(Economía y Negocios online) Las municipalidades de Panguipulli y Los Lagos expresaron un rechazo tajante a la construcción del proyecto hidroeléctrico San Pedro de Colbún (embalse, 170 MW), en la región de Los Ríos, debido al impacto que podría tener para dicha zona el emplazamiento de la central.
En el marco del proceso de evaluación ambiental que la empresa reactivó en diciembre después de casi 4 años, los alcaldes de ambos municipios fueron claros en señalar su rechazo a la iniciativa, tanto por los impactos medioambientales como turísticos que dejaría su construcción.
En materia de seguridad, desde la Municipalidad de Panguipulli aseguraron que su emplazamiento podría generar riesgos en materia de sismos, lluvias intensas e inundaciones, remociones en masa, riesgo volcánico e incendio, afectando a la población cercana a su construcción.
De la misma forma, el documento firmado por el alcalde Rodrigo Valdivia (PS) asegura que «medioambientalmente, el impacto en la zona a intervenir va en directo desmedro de la flora y fauna nativa, en la cual habitan especies declaradas `vulnerable` y `casi amenazadas`, constituyendo un grave daño a su hábitat».
Asimismo, sostiene que la intervención del río San Pedro tendrá un impacto que «no se remite exclusivamente al sector adyacente a la Central Hidroeléctrica, sino que afectaría a toda la Región de Los Ríos, directa o indirectamente».
«Consideramos insuficientes las medidas reparatorias que ya han sido implementadas, no cubren en lo más mínimo la intervención permanente que se ha hecho y que se pretende seguir haciendo en el sector», apuntó.
A esto suma que su emplazamiento «afectaría directamente el desarrollo de actividades como el rafting y kayak, actividad turística y recreativa que potencia la marca de destino de ambas comunas, Los Lagos y Panguipulli».
A su vez, el municipio de Los Lagos advirtió que la empresa deberá tramitar nuevamente dos permisos obtenidos en 2006 y 2010, anticipando que la tramitación de la iniciativa tendrá más complejidades que lo previsto.
«Estamos convencidos de que ningún compromiso ambiental voluntario podrá revertir el daño que la construcción de esta central hidroeléctrica le ocasionará a la comuna de Los Lagos, no tan solo por su impacto en la actividad turística, sino también a la biodiversidad de esta cuenca», sostiene el documento firmado por el alcalde Samuel Torres (IND).
De acuerdo al Estudio de Impacto Ambiental (EIA), la inversión prevista del proyecto alcanzaría los US$ 442 millones.
El proyecto, que obtuvo en primera instancia su aprobación ambiental en 2008, tuvo que paralizar sus obras en 2009, cuando tenía un avance del 15% (con una inversión materializada de US$ 150 millones), debido a los problemas geológicos en la zona donde estaba emplazado, en las comunas de Los Lagos y Panguipulli.
Según el nuevo EIA, las obras corresponden al reforzamiento de los taludes excavados del pique y portales de los túneles de desvío en la ribera sur; adecuaciones de las obras y acciones que ya cuentan con aprobación ambiental; adecuaciones de las instalaciones y actividades de apoyo a la construcción; y una nueva instalación de apoyo a la fase de operación.
En esta ocasión, la tramitación ambiental del proyecto se encuentra en una primera etapa, sin que hasta ahora el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) emitiera su primer Informe Consolidado de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (Icsara).