en su potente resurgimiento.

El cada vez más patente efecto del calentamiento global en el cambio climático ha hecho que muchos países adopten  se comprometan con los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sustentable 2030, uno de los cuales implica tomar acciones urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos. Así, los países miembros acordaron limitar el calentamiento global a menos de 2 C° con respecto a los niveles de la era pre-industrial y realizar esfuerzos para limitar el incremento hasta 1,5 C°. En concreto, el gobierno de Chile ha actualizado su contribución determinada nacional (NDC) en abril y ha incluido como meta la carbono neutralidad para el 2050 en el proyecto de ley Marco de Cambio Climático, lo que implica el desafío de disminuir drásticamente las fuentes de emisiones
más contaminantes.

El significativo y rápido avance en el desarrollo de tecnologías y reducción de costos que han experimentado las fuentes de energías como la solar y eólica, hacen que su participación en el parque generador aumente cada día, lo cual es muy positivo pero exige al mismo tiempo enfrentar el desafío de su variabilidad de producción. Como el H2 se puede almacenar, una parte de la electricidad generada por fuentes renovables se puede convertir en H2 y ser utilizado en períodos en que las plantas renovables no puedan generar.

Por otra parte, las ventajas de las ERNC referidas antes también permitirán la instalación de plantas de electrólisis necesarias para producir escala, el mismo hidrógeno a gran ya que tecnologías disponibles y costos decrecientes en energías renovables, derivan en costos menores de hidrógeno verde que estaría disponible para otros usos industriales y de transporte o electromovilidad vía FCVs.

Esto es particularmente atractivo en el caso de nuestro país, ya que fomenta a su vez el desarrollo de otra tecnología de alto impacto, desalación complementaria y disponible en el territorio: la desalación y que proveerá de la otra materia prima requerida, el agua.

Un tercer factor relacionado, comprende los beneficios que pueden emanar del fomento y uso del hidrógeno como herramienta de política económico-social, no solo como elemento descontaminante, sino que como factor de seguridad energética, desarrollo económico y facilitador de acceso a energía limpia para zonas y grupos vulnerables.

Es así como el gobierno ha declarado dentro de sus objetivos en la estrategia energética, el fomento de las actividades de exportación de hidrógeno. Pero esto no está exento de desafíos. En efecto, un importante trabajo en la implementación de políticas y regulaciones serán necesarias para incentivar la llegada de inversionistas y financiamiento, tarea en la que la participación del Estado será fundamental, en especial en el desarrollo de la infraestructura necesaria y habilitante, permitiendo una alianza público-privada.

Ya se conocen casos en desarrollo de otros países. Un consorcio de empresas japonesas y australianas se encuentran implementando la primera planta de producción de H2 desde carbón y su posterior liquefacción para exportación en transporte naviero también impulsado por el mismo gas (J-Power). En definitiva, el cambio se explica por la ampliación y profundidad de alternativas de uso del H2 y el entusiasmo y consenso político-económico alrededor del globo por disminuir drásticamente las emisiones de CO2.

En este sentido, celebramos que el gobierno no haya adoptado una posición neutra en su estrategia de largo plazo, sino que tomara como suya la meta de incorporar este combustible en la matriz energética y se encuentre trabajando en la definición de los principales componentes, a algunos de los cuales nos referiremos más adelante.

En su calidad de portador de energía, el hidrógeno tiene similitudes con la electricidad. Ambos pueden producirse por medio de diferentes tecnologías y fuentes, ambos pueden tener diversas aplicaciones y no generan residuos, partículas, ni gases contaminantes. Pero tienen una diferencia que hace del hidrógeno especial y más versátil: está compuesto de moléculas y no de electrones.

Eso permite que pueda ser almacenado y transportado por largos períodos en forma estable, además de poder ser mezclado con otros productos, o de ser quemado directamente. El hidrógeno no es tóxico, es incoloro e inodoro. Sin embargo, es altamente inflamable y su llama casi invisible a la simple vista humana, haciéndolo más complejo para el manejo de fugas e incendios, pero esto no es algo nuevo para la industria de la energía, en especial GLP y GNL, por lo que sólo se requerirían protocolos y capacitaciones de seguridad adecuados.

Aparte de las celdas de combustible eléctrico para automóviles, ejemplos de otros usos para el hidrógeno encontramos en la producción de hierro y acero, su quema directa en turbinas de generación termoeléctrica y el almacenamiento en metano vía la transformación de electricidad, lo cual permitiría utilizar las múltiples instalaciones ya existentes de gas natural y GNL.  En estas transformaciones siempre debe considerarse cierto factor de pérdidas del energético en todo caso.

En particular, cabe hacer mención del posible uso del H2 en la mezcla o sustitución completa del gas natural para uso industrial, comercial y domiciliario, aprovechando la amplia red de transporte, distribución y almacenamiento disponible y en actual desarrollo en nuestro país, lo que requeriría ciertas inversiones para la conversión de algunos equipos e instalaciones y estaría obviamente sujeto a la disponibilidad de suministro del combustible a precios que hagan justificable el cambio.

Desde el punto de vista regulatorio, el análisis efectuado por el Ministerio de Energía sobre la suficiencia normativa actual, concluyó que era necesario ajustar dos órdenes de materias, primero incluir el hidrógeno como un energético combustible sujeto a la competencia regulatoria del Ministerio, y segundo complementar la normativa requerida para fijar las condiciones adecuadas de seguridad del nuevo combustible en toda su cadena de almacenamiento, transporte y manipulación.

En lo primero, se presentaron modificaciones legales a la ley orgánica del Ministerio y otras normas que regulan el tratamiento de los combustibles. Para el segundo, se definieron 20 reglamentos y normativa técnica que será necesario crear o modificar, por recomendación de un estudio realizado por el reconocido instituto GIZ. En este estudio, se plantean horizontes de corto (hasta 2024), mediano (hasta 2028), y largo plazo (desde 2029) para la dictación de las distintas normativas, en función de la priorización del catálogo de proyectos en desarrollo u operación, identificados en el mismo informe.

Al respecto, nos permitimos hacer un par de alcances. Con el fin de ampliar el universo de futuras inversiones, sugerimos incluir alguna norma técnica que facilite y regule el tratamiento de instalaciones eléctricas que operen “en isla” u “off-grid”, ya que es previsible que algunos proyectos se estructuren como instalaciones dedicadas. En el mismo sentido, sugerimos incorporar al H2 como fuente de generación de medios ERNC para efectos del mercado eléctrico (lo que conforme a la actual legislación sólo requiere una resolución fundada de la CNE), de modo que pueda acreditarse para los efectos de las obligaciones de retiro ERNC.

[ANÁLISIS] El momento del hidrógeno

[ANÁLISIS] El momento del hidrógeno

*Por Cristián Araya, abogado.

Generalmente reconocido como insumo industrial en la producción de otros elementos químicos, el hidrógeno hoy está viendo proyectada su importante característica de combustible. No es la primera vez, sin embargo, que aparece en el horizonte energético global. Otros intentos de impulso se dieron en el extranjero, con distinto énfasis, en las décadas de los ‘70, ‘90 y comienzos de este siglo, todos los cuales estuvieron muy determinados por el mercado del petróleo/gas y donde empezaba a tener relevancia el aspecto climático, pero mayormente focalizados en la industria del transporte y automóviles, y que finalmente no despegaron por la estabilización de precios del petróleo/gas y encontrarse estos combustibles ampliamente disponibles.

Asimismo, otros factores tuvieron influencia, como el desarrollo tecnológico de los autos eléctricos a batería. Esos intentos tuvieron escaso eco en Chile. Habiendo estado involucrados en la industria energética por más de 20 años, somos testigos de eso. ¿Cuáles son los atributos y factores que hacen el cambio y despiertan ahora renovado impulso e interés?

El H2 es un combustible liviano, almacenable, tiene un alto contenido de energía por cada unidad de masa y puede ser producido a escala industrial. Permitirá que energía de bajas emisiones pueda suministrarse a grandes distancias y también almacenar electricidad. Pero también hay factores extrínsecos que han sido claves en su potente resurgimiento.

El cada vez más patente efecto del calentamiento global en el cambio climático ha hecho que muchos países adopten y se comprometan con los objetivos de la Agenda de Desarrollo Sustentable 2030, uno de los cuales implica tomar acciones urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos. Así, los países miembros acordaron limitar el calentamiento global a menos de 2 C° con respecto a los niveles de la era pre-industrial y realizar esfuerzos para limitar el incremento hasta 1,5 C°. En concreto, el gobierno de Chile ha actualizado su contribución determinada nacional (NDC) en abril y ha incluido como meta la carbono neutralidad para el 2050 en el proyecto de ley Marco
de Cambio Climático, lo que implica el desafío de disminuir drásticamente las fuentes de emisiones
más contaminantes.

El significativo y rápido avance en el desarrollo de tecnologías y reducción de costos que han
experimentado las fuentes de energías renovables, como la solar y eólica, hacen que su participación en el parque generador aumente cada día, lo cual es muy positivo pero exige al mismo tiempo enfrentar el desafío de su variabilidad de producción. Como el H2 se puede almacenar, una parte de la electricidad generada por fuentes renovables se puede convertir en H2 y ser utilizado en períodos en que las plantas renovables no puedan generar.

Por otra parte, las ventajas de las ERNC referidas antes también permitirán la instalación de plantas de electrólisis necesarias para producir escala, el mismo hidrógeno a gran ya que tecnologías disponibles y costos decrecientes en energías renovables, derivan en costos menores de hidrógeno verde que estaría disponible para otros usos industriales y de transporte o electromovilidad vía FCVs.

Por otra parte, las ventajas de las ERNC antes referidas también permitirán la instalación de plantas de electrólisis necesarias para producir el mismo hidrógeno a gran escala, ya que tecnologías disponibles y costos decrecientes en energías renovables, derivan en costos menores de hidrógeno verde que estaría disponible para otros usos industriales y de transporte o electromovilidad vía FCVs. Esto es particularmente atractivo en el caso de nuestro país, ya que fomenta a su vez el desarrollo de otra tecnología de alto impacto, complementaria y disponible en el territorio: la desalación y que proveerá de la otra materia prima requerida, el agua.

Esto es particularmente atractivo en el caso de nuestro país, ya que fomenta a su vez el desarrollo de otra tecnología de alto impacto, desalación complementaria y disponible en el territorio: la desalación y que proveerá de la otra materia prima requerida, el agua.

Un tercer factor relacionado, comprende los beneficios que pueden emanar del fomento y uso del hidrógeno como herramienta de política económico-social, no sólo como elemento descontaminante, sino que como factor de seguridad energética, desarrollo económico y facilitador de acceso a energía limpia para zonas y grupos vulnerables.

Es así como el gobierno ha declarado dentro de sus objetivos en la estrategia energética, el fomento de las actividades de exportación de hidrógeno. Pero esto no está exento de desafíos. En efecto, un importante trabajo en la implementación de políticas y regulaciones serán necesarias para incentivar la llegada de inversionistas y financiamiento, tarea en la que la participación del Estado será fundamental, en especial en el desarrollo de la infraestructura necesaria y habilitante, permitiendo una alianza público-privada.

Ya se conocen casos en desarrollo de otros países. Un consorcio de empresas japonesas y australianas se encuentran implementando la primera planta de producción de H2 desde carbón y su posterior liquefacción para exportación en transporte naviero también impulsado por el mismo gas (J-Power). En definitiva, el cambio se explica por la ampliación y profundidad de alternativas de uso del H2 y el entusiasmo y consenso político-económico alrededor del globo por disminuir drásticamente las emisiones de CO2.

En este sentido, celebramos que el gobierno no haya adoptado una posición neutra en su estrategia de largo plazo, sino que tomara como suya la meta de incorporar este combustible en la matriz energética y se encuentre trabajando en la definición de los principales componentes, a algunos de los cuales nos referiremos más adelante.

En su calidad de portador de energía, el hidrógeno tiene similitudes con la electricidad. Ambos pueden producirse por medio de diferentes tecnologías y fuentes, ambos pueden tener diversas aplicaciones y no generan residuos, partículas, ni gases contaminantes. Pero tienen una diferencia que hace del hidrógeno especial y más versátil: está compuesto de moléculas y no de electrones.

Eso permite que pueda ser almacenado y transportado por largos períodos en forma estable, además de poder ser mezclado con otros productos, o de ser quemado directamente. El hidrógeno no es tóxico, es incoloro e inodoro. Sin embargo, es altamente inflamable y su llama casi invisible a la simple vista humana, haciéndolo más complejo para el manejo de fugas e incendios, pero esto no es algo nuevo para la industria de la energía, en especial GLP y GNL, por lo que sólo se requerirían protocolos y capacitaciones de seguridad adecuados.

Aparte de las celdas de combustible eléctrico para automóviles, ejemplos de otros usos para el hidrógeno encontramos en la producción de hierro y acero, su quema directa en turbinas de generación termoeléctrica y el almacenamiento en metano vía la transformación de electricidad, lo cual permitiría utilizar las múltiples instalaciones ya existentes de gas natural y GNL.  En estas transformaciones siempre debe considerarse cierto factor de pérdidas del energético en todo caso.

En particular, cabe hacer mención del posible uso del H2 en la mezcla o sustitución completa del gas natural para uso industrial, comercial y domiciliario, aprovechando la amplia red de transporte, distribución y almacenamiento disponible y en actual desarrollo en nuestro país, lo que requeriría ciertas inversiones para la conversión de algunos equipos e instalaciones y estaría obviamente sujeto a la disponibilidad de suministro del combustible a precios que hagan justificable el cambio.

Desde el punto de vista regulatorio, el análisis efectuado por el Ministerio de Energía sobre la suficiencia normativa actual, concluyó que era necesario ajustar dos órdenes de materias, primero incluir el hidrógeno como un energético combustible sujeto a la competencia regulatoria del Ministerio, y segundo complementar la normativa requerida para fijar las condiciones adecuadas de seguridad del nuevo combustible en toda su cadena de almacenamiento, transporte y manipulación.

En lo primero, se presentaron modificaciones legales a la ley orgánica del Ministerio y otras normas que regulan el tratamiento de los combustibles. Para el segundo, se definieron 20 reglamentos y normativa técnica que será necesario crear o modificar, por recomendación de un estudio realizado por el reconocido instituto GIZ. En este estudio, se plantean horizontes de corto (hasta 2024), mediano (hasta 2028), y largo plazo (desde 2029) para la dictación de las distintas normativas, en función de la priorización del catálogo de proyectos en desarrollo u operación, identificados en el mismo informe.

Al respecto, nos permitimos hacer un par de alcances. Con el fin de ampliar el universo de futuras inversiones, sugerimos incluir alguna norma técnica que facilite y regule el tratamiento de instalaciones eléctricas que operen “en isla” u “off-grid”, ya que es previsible que algunos proyectos se estructuren como instalaciones dedicadas. En el mismo sentido, sugerimos incorporar al H2 como fuente de generación de medios ERNC para efectos del mercado eléctrico (lo que conforme a la actual legislación sólo requiere una resolución fundada de la CNE), de modo que pueda acreditarse para los efectos de las obligaciones de retiro ERNC.

Proyecto inmobiliario busca generar ahorro energético de 60%

Reducciones anuales de 79 MWh en el consumo energético y de 38 MWh en el consumo de enfriamiento son las estimaciones que espera concretar el proyecto Avant Garde, desarrollado por el Grupo G.A, destinado a entregar una alternativa de eficiencia energética residencial, la cual se ubica en la ciudad de Puerto Montt, donde se construyó un edificio de 75 departamentos que aplican ahorros en la demanda de energía.

Esta es la primera construcción habitacional de la Región con la calificación energética otorgada por el Ministerio de Vivienda, obteniendo un 60% de menor demanda de energía en calefacción y enfriamiento en comparación a un edificio construido de acuerdo a la Normativa Térmica de la zona de Puerto Montt, lo que equivaldría a una letra B.

La Calificación Energética de Viviendas (CEV) es una herramienta desarrollada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) que permite al público comprador evaluar y comparar características de las viviendas, para así poder conocer  su demanda de energía y su impacto en el medio ambiente. Esta herramienta considera una suma de factores que influyen en forma dinámica en el comportamiento energético de la vivienda. Respecto a la letra obtenida, en estricto rigor la CEV es por unidad de vivienda, pero igualmente se entrega un indicador global promedio de todo del edificio.

Ignacio Santa María, gerente del proyecto, señala que esta ciudad ha demostrado ser un polo interesante de desarrollo inmobiliario, presentándose como una opción tanto para invertir como para vivir. «Una de las principales causas que explican el fenómeno es la variada oferta de centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades que atraen a alumnos desde las distintas ciudades de la zona sur del país».

El proyecto

La iniciativa consta de 75 departamentos, en base a la herramienta de cálculo del sistema oficial CEV v2.2 del MINVU, alcanzando una reducción anual de 79 MWh de demanda de calefacción y 38 MWh de demanda de enfriamiento, representando una reducción de entre 58% y 60%, y un aumento en el confort térmico interior. En gastos de calefacción, esto equivale a un ahorro anual promedio de $121.000 por departamento. Cinco departamentos obtuvieron letra A, 54 deptos. obtuvieron letra B y 16 obtuvieron letra C. El conjunto de viviendas alcanza un ahorro equivalente a una letra B.

Por otro lado, sus artefactos sanitarios son de dos pulsores, lo que reduce el consumo de agua. Además la calefacción es eléctrica y 05 Por su parte, los espacios comunes cuentan con tomas de luz natural, mientras que la iluminación artificial cuenta con sensores de movimiento, lo que también disminuye el consumo de electricidad.

Otra característica es que cuenta con una doble piel ventilada, que está tras la terminación metálica que se puede observar desde el exterior. Esta posee una capa de aire, una membrana que filtra y un aislante térmico, que es un aislapol (EPS) de alta densidad. Esta es una tecnología muy moderna, que se está ocupando en varios países y que cada vez se está utilizando más en Chile. En este aspecto, Avant Garde superó los indicadores de las normas de aislación térmica, que consideran que hay que tener un determinado espesor de aislación en los muros, techos y pisos.

Escenario

¿Cuál es el motivo de anticipación a la Calificación Energética de Viviendas?

Como inmobiliaria creemos sumamente importante anticiparnos a los cambios e innovaciones que ocurren en nuestra industria, más aún si este tipo de medidas busca mejorar la calidad de vida de los chilenos. Con esta ley se espera un 5,5% de reducción de consumo energético a 2030 y un 7% a 2035. Aunque no hay porcentajes mínimos a cumplir, una vivienda que sólo cumple el mínimo de la norma térmica vigente, tendrá aproximadamente una Calificación E, lo que significa que ahorra hasta un 20% de energía. Sin embargo, el etiquetado y sus letras son bastante exigentes, ya que tener una letra A+ -evaluación máxima- requiere un ahorro de demanda energética sobre el 85%.

Por otra parte, esto tiene un impacto para las personas. Para quienes tienen una mayor conciencia sobre el de cuidado del medio ambiente esto es sumamente significativo y seguramente debe haber influido en su decisión de compra, además de una importante reducción de los costos de la energía.

Adicionalmente, en el uso de sus departamentos deberían tener menos humedad y condensación, en la medida que realicen una buena ventilación, además de sentir mayor confort interior por la menor oscilación térmica al interior de los departamentos. También, una vivienda con letra D o superior en la herramienta CEV puede optar por un crédito hipotecario del Banco Estado con una tasa de interés menor, lo que se conoce como «crédito verde».

Desde el punto de vista técnico ¿cómo funciona la tecnología para generar ahorro energético?

Los cálculos se basan en ecuaciones bien específicas, validadas a nivel académico y que han sido incorporadas en la herramienta de cálculo CEV. Este cálculo es más sencillo, pues utiliza procedimientos estandarizados según el tipo de tecnología empleada para la calefacción, enfriamiento y el agua caliente de la vivienda, así como el rendimiento de los sistemas de energía renovable. También considera el tamaño, calidad, capacidad de aislación y orientación de las ventanas. Por último, en el caso de nuestro edificio Avant Garde, además aporta el efecto constructivo de contar con una doble piel ventilada, que le otorga un “colchón térmico” adicional.

¿Cómo ha sido hoy la recepción municipal frente a este proyecto?

Tanto el público como la Dirección de Obras de Puerto Montt han tenido buena recepción a este innovador proyecto, desde el punto de vista arquitectónico como del técnico. Les ha parecido positivo que se desarrolle en Puerto Montt el primer proyecto de edificación en altura con Certificación Energética de la Vivienda, que es un tema que les interesaba analizar y ver su aplicación concreta.

Por otra parte, referente al proceso de Recepción Municipal, puedo comentar que ha sido muy expedito ya que la Dirección de Obras Municipales está utilizando la metodología “DOM EN LINEA”, que agiliza las entregas, revisiones y muchos de los trámites necesarios para la obtención de la Recepción Municipal

¿Cuáles son las principales dificultades al momento de implementar este proyecto?

Una de las dificultades es el aumento de costo y que se produce en dos áreas. En los proyectos, ya que debe realizarse la contratación de una empresa asesora que realice la evaluación y propuesta, que en este caso fue Arquiambiente, en donde tuvimos la participación y apoyo del arquitecto José Tomás Videla. Por otra parte, aumentan algunos costos directos en ventanas, sistemas sanitarios y eléctricos. En nuestro caso particular, también por la “doble piel ventilada”, que significa un gasto extra que fluctúa entre 3 y 5 UF/m2.

Dentro de sus proyecciones ¿extenderán esta iniciativa a otras regiones? 

Dada la situación actual, por ahora no tenemos considerado realizar otro proyecto en Puerto Montt, pero en otras ciudades lo estamos analizando.