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Pobreza energética: los avances del Programa de Inclusión en dos experiencias comunitarias

Pobreza energética: los avances del Programa de Inclusión en dos experiencias comunitarias

En el desarrollo de la X Jornadas de Economía de la Energía organizada por la Universidad Católica, Rubén Méndez, Líder Área Energía Local de EBP Chile, expuso acerca de la experiencia de la compañía en cuanto a energía comunitaria mediante el Programa de Inclusión Energética (PIE). Uno de esos proyectos se está desarrollando en la comuna de Til Til y otro en la comuna de Juan Fernández.

De acuerdo con el especialista, el propósito que tiene la empresa con la iniciativa es «traspasar a las comunidades de una situación de pobreza energética a una situación de inclusión energética, en donde se favorezca la energía asequible, sostenible, segura, equitativa y limpia».

Señala que el PIE es una iniciativa que nace del interés de las instituciones públicas y privadas, incluyendo las internacionales con el «foco de enfrentar de manera concreta la pobreza energética en Chile y en Latinoamérica».

Experiencia

El primero, en la comuna de Til til, corresponde a una planta solar comunitaria y que su principal objetivo es tener un piloto de cooperativa solar para hogares de bajos recursos en la localidad de Rengue y generar un modelo de negocio que esté adaptado a la realidad socioeconómica del territorio y permitir un escalamiento, según señalan.

«La idea es que la Cooperativa tenga una potencia de 50 kW de potencia nominal y va a generar cerca de 102.000 kWh al año», tal como señala Méndez, agregando que este es el primer año de dos de ejecución del proyecto.

Y afirma: «El modelo de esta planta considera primero la conformación de una cooperativa energética, que está conformado por 40 familias en situación de vulnerabilidad energética, las cuales se agrupan en esta figura legal para poder administrar una planta solar comunitaria que inyecta energía a la red y al inyectar esta energía a la red, se genera un saldo positivo y este saldo se descuenta después de manera proporcional en sus boletas cada mes».

Añade que se trata de un centro de refrigeración modular comunitario en el archipiélago Juan Fernández, cuyo objetivo es «implementar un sistema de refrigeración basado en la utilización de energía solar fotovoltaica». Tal como señalan, con el fin de conservar productos marinos y fortalecer la pesca artesanal bajo criterios de sustentabilidad, ya que región se dedica a la pesca artesanal de langostas.

«Consistió en la instalación de un container, que en este caso hacía de cámara frigorífica, donde en el techo se le instalaron sistemas fotovoltaicos para la generación de energía», explica el especialista.

Además, según Méndez, se logró 3.015 W de potencia instalada, una cámara de refrigeración de 10 m3 y un equipo refrigerante. También, se logró fortalecer la economía local, lograr autonomía energética, reducir huella de carbono y certificación de pesca artesanal sustentable, en base a lo que se plateó.

Encuesta sobre pobreza energética en el sur de Chile busca cerrar brechas mediante la geotermia

Encuesta sobre pobreza energética en el sur de Chile busca cerrar brechas mediante la geotermia

La Red de Pobreza Energética (RedPe) destacó el potencial que tiene la energía geotérmica para cerrar brechas en el acceso a recursos energéticos, a partir de los resultados que arrojó una encuesta en esta materia, la cual fue ejecutada en terreno por el Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) en la localidad de Puyuhuapi, ubicada en la comunas de Cisnes, en la Región de Aysén.

En Puyuhuapi viven un poco más de mil personas y hay cerca de 310 viviendas (incluyendo cabañas y lugares destinados a turismo), de acuerdo al Censo del año 2017. 255 corresponden a hogares y 122 de ellos fueron encuestados. Según los resultados de la encuesta, el 93% de sus hogares utiliza leña para calefacción y cerca del 22% del ingreso mensual de las familias se destina a este apartado

La investigadora Sofía Vargas -quien lideró la aplicación de esta encuesta- advirtió que el gasto en calefacción «es alto, considerando que en Chile el promedio es $40 mil. Además, pese a que los hogares han invertido en mejoramiento térmico, un porcentaje alto vive con una sensación de disconfort térmico».

Otros datos mostrados indican que cerca del 34% de los hogares ha invertido más de $1.000.000 en mejoras térmicas en los últimos tres años. Junto a ello, $77.000 es el gasto promedio mensual en calefacción.

Por otra parte, se señala todas las viviendas cuentan con suministro eléctrico, pero hay más de 22 interrupciones al año, de las que el veinte por ciento dura más de una hora. En cuanto a alimentación e higiene, un tres por ciento de los hogares no cuenta con agua caliente sanitaria. Además, un 49%de los hogares ocupa cocina a gas, mientras que el 51% de los hogares ocupa cocina a leña.

Proyecto geotérmico

En este contexto, la coordinadora ejecutiva de la RedPe, Catalina Amigo, señaló que «el potencial de la geotermia en el marco de la pobreza energética y este análisis más integral es tremendo. Para ello es muy importante conocer y diagnosticar los impactos y posibilidades que puede tener esta energía renovable para satisfacer las necesidades energéticas de los hogares de una localidad como Puyuhuapi».

Entre los resultados de la encuesta, el 76% de la comunidad de Puyuhuapi apoyó un proyecto geotérmico para la zona. También valoraron la tranquilidad y naturaleza de la localidad, por lo que «un proyecto geotérmico, de ser factible, deberá considerar estas variables, principalmente para ser de pequeña escala y de bajo impacto», declaró Vargas.

Este estudio se enmarca en el proyecto «Factibilidad de Cogeneración Geotérmica en Puyuhuapi», financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) 2018 del Gobierno Regional de Aysén en colaboración con la RedPe. La encuesta se adaptó a la realidad local de la zona con preguntas enfocadas en gasto energético, electricidad, calefacción y agua caliente sanitaria.

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Anahí  Urquiza, investigadora asociada del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y coordinadora de la Red de Pobreza Energética (RedPE)

La pobreza energética como parte del problema de la contaminación atmosférica en Chile

Cuando hablamos de pobreza energética nos referimos al desigual acceso que tienen los hogares para obtener servicios energéticos de calidad que les permitan cubrir sus necesidades fundamentales y básicas. Dentro de estas necesidades podemos mencionar el agua caliente, la iluminación, el uso de electrodomésticos, cocción de alimentos, aislación de viviendas, abrigo, entre otras.

Para satisfacer estas necesidades se da una combinación entre los artefactos energéticos y las fuentes energéticas para su utilización, por ejemplo, un artefacto puede ser una cocina y su fuente de energía puede ser la electricidad, el gas o la leña.

Es en este punto donde la pobreza energética se relaciona con la contaminación atmosférica en nuestro país, especialmente en la zona sur. Esto ocurre por distintas razones, pero, principalmente, se debe a la baja eficiencia térmica de las viviendas, lo que impide mantener el calor necesario dentro del hogar. Para suplir esta carencia, las familias adquieren leña, ya que es significativamente más económica y más fácil de conseguir que otras fuentes (como el pellet, la parafina o la electricidad), es multifuncional (sirve para cocinar, calentar la casa, secar la ropa, entre otros usos), está arraigada culturalmente y además quienes la usan consideran que brinda un calor más confortable en comparación con otras fuentes. Sin embargo, la leña utilizada generalmente no es de buena calidad y emite material particulado fino completamente respirable, también conocido como MP2,5, impactando en la atmósfera y en la salud de las personas. Un dato de relevancia es que, a nivel nacional, el uso de leña para calefacción y cocción de alimentos representó el 94 % de las emisiones de MP2,5 en el año 2017.

Todo esto recrudece en el invierno, cuando son muchas familias las que utilizan leña para abrigarse, elevando anualmente los índices de mala calidad del aire y también las tasas de enfermedades respiratorias. Según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), en el año 2018 alrededor de 10 millones de personas se vieron expuestas a concentraciones de MP2,5 por sobre lo establecido en la normativa chilena actual y por la Organización Mundial de la Salud, lo que tiene un importante impacto en salud, generando cerca de 3.600 muertes prematuras en el mismo año.

A lo anterior se suma que Chile aún no ha establecido una política habitacional que apunte al mejoramiento de los estándares térmicos de viviendas nuevas y ya existentes.

Por estas razones, si se desea descontaminar y mejorar los índices de la calidad del aire y cumplir la normativa actual, los esfuerzos deben ser integrales y no deben focalizarse solo en el cambio de la leña a otra fuente energética más eficiente y menos contaminante, sino que se deben considerar factores como la calidad de las casas, aumentando el estándar de la Norma Técnica de Viviendas y promoviendo su mejoramiento térmico, la tecnología utilizada y la disponibilidad de fuentes energéticas limpias en los diferentes territorios. Considerando esto, se debe promover el acceso a energía más eficiente, legislar sobre la calidad de la leña y los derivados de la madera como combustibles, incentivar la generación residencial, contar con una tarifa dinámica de precios de electricidad y contar con una Ley de Eficiencia Energética nacional.

Pobreza energética aumentó su visibilidad con la crisis sanitaria del Covid-19

Pobreza energética aumentó su visibilidad con la crisis sanitaria del Covid-19

La precariedad en el acceso a sistemas de calefacción eficientes y a los servicios eléctricos han evidenciado la pobreza energética que existe en el país, en el actual contexto de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, por lo que se planteó la importancia de abordar este tema desde un punto de vista multidisciplinario, donde las energías renovables cumplen un rol fundamental.

Esta fue la idea fuerza que se discutió en el webinar «Pobreza Energética: Una realidad y desafío que ha hecho evidente la crisis sanitaria», organizado por la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera A.G.), en el marco del ciclo «Avanzando hacia un Chile renovable en tiempos de pandemia».

Pertinencia

De acuerdo al diagnóstico del gremio, se decidió abrir las conferencias con este tema, «ya que una de las fallas de la sociedad, que la pandemia ha visibilizado, es la precariedad en el acceso a servicios básicos de un alto porcentaje de la población, la que -además- se ve amplificada por la informalidad y variabilidad de las fuentes de ingreso».

El evento comenzó con una presentación del Oficial de Asuntos Económicos de la División de Recursos Naturales de la CEPAL, Rubén Contreras, quien se refirió al escenario latinoamericano y cómo la pandemia ha impactado en los índices de pobreza, abarcando aspectos como el acceso a la electricidad y a los sistemas de calefacción relacionados directamente con la precariedad de la vivienda, situación en la que Chile está por sobre la media.

[LEA TAMBIÉN: Académico chileno participa en publicación de libro sobre pobreza energética, de la editorial Oxford University Press]

Al respecto, la consejera de Acera y gerente de Sostenibilidad de Consorcio Eólico, Carola Venegas, quien estuvo a cargo del panel de conversación, comentó que el concepto de pobreza energética «se traduce en personas y familias que pasan frío, que no pueden conservar los alimentos, que tienen que lavar la ropa a mano o que se tienen que bañar con agua fría, elementos que se tiende a creer que tienen amplia cobertura y están resuelto. Estos problemas requieren un abordaje desde distintos sectores, desde lo público, pero también la tecnología y las energías renovables pueden tener un rol fundamental en cerrar estas brechas».

Conversatorio

El conversatorio que abordó cómo la pobreza energética se ha visibilizado en el contexto de la crisis sanitaria, con una mirada capitalina, pero también con un importante enfoque regional, contó también con la participación del alcalde de Renca, Claudio Castro, el líder del Programa Inclusión Energética, Rubén Méndez, la gerente del Instituto Forestal de Los Ríos, Alejandra Schueftan, y la coordinadora de la Red de Pobreza Energética, Anahí Urquiza.

«Estos espacios de diálogo son fundamentales porque el desafío frente al desastre del coronavirus es muy grande y debe convocarnos a todos. No podemos proponernos nada menos que erradicar completamente la pobreza energética, pues ha revelado ser un factor dramático en la propagación de enfermedades respiratorias y del Covid-19. Debe nacer una nueva política habitacional, centrada ya no sólo en proveer de casas a los que no la tienen, sino que, en garantizar una habitabilidad de buen estándar, con energía de calidad, a toda la población», comentó el Alcalde Castro.