El Ministerio de Energía y Unicef generarán acciones para lograr que la opinión e intereses de los niños, niñas y adolescentes sea considerada en los procesos de diálogos de las comunidades, durante el desarrollo de proyectos energéticos en los territorios, lo que permitirá analizar los impactos intergeneracionales que los proyectos de energía podrían tener y tomar las medidas adecuadas para prevenirlos, mitigarlos o compensarlos.
Además, se buscarán instancias educativas para acercarlos/as a la energía, de manera que comprendan su valor y potencialidad para sus comunidades.
Implicancias
El subsecretario de Energía, Francisco López, destacó la iniciativa, precisando que el convenio «nos permitirá analizar los impactos intergeneracionales que los proyectos podrían tener en los territorios, tomar las medidas adecuadas para prevenirlos, mitigarlos o compensarlos y así propender a la adopción de acuerdos con las comunidades que sean sostenibles».
Por su parte, el Representante de Unicef, Paolo Mefalopulos, junto con valorar el acuerdo con el ministerio de Energía, manifestó que incorporar la opinión de los niños, niñas y adolescentes es clave para hacer políticas públicas con mirada de largo plazo. «Ellos y ellas son importantes aliados en la toma de decisiones que no solamente afectan el presente, sino también el futuro. Desde Unicef creemos que pueden hacer un gran aporte para disminuir los efectos del cambio climático».
El funcionario internacional destacó que el sector privado desempeña una función fundamental en la protección de los derechos de los niños en el seno de las empresas y fuera de ellas, y que en ello, los Estados juegan también un rol sustancial para el reconocimiento e implementación efectiva de esta función social. En este sentido, valoró el compromiso del ministerio al dar un paso pionero hacia la mejora de los estándares nacionales, en su rol como ente regulador y promotor de una política energética sostenible e inclusiva.
El acuerdo de trabajo permitirá a Unicef entregar asistencia técnica para el desarrollo de contenidos que permitan orientar a las empresas y comunidades en temas de derechos humanos y empresas, específicamente en la incorporación de una perspectiva de infancia; identificación de eventuales riesgos derivados de las actividades de desarrollo de proyectos; asegurar la adopción de acuerdos con las comunidades que sean sostenibles por toda la vida del proyecto; entregar capacitación en temas de empresas y derechos de los niños/as y sobre la participación de adolescentes en los procesos de consulta.