En diciembre vencerán diversos contratos de coberturas que diversas acereras tienen firmadas con Petróleos Mexicanos (Pemex) para la venta de gas natural a un precio no mayor de US por millón de BTU (Unidades Térmicas).
Es por ello que la Cámara Nacional de la Industria del Acero (Canacero) se ha lanzado a una campaña intensiva para «denunciar» los altos costos del gas natural en México con respecto de otros países como Brasil, admitió Octavio Rangel, presidente del organismo.
Además, se han empeñado en dejar en claro que de ninguna manera lo que piden es un subsidio. «No lo es porque sólo pedimos un precio justo y que está por encima de los costos de producción de Pemex», señaló.
La propuesta de Canacero es fijar una fórmula de precio nacional para el gas natural, «que sería promedio de US a US por millón de BTU, lo cual está por encima de los dos dólares que le cuesta en promedio a Pemex la extracción del gas», explicó.
Rangel añadió que: «También lo que hace falta es una reforma energética que le permita a Pemex ser más competitivo y que los precios de referencia no se hagan con Texas, el mercado más caro del mundo».
Al cuestionársele del por qué siguen con ese afán de tener precios más bajos del combustible, si ya el precio del acero se ha recuperado de forma considerable durante el último año, reviró: «Los ingresos obtenidos gracias a los mejores precios del acero en los mercados internacionales han servido a las empresas mexicanas a poner en orden sus pasivos, mas no significa que haya mayores ganancias».
Asimismo, añadió que «los precios del acero y el gas no son estables y por eso hay que cubrirnos».
«Además, se cierne la amenaza de una sobreproducción que derribe los precios del acero en el mundo debido a que China ahora es más una productora que consumidora del metal», acotó.
Panorama
Sentado en la cabecera de su mesa de trabajo en sus oficinas de la colonia Del Valle, Octavio Rangel indicó que las autoridades federales poco hacen por proteger el mercado interno y las empresas que operan en suelo mexicano.
Incluso, afirmó que la Secretaría de Economía tiene una propuesta para reducir aranceles a países exportadores de acero con los que ni siquiera México tiene un acuerdo comercial firmado.
«Si de por sí hay problemas de competencia desleal con las naciones socias, imaginen lo que sucede con un país que ni siquiera tiene redactadas las reglas de comercio con nosotros».
Aseguró que los escenarios del acero en México son promisorios, al igual que en el resto del mundo, pero hay sombras en la perspectiva mexicana como los problemas laborales con los sindicatos.
La experiencia de Sicartsa hace que más de un inversionista interesado alce la ceja con suspicacia; Rangel insiste que eso se resolvería con las reformas estructurales.
«México cuenta con excelente mano de obra calificada, es parte del atractivo por lo que los grandes conglomerados se fijan en las acereras mexicanas, pero los problemas laborales se propician por no tener leyes ni reglamentos claros», concluyó.
Fuente: El Universal.