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(Mundo) Los Rockefeller se unen para pedir cambios en Exxon

May 26, 2008

* Usan el peso de su apellido para exigir, entre otras cosas, un presidente independiente en la junta

Hace dos décadas, Neva Goodwin Rockefeller estaba tan harta de llevar un apellido tan famoso que lo cambió y pasó a llamarse Neva Goodwin a secas.

Ahora, Goodwin, de 63 años, ha retomado el poderoso nombre Rockefeller para cuestionar públicamente a la junta directiva de Exxon Mobil Corp., la sucesora de la petrolera fundada por su bisabuelo, John D. Rockefeller.

Como Neva Rockefeller Goodwin ha exhortado a la familia a que se una a su campaña para forzar grandes cambios en una de las compañías más rentables en el mundo. La batalla alcanzará su clímax en la asamblea anual de accionistas de Exxon fijada para el miércoles en Dallas.

Algunos miembros de la familia se unieron a la lucha motivados por una apasionada convicción sobre la amenaza del calentamiento global; a otros les preocupa que Exxon esté pasando por alto oportunidades de negocios o riesgos. Muchos parecen ofendidos de que la compañía se muestre insensible a los deseos de sus accionistas, incluyendo los de apellido Rockefeller.

Y la familia ha luchado, no siempre con éxito, contra el sentimiento de que embarcarse en una pelea pública con Exxon era simplemente algo equivocado. Después de todo, David Rockefeller, de 92 años y ex presidente de Chase Manhattan Bank, les ha enseñado que el activismo inversionista es algo practicado principalmente «por locos», dice su hija Goodwin, una economista graduada de Cambridge.

Quince miembros de la familia, en su mayoría primos lejanos de Goodwin, han salido al frente para copatrocinar cuatro resoluciones de inversionistas pidiendo un cambio en Exxon. Mientras que tres tienen que ver con los temores sobre el calentamiento global, los Rockefeller han apoyado con más entusiasmo la propuesta de nombrar un presidente independiente para la junta. El plan, según ellos, tiene el apoyo de 73 descendientes directos de John D.

Un presidente independiente, dicen, podría trazar una estrategia para el futuro de Exxon, un futuro que muchos esperan incluya un enfoque mayor en la energía renovable. También creen que un presidente de la junta independiente, a quien respondería el presidente ejecutivo, podría ser más receptivo a las preocupaciones de los accionistas.

Con el ojo en el petróleo

Exxon rechaza rotundamente la necesidad tanto de un presidente independiente para la junta como de mayor inversión en energía alternativa. El presidente Rex Tillerson dice que su trabajo es proteger la inversión de los accionistas ayudando a los miles de ingenieros y científicos de la compañía a concentrarse en su negocio central: petróleo y gas natural.

«Somos una compañía petrolera y petroquímica», dijo en una entrevista. «De hecho, pensamos que somos la mejor del mundo y nuestro desempeño tiende a apoyar eso».

Las probabilidades de que la familia se salga con la suya son altas. Como dueños de apenas una pequeña participación relativa a las 5300 millones de acciones con poder de voto en Exxon, los Rockefeller ejercen su mayor influencia al blandir su nombre para generar atención y atraer a otros accionistas. El hecho de que Exxon acaba de culminar el año más rentable en la historia corporativa de Estados Unidos no apoya su causa. El año pasado, Exxon reportó una ganancia neta de US0.610 millones. Las acciones de la compañía han excedido el doble de su valor en los últimos cuatro años.

Gran impulso

En la antesala a la asamblea del miércoles, los Rockefeller, a quienes usualmente no les gusta ser el foco de atención, se han expuesto para impulsar sus propuestas. De hecho, llamaron a una conferencia de prensa en un hotel en Manhattan y apoyaron un eslogan de campaña: «Exxon for Owners», algo como Exxon para los dueños.

Peter M. O’Neill, de 45 años e hijo de una prima lejana de Goodwin, está haciendo algo que usualmente sería un anatema en la familia: actuar como vocero y dar entrevistas a la prensa.

Es un esfuerzo sin precedente del clan, dice Peter J. Johnson, el historiador de la familia Rockefeller durante 32 años. «Llegar a un consenso en la familia es, de hecho, algo raro», asegura.

Los ejecutivos de Exxon subestimaron el potencial de la influencia de los Rockefeller haciendo notar a los reporteros que los miembros de la familia que patrocinan las propuestas son dueños de apenas 0,006% de las acciones de la empresa.

Los Rockefeller dicen que poseen mucho más, pero no cuánto. Dicen que la mayoría de las inversiones de la familia está en varios fideicomisos establecidos a partir de 1934 y manejados en su mayoría por una unidad de J.P. Morgan Chase. Algunos dicen que ni siquiera le revelan a otros miembros de la familia de cuánto son dueños.

El 12 de mayo, Exxon envió una carta a los accionistas pidiéndoles que rechazaran la propuesta para un presidente de la junta independiente argumentando que «ningún modelo de gobierno se ajusta a todas las compañías»,

Los Rockefeller están montando la revuelta de accionistas más seria en contra de Exxon de la que se tenga memoria. Pero se están enfrentando a una compañía con éxito sin igual a la hora de hallar, extraer y refinar combustibles fósiles. Exxon ha descubierto la manera de ganar miles de millones de dólares al año sin importar que los precios del petróleo estén bajos o altos.

Reticentes a hablar

La mayoría de los Rockefeller ha sido reticente a hablar en público sobre este esfuerzo. Un miembro de la familia que sí aceptó hablar fue Michael S. Rockefeller, que dirige una firma de publicidad en Internet llamada Active Media. Según él, la familia sabía que su postura podría hacerla blanco de críticas, y lo ha sido: agrega que algunos críticos han descrito a los Rockefeller como «ricos niños mimados».

Pero una crítica, dice, «nos hierve» la sangre: el argumento que John D. jamás habría aceptado un modelo que separe la presidencia de la junta y la presidencia ejecutiva.

Según Johnson, el historiador de la familia, eso es exactamente lo que pasó en 1896, cuando el patriarca cedió el control operativo de Standard Oil aunque estuvo al frente de la junta hasta 1911.

O’Neill dice que lo pensó mucho antes de hacer pública su lucha. Los miembros de la familia Rockefeller ocupan asientos en muchas juntas directivas, dice, «y no somos conocidos por ser entrometidos.»

Fuente: The Wall Street Journal

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